MicroStrategy, la empresa emblemática en el mundo del Bitcoin liderada por Michael Saylor, continúa siendo una figura central en el debate sobre cómo las grandes firmas pueden influir en el mercado de las criptomonedas. Recientemente, Richard Byworth, socio de Syz Capital y asesor de Jan3, ha señalado que la estrategia de compra de Bitcoin de MicroStrategy debería volverse “súper agresiva” y hasta “descuidada” para impulsar notablemente el precio del principal activo digital. Este planteamiento abre un abanico de discusiones que involucran la liquidez del mercado, la valoración de activos y la dinámica de la oferta y la demanda en las plataformas de intercambio. Según Byworth, la actual táctica de MicroStrategy, que consiste en adquirir Bitcoin cuidadosamente a través de mercados OTC (over-the-counter), ha sido adecuada hasta ahora. Sin embargo, a medida que el suministro disponible de Bitcoin en los exchanges convencionales disminuye, existe una oportunidad para subir el ritmo y cambiar la forma en que se hacen las compras.
El argumento central sostiene que, al adoptar un enfoque más agresivo que no se preocupe por los incrementos inmediatos en el precio, MicroStrategy puede no solo aumentar sus tenencias sino también estimular una recuperación o incluso un auge en el valor del Bitcoin. Este punto de vista surge en un contexto donde la escasez de BTC en exchanges es cada vez más palpable. Fidelity Digital Assets ha reportado una reducción constante del Bitcoin disponible para la venta en estos mercados, fenómeno atribuido a la compra constante por parte de empresas públicas e inversores institucionales. Esta tendencia podría desencadenar una situación donde la oferta se torna «ilíquida», es decir, donde el activo sea difícil de adquirir sin causar movimientos significativos en el precio. La propuesta de Byworth es que MicroStrategy no se limite a la compra tradicional y suave por OTC, sino que se lance a adquirir Bitcoin incluso a un ritmo que pueda parecer imprudente, con el fin de aprovechar el efecto en la valoración de la empresa.
Una compra «descuidada» y agresiva podría, en su opinión, disparar el precio del Bitcoin y simultáneamente aumentar dramáticamente el múltiplo del valor neto de activos (mNAV) de MicroStrategy. Esta métrica es crucial para la percepción del mercado sobre la salud y potencial de crecimiento de la empresa. La lógica detrás de esta recomendación es que MicroStrategy, a diferencia de un especulador tradicional, no está tan preocupada por el precio individual de cada Bitcoin comprado. Su interés primordial es aumentar el valor total de sus activos en balance y, de este modo, ofrecer beneficios mayores a sus accionistas. Al incrementar de forma agresiva sus reservas de Bitcoin, la compañía podría aprovechar la mecánica del mercado para beneficiar su valoración y potenciar su capital.
Además, Byworth sugiere que MicroStrategy podría expandir su estrategia más allá de las simples compras en el mercado secundario. La propuesta alternativa más audaz contempla la adquisición de empresas en efectivo ricas, especialmente en mercados como Japón donde existen numerosas compañías «zombis» que cuentan con reservas significativas de efectivo pero presentan bajo rendimiento y atractivo para los inversionistas. Al comprar estas compañías, MicroStrategy podría convertir rápidamente ese efectivo en Bitcoin, incrementando aún más sus tenencias sin depender exclusivamente del mercado abierto. Esta estrategia no solo pondría en práctica una metodología creativa para la adquisición de Bitcoin, sino que representaría un movimiento disruptivo en términos de integración de activos tradicionales con criptomonedas. La compra de empresas consolidadas con efectivo sobrante podría convertirse en una nueva forma de generar liquidez para comprar Bitcoin a gran escala, a la vez que se adquieren negocios con potencial de generación estable de ingresos.
En un mercado donde Bitcoin ha estado operando bajo la presión de recuperar niveles simbólicos como los 100,000 dólares, estos movimientos podrían tener un impacto significativo. Al momento del análisis, Bitcoin fluctuaba alrededor de los 94,000 dólares, lejos de su máximo histórico de enero pasado. El impulso generado por una compra masiva y descuidada podría traer consigo una nueva ola de alzas y confianza institucional, indispensable para atraer a más inversores y adoptar una tendencia alcista. Sin embargo, esta táctica tiene riesgos inherentes. Realizar compras aceleradas en un mercado con baja liquidez puede inducir volatilidad extrema, y podría atraer críticas por manipulación o poca prudencia financiera.
No obstante, el planteamiento de Byworth enfatiza que para MicroStrategy el objetivo mayor es el crecimiento de sus activos y la expansión de su influencia en el ecosistema cripto, incluso si eso implica asumir riesgos calculados con los precios a corto plazo. El crecimiento del ETH y otras criptomonedas relevantes también es un indicador para vigilar, pero Bitcoin sigue manteniendo el rol de activo principal para las corporaciones que buscan diversificar liquidez y reserva de valor. La iniciativa de MicroStrategy podría servir como catalizador para que otras grandes empresas sigan un camino similar, incentivando la demanda institucional y alterando la dinámica actual del mercado. Por otro lado, el comportamiento de las acciones de MicroStrategy está estrechamente ligado a su desempeño en Bitcoin, haciendo que el mNAV sirva como un espejo de la relevancia de sus decisiones. Cuanto mayor sea el incremento en la valoración neta debido a la tenencia de Bitcoin, más atractivo resultará para inversores interesados en la exposición indirecta a criptomonedas dentro del entorno regulado y tradicional.
El enfoque planteado por Byworth también invita a reflexionar sobre el futuro del mercado de Bitcoin y cómo la liquidez y la oferta afectarán su comportamiento. Si muchas empresas y fondos institucionales adoptan tácticas similares para acumular activos, la competencia por unidades limitadas intensificará la presión al alza en los precios, creando un ciclo de acumulación y valorización que podría definir la próxima fase del mercado. En resumen, la propuesta de una compra agresiva y ‘super descuidada’ de Bitcoin por parte de MicroStrategy apunta a un cambio estratégico radical que busca no solo aumentar sus reservas sino también transformar la valoración y dinámica del mercado. El efecto de esta acción, si se realiza como sugiere Richard Byworth, tiene potencial para elevar el precio del Bitcoin y simultáneamente beneficiar a los accionistas mediante un aumento del múltiplo neto de activos. Este posible enfoque disruptivo refleja cómo las corporaciones ya no solo actúan como compradores pasivos sino como actores activos capaces de moldear el mercado.
La integración entre activos tradicionales y criptomonedas abre caminos inéditos para la inversión institucional, presentando oportunidades y desafíos para el mercado cripto a nivel global. La recomendación de ser “super descuidados” en las compras, aunque parezca contraria a la prudencia financiera tradicional, es una invitación a reconsiderar métodos en un mercado que se caracteriza por su alta volatilidad y creciente institucionalización. MicroStrategy, liderada por Michael Saylor, está en una posición estratégica para capitalizar esta etapa y marcar un precedente para futuros movimientos corporativos en el mundo del Bitcoin y las criptomonedas.