En 2025, el ecosistema de las criptomonedas continúa su rápida evolución, no solo en términos tecnológicos, sino también en la adaptación regulatoria y financiera que puede impulsar su adopción masiva. Un hecho notable que refleja esta tendencia es la reunión entre BlackRock, una de las mayores gestoras de activos del mundo, y el Crypto Task Force de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC). Este encuentro ha puesto bajo la lupa dos temas de gran relevancia y potencial impacto para el sector: el staking dentro de los productos negociados en bolsa (ETP, por sus siglas en inglés) y la tokenización de valores tradicionales, lo cual podría abrir nuevas puertas para la inversión y el desarrollo del mercado financiero global. El staking, especialmente en el contexto de los fondos de inversión en criptomonedas ligados a Ethereum, ha cobrado especial importancia a lo largo de este año. Empresas como Grayscale y Fidelity han presentado solicitudes formales para modificar reglamentaciones que permitan integrar funciones de staking en sus fondos cotizados en bolsa (ETFs), buscando así ofrecer a los inversores una mayor rentabilidad a partir de sus activos digitales.
Para entender esta dinámica, es clave comprender que el staking implica bloquear criptomonedas en una red basada en el protocolo de Proof of Stake, donde los participantes contribuyen a la validación de transacciones a cambio de recompensas. Incorporarlo en un producto financiero, como un ETF, significa que los inversores pueden obtener rendimientos pasivos derivados del staking sin necesidad de gestionar directamente las criptomonedas. Desde la perspectiva de BlackRock, han expresado que aunque los ETFs de Ethereum existentes han tenido éxito en el mercado, carecen de una pieza fundamental para maximizar su potencial: el staking. Este mecanismo no solo representaría un añadido de rentabilidad, sino que también mejoraría la eficiencia y competitividad de dichos productos. La compañía buscó discutir con la SEC las implicaciones regulatorias y técnicas para permitir al mercado ofrecer ETFs que integren esta capacidad, lo que podría significar un hito fundamental para la industria.
La propuesta de incluir staking en ETFs no es exclusiva de BlackRock. En febrero de 2025, la Bolsa de Nueva York planteó un cambio en las regulaciones que permitiría la prestación de servicios de staking para los ETFs al contado de Ethereum gestionados por Grayscale. Sin embargo, en abril de ese mismo año, la SEC decidió postergar su veredicto respecto a esta iniciativa, reflejando la cautela que aún predomina en el entorno regulatorio frente a estas innovaciones. Si la SEC terminara por aprobar el staking dentro de los ETFs de Ethereum, se abriría la puerta a solicitudes similares por parte de otros activos digitales que emplean el mecanismo de consenso Proof of Stake, como Solana. Esto podría generar un efecto cascada que catapultaría la demanda institucional en criptomonedas y ampliaría la oferta de productos derivados que combinan la liquidez y accesibilidad de los ETFs con las ventajas yield-bearing del staking.
Paralelamente a este debate sobre el staking, BlackRock también ha puesto sobre la mesa un tema estratégico ligado a la transformación del mercado financiero tradicional: la tokenización de valores. Bajo el marco regulatorio federal de Estados Unidos, la tokenización consiste en digitalizar activos financieros tradicionales —como acciones, bonos y otros instrumentos— en forma de tokens sobre blockchain. Esta metodología no solo moderniza la operativa de compraventa y negociación, sino que ofrece ventajas sustanciales, tales como la reducción de tiempos en la liquidación de operaciones, costos significativamente menores en comparación con los sistemas financieros convencionales y la posibilidad de acceso a mercados globales operativos las 24 horas del día. El interés de BlackRock en esta área ya es tangible con su fondo tokenizado de deuda federal estadounidense denominado BUIDL. Este vehículo financiero es el más grande de su tipo y actualmente posee una capitalización en el mercado que se acerca a los 2.
9 mil millones de dólares. La oferta no está aislada, ya que competidores como Franklin Templeton han desarrollado productos similares, denotando que la tokenización se perfila como una tendencia irreversible para el sector. El potencial disruptivo que supone la tokenización genera un gran interés más allá de los grandes gestores institucionales. Por ejemplo, la firma de corretaje Robinhood está explorando el desarrollo de su propia blockchain, la cual permitiría a inversores minoristas en Europa acceder a la compra y venta de valores estadounidenses de forma directa, potenciando así la democratización del mercado y la inclusión financiera mediante nuevas tecnologías. Estos avances reflejan un movimiento estratégico del sector financiero hacia la integración de tecnologías descentralizadas que optimicen la eficiencia, transparencia y accesibilidad en la gestión de activos.
Las conversaciones entre BlackRock y la SEC Crypto Task Force son un indicativo claro de la importancia que están adquiriendo las innovaciones tecnológicas dentro del marco regulatorio tradicional, pues el camino hacia la regulación de productos que combinan finanzas tradicionales con criptomonedas es complejo y requiere un diálogo estrecho entre actores del mercado y reguladores. En síntesis, la exploración conjunta de BlackRock y la SEC sobre el staking en ETP y la tokenización de valores representa un punto de inflexión en la convergencia entre mercados tradicionales y digitales. La incorporación del staking en fondos negociados en bolsa podría transformar la manera en que los inversores institucionales participan en el ecosistema cripto, aumentando su atractivo mediante rendimientos derivados de mecanismos nativos de blockchain. Por otro lado, la tokenización abre un abanico de posibilidades para modernizar la infraestructura financiera, con beneficios sustanciales en términos de costos, velocidad y accesibilidad. El 2025 se perfila como un año crucial para estos desarrollos, y el seguimiento de las decisiones regulatorias será clave para entender la velocidad y alcance con que estas innovaciones se desplegarán en los mercados globales.
La participación activa de jugadores de la talla de BlackRock, combinada con un marco regulatorio proactivo, puede acelerar la integración de las finanzas tradicionales y las criptomonedas, estableciendo las bases para una nueva era en la inversión y gestión de activos.