La revolución tecnológica que ha traído la inteligencia artificial ha transformado radicalmente muchas disciplinas, y la programación no ha sido la excepción. Con la llegada de los modelos de lenguaje grandes (LLM, por sus siglas en inglés) y herramientas avanzadas de generación automática de código, el concepto mismo de programar ha comenzado a desdoblarse en diferentes formas que conviven y se complementan. Hoy en día, podemos identificar tres tipos clave de programación en la era de la IA: la programación Vibe, la programación artesanal y la programación Neo. Cada una con características, usos y audiencias diferentes, ofrecen una perspectiva fascinante sobre cómo la IA está influyendo en esta práctica esencial para el desarrollo tecnológico. La programación Vibe representa quizás la forma más pura de la codificación asistida por inteligencia artificial.
Se trata de describir lo que se desea hacer en lenguaje natural o mediante comandos simples, y dejar que el modelo de IA genere el código automáticamente. Este tipo de codificación tiene su nombre gracias a Andrej Karpathy, quien fue uno de los primeros en usar el término, con una explicación posterior muy clara de Simon Willison. La idea central detrás de la programación Vibe es que no es necesario poseer un conocimiento profundo de programación para obtener resultados prácticos. Los principiantes, personas sin experiencia técnica y aquellos que necesitan soluciones rápidas o proyectos temporales son los que probablemente recurren más a esta modalidad. Los beneficios de la programación Vibe son evidentes: facilita el acceso al desarrollo de software a una audiencia más amplia, elimina muchas barreras técnicas y acelera la creación inicial de aplicaciones o scripts.
Sin embargo, también plantea algunas dudas, principalmente sobre la calidad y mantenibilidad del código generado. Cuando el código que produce una IA se revisa y mejora por un desarrollador humano, ¿sigue considerándose programación Vibe? La respuesta no es clara, pero parece que cuando un humano interviene y afina el código, este pasa a formar parte de un proceso distinto, más colaborativo y menos dependiente exclusivamente del modelo. Por otro lado, la programación artesanal representa el enfoque tradicional y más minucioso de la creación de software. En este paradigma, el desarrollador escribe el código a mano, parte por parte, con un alto grado de control y personalización. Aunque puede utilizar herramientas determinísticas como servidores de lenguaje, linters o generadores específicos, quien tiene el protagonismo absoluto es el programador.
Esta forma de codificación suele ser preferida por aquellos que desean profundizar en los conocimientos técnicos, los puristas de la programación y los entusiastas que valoran el arte mismo de crear código con precisión y meticulosidad. La programación artesanal es fundamental en proyectos que exigen altos estándares de seguridad, rendimiento o calidad. La intervención directa del programador permite optimizar cada parte del sistema y aplicar su experiencia para prever fallos o vulnerabilidades. Aunque este enfoque requiere más tiempo y esfuerzo, garantiza un mayor nivel de confianza en el resultado final. Es, en cierto sentido, un contrapunto necesario a la creciente automatización, recordándonos la importancia del conocimiento humano y el rigor técnico en el desarrollo de software.
Finalmente, la programación Neo emerge como una alternativa moderna que combina las fortalezas de la inteligencia artificial con el talento humano. En este modelo, el programador continúa siendo quien diseña, revisa y depura el código, pero se apoya en herramientas basadas en LLM para acelerar procesos de autocompletado, generación de fragmentos y asistencia contextual vía chat o agentes locales. Esta colaboración entre humano y máquina puede compararse con un carpintero que utiliza una pistola de clavos: conserva el control, la habilidad y la creatividad, pero incrementa su productividad gracias a una herramienta potente y eficiente. La programación Neo puede ser vista como el futuro de la codificación, un punto medio entre la IA que hace todo y la escritura manual rigurosa. Facilita el aprendizaje y la ejecución de tareas complejas, al mismo tiempo que mantiene un alto nivel de calidad y fiabilidad.
Los desarrolladores que adoptan este enfoque logran avanzar más rápido sin sacrificar el dominio técnico o la responsabilidad sobre su código. De alguna manera, se transforma el rol habitual del programador, que pasa a ser un diseñador y director de orquesta que aprovecha la capacidad creativa y generativa de la IA para potenciar sus resultados. La coexistencia de estos tres tipos de programación abre un escenario diverso y dinámico para la industria tecnológica. La programación Vibe empodera a los no expertos y agiliza la creación rápida de prototipos y soluciones simples. La programación artesanal consolida los fundamentos del desarrollo de software de alta calidad, imprescindible para sistemas críticos y de largo plazo.
Mientras tanto, la programación Neo introduce un equilibrio innovador donde la IA y la experiencia humana trabajan en sinergia para alcanzar resultados superiores en términos de eficiencia y precisión. En términos de impacto en el mercado laboral y los flujos de trabajo, es probable que cada tipo de codificación encuentre su lugar específico. Las empresas y los profesionales más avanzados en tecnología podrán adoptar el esquema Neo para mantenerse competitivos y aprovechar las últimas herramientas de IA. Por su parte, sectores o usuarios con necesidades más básicas o limitados recursos técnicos pueden beneficiarse enormemente de la programación Vibe para no quedarse atrás en la digitalización. Por supuesto, la programación artesanal seguirá siendo vital para proyectos que requieren exactitud y control extremo.
Más allá de las aplicaciones prácticas, estos enfoques reflejan una evolución cultural en el mundo de la programación. Se desplaza el paradigma de la codificación como un arte exclusivo de expertos hacia una práctica más abierta, accesible y compartida con la inteligencia artificial. Esto invita a repensar cómo se enseña la programación, cómo se diseñan las herramientas de desarrollo y cómo se gestionan los procesos de innovación tecnológica. En definitiva, la llegada de las herramientas de generación de código basadas en IA ha multiplicado las maneras en que se puede programar hoy en día. Vibe Coding, Artesanal y Neo Coding no son simplemente categorías, sino manifestaciones de una transformación profunda en la relación entre humanos y máquinas en el mundo del software.
Entender sus diferencias, ventajas y límites es fundamental para quienes buscan estar a la vanguardia en el campo de la programación y la ingeniería de software. La inteligencia artificial ha llegado para quedarse, y su integración con las habilidades de los desarrolladores redefine el concepto mismo de codificar. Adaptarse a esta realidad, adoptar las herramientas adecuadas y mantener el dominio técnico serán las claves para evolucionar en esta nueva era donde el código no solo se escribe, se conversa, se guía y se potencia gracias a la colaboración con inteligencias artificiales cada vez más avanzadas.