Alessandro Addesso, un joven de 31 años originario de Tirol, se encontraba en un momento crucial de su vida. Después de 13 años trabajando en un empleo de turno en una planta de producción, decidió que era el momento de un cambio. Su sueño era convertirse en conductor de tren en la ÖBB, la compañía ferroviaria austríaca. Con gran motivación y entusiasmo, se embarcó en el proceso de selección, seguro de que su nueva carrera le permitiría tener un contacto más cercano con la gente, algo que realmente anhelaba después de tantos años en un trabajo aislante. Alessandro comenzó el proceso con notable optimismo.
Las primeras pruebas fueron prometedoras, y se sentía cada vez más cerca de alcanzar su objetivo. Sin embargo, a medida que avanzaba en el proceso, la sombra de su condición médica comenzó a aparecer. Desde joven, Alessandro había sido diagnosticado con diabetes tipo 1, una enfermedad crónica que requería un cuidado y manejo constante. Desafortunadamente, este aspecto de su vida resultaría ser un obstáculo inesperado en su búsqueda de convertirse en conductor de tren. La situación se tornó angustiante.
En una de las etapas del proceso de selección, el equipo médico evaluador de la ÖBB planteó serias dudas sobre su capacidad para desempeñar el trabajo en base a su condición de salud. Alessandro nunca había sentido la discrminación por su diabetes de la manera en que lo experimentó ahora. "Nunca me había sentido tan discriminado por mi diabetes como lo sentí en esa situación", confesó posteriormente. Esto fue un golpe duro para él, ya que había puesto en espera su empleo anterior para dedicarse completamente a esta nueva oportunidad. El hecho de que la diabetes pudiera afectar su estado como candidato sorprendió a Alessandro.
Había siempre manejado su enfermedad con responsabilidad y había llevado una vida activa y sana. Sin embargo, la industria ferroviaria tenía estándares estrictos en cuanto a las condiciones de salud de sus empleados, especialmente aquellos que tenían que trabajar en un entorno dinámico y potencialmente peligroso como lo es un tren en movimiento. Alessandro no se dio por vencido fácilmente. Motivado por su sueño, decidió buscar la manera de presentar un caso sólido que hablara de su capacidad y compromiso hacia su salud y su futuro papel en la ÖBB. En numerosas ocasiones, buscó asesoría médica y legal, intentando obtener el apoyo necesario que pudiera persuadir a la empresa sobre su aptitud para el puesto.
No obstante, a medida que se acercaba la fecha de la decisión final, la ansiedad y la incertidumbre comenzaron a hacer mella en su ánimo. A pesar de estar preparado para cualquier cosa, Alessandro no podía sacudirse la sensación de que la diabetes estaba echando a perder su sueño. Al final, la respuesta fue devastadora: su solicitud había sido rechazada varios días después de la fecha prevista para su inicio. Afrontar la realidad de que su sueño se había esfumado fue desgarrador para él. Había visualizado a sí mismo como parte del equipo de la ÖBB, llevando a las personas a sus destinos, creando conexiones y siendo parte de una comunidad.
La pérdida de esta oportunidad fue no solo un revés profesional, sino también un golpe personal. Alessandro se sintió traicionado por su propio cuerpo, un recordatorio constante de lo frágil que puede ser la vida y los sueños. A pesar de la desilusión, Alessandro se dio cuenta de que no podía perder la esperanza. Aunque su camino hacia la ÖBB había terminado, había otras posibilidades. A través de su experiencia, comenzó a reflexionar sobre la importancia de la inclusión y la necesitaría educar a los demás sobre la diabetes.
Quería hablar sobre su experiencia, sobre cómo la diabetes no define a una persona y no debería ser un limitante en la búsqueda de un sueño. Con esto en mente, se embarcó en una nueva misión: convertirse en un defensor de los derechos de las personas con diabetes y promover su inclusión en el lugar de trabajo. Inició una campaña en redes sociales, compartiendo su historia para crear conciencia sobre la diabetes y las barreras que enfrentan muchas personas en situaciones similares. Su mensaje resonó con muchos, y poco a poco, comenzó a recibir apoyo de otros que habían pasado por experiencias similares de discriminación debido a condiciones de salud. En este proceso, Alessandro encontró un nuevo propósito y un sentido de comunidad que nunca había sentido antes.
Aprovechando su historia, Alessandro también comenzó a colaborar con organizaciones y fundaciones que trabajan en pro de la salud y bienestar de las personas con diabetes. Participó en charlas y talleres, donde compartía no solo su experiencia personal, sino también conocimientos valiosos sobre la gestión de la diabetes. Se convirtió en un ejemplo de resiliencia y determinación, mostrando que, a pesar de las adversidades, uno puede encontrar nuevos caminos y nuevas oportunidades. Hoy en día, Alessandro sigue luchando y creyendo en un mundo donde la salud no sea un impedimento para alcanzar los sueños de uno. Aunque dejó atrás su sueño de convertirse en conductor de tren, ha encontrado su voz en el activismo y en la concienciación sobre la diabetes.
Su historia sirve de inspiración para muchos, mostrando que los obstáculos pueden ser superados y que a veces, los caminos que menos esperábamos tomar pueden llevarnos a un lugar incluso más significativo. Alessandro Addesso ha dejado en claro que su lucha no ha terminado. Su deseo de ayudar a otros y su pasión por cambiar la percepción de la diabetes continúan motivándolo a diario. A través de su valentía y determinación, está demostrando que la vida está llena de sorpresas y que siempre hay una segunda oportunidad para aquellos dispuestos a luchar por su futuro, sin importar los retos que se presenten en el camino.