En el dinámico mundo de las criptomonedas, pocas monedas han capturado tanto la atención como Dogecoin (DOGE). Inicialmente creada como una broma, Dogecoin ha evolucionado hasta convertirse en una de las criptomonedas más populares y activas del mercado. Recientemente, los traders y analistas han comenzado a prever un rally espectacular en el precio de DOGE, hasta un 180% de incremento, siempre y cuando Bitcoin (BTC) continúe con sus ganancias actuales. Esta predicción se fundamenta en una combinación de datos técnicos, fundamentales y el comportamiento histórico del mercado, que juntos delinean un panorama optimista para los inversores interesados en Dogecoin. El repunte de Dogecoin ha sido notable desde principios de mayo de 2025, habiendo experimentado un aumento del 38% en pocas semanas, lo que representa su mejor desempeño mensual en lo que va del año.
Este crecimiento no es casualidad, sino el resultado de una demanda robusta y sostenida por parte de inversores que han aumentado su actividad de compra en el mercado spot. Los datos más recientes destacan que el volumen de operaciones de DOGE en las últimas 24 horas alcanzó los 4.7 mil millones de dólares, situándolo como la quinta criptomoneda más transaccionada después de las principales, excluyendo stablecoins. Este volumen elevado refleja un interés renovado y una liquidez significativa que impulsa al activo. Desde el punto de vista técnico, uno de los indicadores que más ha llamado la atención es el cruce alcista del MACD (Moving Average Convergence Divergence) en el gráfico semanal de Dogecoin.
Este patrón ha sido interpretado por expertos y traders como una señal de posible impulso alcista, dado que en ocasiones anteriores esta configuración técnica precedió rallies muy pronunciados en el precio de DOGE. Por ejemplo, en los primeros meses de 2024, tras una señal similar, el precio de Dogecoin aumentó un 180%, y entre septiembre y diciembre de 2024, registró un crecimiento de hasta 385% en poco tiempo. La repetición de este patrón sugiere que podríamos estar frente a un inicio de un nuevo ciclo alcista de gran magnitud para la moneda. Un aspecto clave que apoya esta perspectiva es el comportamiento del volumen neto acumulado de compradores en el mercado spot durante 90 días, un indicador conocido como CVD (Cumulative Volume Delta). Esta métrica ha mostrado que los compradores han dominado claramente al vendedor desde marzo, siendo un fenómeno que no se observaba desde finales de 2024, justo antes del último gran rally de Dogecoin.
La presión de compra sostenida suele ser un claro indicador adelantado de aumentos fuertes en el precio. Además, el análisis on-chain revela que los holders de largo plazo de Dogecoin están exhibiendo una confianza mayor en sus inversiones. El índice NUPL (Net Unrealized Profit/Loss), que mide las ganancias o pérdidas no realizadas de aquellos inversores que mantienen DOGE por más de 155 días, acaba de superar el nivel crítico de 0.5. Este punto es interpretado como un sentimiento optimista entre los usuarios, quienes probablemente tiendan a mantener sus posiciones en lugar de vender, contribuyendo a una estabilidad y presión positiva sobre el precio.
La combinación de la sólida demanda en el mercado spot junto con la confianza de los holders a largo plazo crea un ambiente favorable para que Dogecoin continúe su tendencia alcista. No es solo el análisis técnico o los datos on-chain lo que respalda esta predicción, sino también la correlación histórica y estadística entre Dogecoin y Bitcoin. En los últimos tres meses, el coeficiente de correlación entre estas dos criptomonedas ha estado cerca de 0.67, lo que indica una relación bastante fuerte: cuando Bitcoin sube, Dogecoin tiende a seguir la misma dirección. El crecimiento de Bitcoin a niveles cercanos a 105,000 dólares está generando una confianza generalizada en el mercado que podría estimular la demanda en múltiples altcoins, incluyendo DOGE.
De hecho, algunos analistas técnicos sugieren que tras un posible período lateral en la cotización de Bitcoin, Dogecoin podría entrar en una etapa de rally sostenido que se prolongaría por semanas, propulsando su precio hacia niveles no vistos en años. El trader conocido como Trader Tardigrade ha sido uno de los analistas que más énfasis ha puesto en este escenario. Su análisis técnico del par DOGE/BTC recuerda la histórica subida de Dogecoin que, en 2021, lo llevó de 0.0024 a 0.739 dólares, un incremento de más del 30,000%.
Basándose en patrones y estructuras recurrentes, el experto prevé un movimiento similar si Bitcoin mantiene su fortaleza. La cotización semanal de DOGE muestra un cruce alcista del MACD por tercera vez en lo que va de 2025, y cada vez que se ha presentado esta señal se han desencadenado movimientos al alza muy significativos, lo que respalda una posible subida importante dentro del año. Por su parte, Javon Marks, otro trader con seguimiento considerable en la comunidad crypto, indicó que Dogecoin ha demostrado una fuerza considerable tras formar mínimos más altos, un indicador técnico que suele presagiar continuaciones al alza. Marks ha señalado que el objetivo inmediato para DOGE sería alcanzar los 0.65 dólares, nivel no visto desde mayo de 2021, lo que correspondería a un aumento cercano al 180% desde los niveles actuales.
Además, Marks no descarta que, si la dinámica alcista se mantiene, Dogecoin pueda superar el dólar, introduciendo la posibilidad de un rally aún más agresivo. Los fundamentos que sustentan esta perspectiva positiva también apuntan a una comunidad activa, con crecientes desarrollos y de una adopción más amplia en diversos sectores, desde micropagos hasta acuerdos comerciales y plataformas de esports. El hecho de que Dogecoin haya sido originariamente un memecoin no impide que actualmente se considere una opción atractiva para inversiones de corto y mediano plazo, en especial cuando el sentimiento general del mercado cripto es favorable gracias a Bitcoin. Sin embargo, es importante mencionar que todo mercado de criptomonedas está sujeto a volatilidad y riesgos inherentes. Aunque los indicadores se muestran optimistas, el comportamiento de los precios puede verse afectado por factores externos que incluyen regulaciones, movimientos inesperados del mercado global, o eventos macroeconómicos.