Como usuario ávido de Reddit, siempre he preferido usar clientes de terceros para una mejor experiencia en la plataforma. Durante años, Apollo fue mi aplicación favorita en iOS, ofreciendo una interfaz limpia, rendimiento fluido y características que el cliente oficial simplemente no podía igualar. Sin embargo, en junio de 2023, Apollo fue retirado forzosamente de la App Store, dejando a miles de usuarios, incluidos yo mismo, sin esa experiencia positiva. Ante esta situación, decidí aventurarme en el mundo del sideloading para mantener Apollo en mi iPhone. Lo que me esperaba fue una batalla más complicada de lo que imaginaba y una lección sobre los motivos que tiene Apple para restringir esta práctica.
Instalar una aplicación fuera de la App Store, conocida como sideloading, puede sonar como una solución sencilla para obtener apps que de otro modo no están disponibles en el ecosistema controlado de Apple. Pero la realidad puede ser muy diferente. Desde el inicio, el proceso fue una odisea. Tuve que utilizar aplicaciones especiales como AltStore para supervisar la instalación, y SideStore para hacer que Apollo volviera a funcionar en mi dispositivo. Ambas no están disponibles en la App Store y requieren complicados procedimientos para operar, como conectar el iPhone a una computadora con macOS y mantenerlo mediante un sistema de actualización manual cada siete días.
Fue necesario descargar archivos específicos en formatos poco conocidos, como los archivos .ipa, que son los paquetes de aplicaciones de iOS, y enfrentarme a herramientas adicionales como JitterbugPair para autorizar y establecer comunicación entre mi computadora y el teléfono. La complejidad va más allá de simples descargas y asociaciones. Tuve que crear una cuenta Apple ID alternativa, un “burner” para evitar riesgos con mi cuenta principal. Además, fue imprescindible activar el modo desarrollador en el iPhone y aprobar manualmente los perfiles de desarrollador.
Estos pasos son procesos delicados y poco intuitivos para usuarios tradicionales, y muestran claramente que esto está lejos de ser una experiencia amigable o sencilla. Uno de los aspectos más frustrantes fue la necesidad de configurar un VPN especial que no conectaba a servidores externos, sino que permitía que SideStore se conectara a sí mismo para poder renovar las aplicaciones de manera periódica. Sin esta renovación, Apollo y SideStore caducaban tras una semana, volviendo a dejar la app inutilizable. Para evitar la constante instalación manual, tuve que lidiar con la aplicación Atajos de Apple para configurar una automatización que refrescara estas aplicaciones cada noche. Pero incluso con todos estos esfuerzos, la renovación manual sigue siendo común debido a bloqueos inesperados o cuelgues en el proceso.
Los errores y los obstáculos no solo ralentizan la experiencia, sino que también implican riesgos. Al descargar archivos directamente de internet, especialmente aquellos que no pasan por la evaluación y supervisión estricta de Apple, queda la incógnita sobre la seguridad y posible vulnerabilidad ante virus o malware. Durante el proceso de sideloading, tuve que enfrentar varias veces bloqueos de mi Mac y restricciones de seguridad que detectaban los scripts o archivos descargados como potencialmente dañinos o no autorizados. Si bien al final logré tener Apollo nuevamente en mi iPhone y la experiencia de usuario volvió a ser ideal según mis expectativas, la realidad es que mantuve un constante temor a que una actualización de iOS rompiera el sistema, obligándome a repetir todo el agotador proceso desde cero. Este nivel de incertidumbre y esfuerzo no es algo que cualquier usuario promedio esté dispuesto a aceptar.
Esta experiencia, por complicada que haya sido, me acercó a comprender con mayor claridad la posición y razones de Apple respecto a su férreo control sobre la distribución de aplicaciones. Más allá de las críticas que recibe por mantener un sistema cerrado con una única tienda oficial, queda claro que este ecosistema facilita una experiencia de usuario fluida, sencilla y segura. Instalar un app es tan simple como buscarla, pulsar un botón y ejecutarla; sin preocuparse por procesos técnicos largos o riesgos de seguridad impredecibles. Apple apuesta por mantener la simplicidad, incluso para personas que no son expertas tecnológicamente, como abuelos o usuarios poco habituados al manejo de dispositivos digitales. La complejidad del sideloading conlleva riesgos de frustración y desmotivación, además de las potenciales amenazas que pueden surgir de fuentes no verificadas.
La insistencia para que la App Store sea la única vía de distribución responde a un deseo de mantener no solo la simplicidad, sino la confianza entre usuario y dispositivo. Desde el punto de vista del desarrollador, este proceso hace que mantener una app fuera de la tienda oficial sea una tarea que consume tiempo y recrea barreras innecesarias entre la experiencia ideal y la realidad. Por tanto, si bien comprendo la necesidad y motivos que me llevaron a buscar una alternativa tras la desaparición de Apollo, también reconozco que mantener esta forma de uso es más una muestra de perseverancia que de conveniencia o practicidad. En definitiva, sideloading en iPhone no es para cualquiera. Es una solución que requiere mucha paciencia, conocimientos técnicos y una disposición para solucionar inconvenientes inesperados.
A pesar de ello, la recompensa puede ser recuperar una experiencia de usuario que Apple no permite directamente, pero el camino para llegar hasta ahí es arduo y no exento de frustraciones. Para quienes se planteen siquiera intentar este tipo de instalación, recomiendo evaluar si realmente vale la pena en función del tiempo y esfuerzo que conlleva. A nivel personal, sigo utilizando Apollo porque la experiencia vale cada minuto invertido, pero no quisiera repetir este proceso ni una sola vez más. Para la mayoría de los usuarios, es más sensato disfrutar de las apps disponibles oficialmente, aceptando sus limitaciones antes que someterse a esta batalla técnica. Mi paso por el mundo del sideloading me ha dejado una lección clara: la comodidad y seguridad que brinda la App Store de Apple tiene un valor incalculable en la vida cotidiana de cualquier usuario de iPhone.