En un momento en que las criptomonedas continúan ganando terreno en el panorama financiero mundial, el Banco Nacional Suizo (BNS) ha declarado de forma contundente que no tiene intención de integrar activos criptográficos, como Bitcoin, en sus reservas internacionales. Martin Schlegel, presidente del BNS, explicó que este rechazo se fundamenta en una serie de desafíos asociados con las criptomonedas, especialmente sus grandes fluctuaciones en valor y la falta de un marco legal robusto que garantice su estabilidad y aplicabilidad dentro de la política monetaria suiza. El Banco Nacional Suizo, reconocido globalmente por su prudencia y estabilidad en la gestión monetaria, mantiene actualmente unas reservas de oro significativas que ascienden a 1,040 toneladas, según confirmó Schlegel. Esta cantidad no ha cambiado recientemente, lo que evidencia una política conservadora orientada a preservar activos tangibles con valor probado y reconocimiento internacional. Según lo expresado, los movimientos en el mercado de reservas del banco están cuidadosamente evaluados, y la inclusión de criptomonedas podría poner en riesgo esa estabilidad debido a la volatilidad inherente a estos activos digitales.
Las criptomonedas, y Bitcoin en particular, han sido objeto de debates en diferentes frentes. El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, había propuesto la creación de reservas estratégicas en Bitcoin, un enfoque que buscaba posicionar al país en la vanguardia de la innovación financiera. Sin embargo, desde la perspectiva del BNS, esta idea no cumple con los requisitos fundamentales para las reservas internacionales, entre ellos la liquidez inmediata y la estabilidad en valores para poder ser utilizadas eficazmente en políticas monetarias o intervenciones en el mercado cambiario. En su declaración, Schlegel subrayó la importancia que tiene la liquidez para un banco central. Las reservas internacionales deben poder movilizarse rápidamente para garantizar la estabilidad económica y financiera o responder a situaciones de emergencia.
Las criptomonedas, por su naturaleza volátil y en muchos casos poco regulada, no proporcionan ese nivel de seguridad y previsibilidad, lo que las convierte en un activo inadecuado para esta función. Además, el presidente del BNS hizo hincapié en la necesidad de un marco legal que respalde el uso de criptomonedas en el ámbito bancario y financiero. Destacó que la ausencia de normativas claras y uniformes representa una barrera significativa para la inclusión de estos activos. La regulación es crucial para asegurar la transparencia, protección contra fraudes, y para establecer criterios claros que permitan su integración en sistemas financieros desarrollados y supervisados. Otra preocupación expresada por Schlegel fue la naturaleza de las criptomonedas como software, señalando la vulnerabilidad a errores y fallos técnicos, que pueden comprometer su seguridad y fiabilidad.
En contraste, los activos tradicionales como el oro y los bonos del Estado, poseen características y estructuras jurídicas bien establecidas, lo que ofrece mayor confianza para su utilización en las políticas monetarias. El contexto global también influye en la postura adoptada por el Banco Nacional Suizo. La incertidumbre generada por las políticas económicas de diferentes países y las tensiones comerciales internacionales complican la toma de decisiones en materia de reservas. En relación a las posibles tarifas arancelarias anunciadas por la administración estadounidense, el presidente del BNS reconoció la complejidad de los posibles efectos para Suiza, evidenciando la necesidad de mantener flexibilidad y prudencia en las decisiones financieras. Schlegel también defendió enérgicamente las intervenciones del BNS en el mercado de divisas, tras acusaciones previas de manipulación de moneda.
Aclaró que estas acciones han sido siempre dirigidas a preservar la estabilidad de precios, una función fundamental de un banco central, y no para obtener ventajas competitivas. Cabe destacar que las intervenciones del banco han sido mínimas durante 2024, reflejando un entorno económico relativamente estable. El rechazo a invertir en criptomonedas no implica que el Banco Nacional Suizo ignore el potencial de esta tecnología. La evolución del sector, la mejora en la regulación y la posible reducción de la volatilidad son factores que podrían cambiar el panorama en el futuro. Sin embargo, por ahora, la prioridad del banco permanece centrada en la seguridad, la estabilidad y la confianza que ofrecen los activos tradicionales.
La postura del BNS contrasta con la creciente adopción de criptomonedas por parte de otras instituciones y países que buscan diversificar sus carteras o aprovechar nuevas oportunidades financieras. Algunos gobiernos y bancos centrales exploran la emisión de monedas digitales propias (CBDC) o el uso regulado de activos digitales como parte de una estrategia más amplia. Pero la cautela suiza sirve como un recordatorio de los riesgos inherentes y la importancia de un enfoque equilibrado hacia la innovación financiera. Por otro lado, la decisión de mantener las reservas de oro intactas resalta la importancia del metal en el sistema financiero suizo. El oro sigue siendo un refugio seguro en tiempos de incertidumbre, ofreciendo estabilidad y valor tangible.
El BNS confía firmemente en el balance actual, sin buscar cambios que puedan comprometer esta base sólida. Además, el rechazo explícito a las inversiones en criptomonedas también refleja la percepción acerca del desarrollo del ecosistema legal y tecnológico en torno a estos activos digitales. La falta de estándares universales, la disparidad en las regulaciones nacionales y el riesgo de fraudes o fallos técnicos hacen que las instituciones financieras tradicionales sean reticentes a incorporarlos en estructuras tan sensibles como las reservas internacionales. En resumen, la postura del Banco Nacional Suizo subraya una visión conservadora y precautoria frente a las criptomonedas, privilegiando la estabilidad macroeconómica y la protección del sistema financiero. Mientras el mundo debate sobre el futuro de las monedas digitales, Suiza mantiene su foco en activos sólidos, demostrando que la innovación y la prudencia pueden ir por caminos distintos cuando está en juego la estabilidad nacional.