Warren Buffett, conocido mundialmente como uno de los inversores más exitosos de todos los tiempos, ha optado recientemente por mantener una cantidad récord de efectivo en su conglomerado Berkshire Hathaway. Al cierre del año pasado, Buffett acumuló la asombrosa cifra de 334 mil millones de dólares en efectivo, cifra que incluso aumentó a 347 mil millones de dólares a finales del primer trimestre de 2025. Esta medida ha llamado la atención de la comunidad financiera y los inversionistas individuales, quienes podrían estar tentados a replicar esta estrategia en sus propias carteras. Sin embargo, aunque a simple vista podría parecer una táctica inteligente para afrontar la volatilidad del mercado, no siempre es la mejor decisión para el inversor común. Entender por qué Buffett está apostando por mantener este colchón de liquidez y por qué esta postura puede no ser aconsejable para todos es fundamental para alguien que busca optimizar sus finanzas y generar crecimiento a largo plazo.
El contexto actual del mercado global ha sido especialmente volátil. Históricamente, pocas administraciones políticas han presenciado caídas tan abruptas en el valor de las bolsas como la presidencia de Donald Trump durante sus primeros 100 días en 2025, solamente superada por las de los expresidentes Nixon y Gerald Ford. En este ambiente incierto, acumular efectivo puede parecer una estrategia defensiva prudente, ya que protege el capital del invesor contra pérdidas inmediatas y permite tener recursos listos para aprovechar oportunidades cuando los activos estén a precios atractivos. No obstante, aquí es donde reside una de las principales diferencias entre un inversor como Buffett y el inversionista promedio. Buffett no mantiene este enorme volumen de efectivo simplemente para acumular sin rumbo, sino porque está evaluando potenciales adquisiciones o inversiones substanciales que considera que podrán generar retornos superiores a los obtenidos de mantener el dinero inactivo.
En sus propias palabras, el propio Buffett ha dejado claro que "Berkshire nunca preferirá poseer activos equivalentes a efectivo en lugar de la propiedad de buenos negocios, ya sea controlados o parcialmente poseídos". Por lo tanto, su enfoque es táctico y orientado al largo plazo, buscando no solo preservar capital sino también generar valor significativo. El gran problema para el inversor general al optar por acumular efectivo es la baja rentabilidad que este ofrece. En la mayoría de los casos, las cuentas de ahorro de alto rendimiento o los certificados de depósito apenas logran superar un interés anual cercano al 5%, y en muchas circunstancias, ni siquiera eso. Frente a esto, el índice S&P 500 ha presentado un rendimiento promedio superior al 10% anual a largo plazo, aún con la volatilidad que caracteriza a los mercados bursátiles.
De esta forma, al mantener una parte importante del portafolio en efectivo, el inversor pierde potencial de crecimiento y, a largo plazo, puede ver su riqueza estancada o incluso reducida frente a la inflación. Inflación, por cierto, es otro enemigo invisible para quienes acumulan efectivo sin reinvertir. Si bien el dinero líquido puede brindar una sensación de seguridad psicológica, la erosión del poder de compra causada por la inflación puede resultar más dañina. En periodos donde la inflación supera significativamente los intereses pagados por los productos de ahorro, el valor real del capital disminuye. Esto convierte al efectivo en una inversión donde se pierde valor con el paso del tiempo, algo que Buffett ha reconocido pero que está dispuesto a aceptar esperando mejores oportunidades de inversión.
Además, la gestión pasiva o activa de un portafolio fundamentado en acciones o activos de calidad permite, con la estrategia adecuada, superar las fluctuaciones del mercado para lograr crecimiento. La diversificación y la paciencia son factores clave que han ayudado a Buffett a consolidar su fortuna. Por lo tanto, simplemente replicar la estrategia de acaparar efectivo sin un plan claro de inversión o sin la capacidad de analizar y adquirir activos robustos puede ser contraproducente. Otra consideración importante es que Buffett tiene a su disposición un equipo experto que le permite analizar y ejecutar inversiones de gran escala, algo que para el inversor individual no es tan sencillo o viable. Además, las condiciones del mercado en que Buffett opera y su capacidad de negociación única influyen en su estrategia de efectivo.
Esto genera que la acumulación de liquidez por parte de alguien como él tenga más sentido en el contexto de una empresa gigante que puede absorber grandes movimientos financieros sin afectar su estructura. Para la mayoría de las personas, la mejor estrategia sigue siendo invertir en activos diversificados, aprovechar las ventajas del interés compuesto y mantener un horizonte de inversión a largo plazo. La acumulación de efectivo puede ser útil como parte de un fondo de emergencia o para expectativas de corto plazo, pero mantener un volumen excesivo limita el potencial de crecimiento y pone en riesgo el poder adquisitivo. Esto no significa que la gestión del riesgo deba ignorarse. La volatilidad y las caídas del mercado pueden generar temores razonables, pero la historia demuestra que quienes permanecen invertidos en activos de calidad a largo plazo pueden superar esos obstáculos.