En el dinámico universo de las criptomonedas, uno de los temas que ha cobrado gran protagonismo en el último tiempo es el staking, un proceso clave en las redes que utilizan el mecanismo de consenso de prueba de participación (Proof of Stake, PoS). Sin embargo, la falta de claridad regulatoria en Estados Unidos ha generado incertidumbre entre inversores, empresas y desarrolladores. Por ello, cerca de 30 grupos de defensa del ecosistema cripto, liderados por el Crypto Council for Innovation (CCI), han solicitado a la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) que emita directrices legales claras sobre el staking y los servicios relacionados, argumentando que esta actividad debe ser entendida como un proceso técnico y no como una actividad de inversión tradicional. Esta petición surge en un contexto donde la SEC se encuentra evaluando si el staking y el staking líquido deberían estar sujetos a leyes federales de valores. En una carta dirigida a Hester Peirce, comisionada de la SEC y líder del Crypto Task Force, la alianza Proof of Stake Alliance (POSA) enfatizó que el staking es un pilar fundamental para el internet descentralizado y no una práctica financiera que encaje en la definición legal de contrato de inversión según el test de Howey, una herramienta jurídica que la SEC utiliza para determinar la naturaleza de ciertos activos.
Los grupos destacan que, a diferencia de las inversiones tradicionales, quienes participan en el staking mantienen la propiedad de sus activos y que las recompensas son dictadas por protocolos blockchain que funcionan de manera autónoma, sin la intervención directa ni la gestión de un tercero que busque obtener beneficios para sí mismo. Esto contrasta con la estructura habitual de un contrato de inversión en la cual un gestor maneja activamente el capital de los inversores para generar retornos. El llamado a la SEC también incluye la recomendación de evitar la aplicación de regulaciones excesivamente estrictas que puedan congelar las estructuras del mercado y obstaculizar la innovación en el espacio del staking. Por el contrario, solicitan que el organismo emita orientaciones basadas en principios claros, similares a las declaraciones recientes que la SEC ha emitido respecto a la minería en redes de prueba de trabajo (Proof of Work, PoW). En el último semestre, se ha observado una apertura y un diálogo más constructivo entre la industria cripto y los reguladores estadounidenses, una evolución que se valora positivamente dentro del sector.
Según señalan representantes de la POSA, la industria ha mostrado disposición para colaborar ofreciendo principios concretos que puedan integrarse en una futura guía regulatoria, lo que refleja una nueva etapa de colaboración y entendimiento mutuo. Este escenario tiene alta relevancia dado que, hasta el momento, la SEC no ha aprobado ningún fondo cotizado en bolsa (ETF) de criptomonedas que incorpore servicios de staking. Recientemente, la decisión sobre la inclusión del staking en el ETF de Ethereum bajo Grayscale fue postergada, generando expectativas sobre cuándo se podría emitir un visto bueno definitivo. Existen predicciones de que algún ETF de Ether que permita staking podría llegar tan pronto como mayo de 2025, lo que podría abrir nuevas oportunidades para inversores interesados en esta modalidad. En respaldo de esta petición se encuentran organizaciones y empresas de renombre internacional en el ecosistema cripto.
Entre los miembros destacados de la Proof of Stake Alliance están la firma de capital riesgo Andreessen Horowitz (a16z), la empresa especializada en software blockchain Consensys y el exchange Kraken, que recientemente reanudó servicios de staking en los Estados Unidos. La presencia de actores tan influyentes evidencia la importancia de una regulación clara que permita el desarrollo responsable y seguro del staking en el país. Más allá del debate legal, el staking representa una innovación tecnológica que contribuye a la sostenibilidad y seguridad de las redes blockchain modernas. Al bloquear tokens para validar transacciones y mantener la integridad de la red, los participantes que hacen staking forman parte activa del funcionamiento y la descentralización del ecosistema. Además, este mecanismo permite a los usuarios obtener recompensas, lo que incentiva la participación continua y fortalece la red en su conjunto.
Cabe subrayar que la naturaleza técnica del staking lo distingue de los productos financieros tradicionales. Los protocolos blockchain dictan automáticamente las reglas para asignar recompensas según las reglas del consenso, y no existe un agente que tome decisiones administrativas para maximizar ganancias a expensas de los participantes. Esto dificulta su encuadre en regulaciones diseñadas para contratos de inversión, enfatizando la necesidad de un enfoque regulatorio que reconozca estas particularidades. En conclusión, la solicitud hecha por estos grupos es un llamado urgente para que la SEC adopte una postura clara y adaptada al avance tecnológico que representa el staking. La transparencia y certeza jurídica no solo beneficiarán a los usuarios y empresas del ámbito criptográfico, sino que también impulsarán la confianza de los inversores y fomentarán la innovación sostenible dentro del mercado financiero estadounidense.
En un momento crucial para la integración del staking en productos financieros regulados, contar con marcos legales claros y proporcionales marcará una diferencia significativa para el futuro del ecosistema cripto en EE.UU. y a nivel global.