En la primera y posiblemente única debate presidencial entre el expresidente Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris, celebrado en el Centro Nacional de la Constitución en Filadelfia, los candidatos intercambiaron ataques y afirmaciones en un ambiente cargado de tensiones políticas. A medida que avanzaba el debate, emergieron una serie de afirmaciones engañosas y falsas que merecen un análisis detallado para proporcionar claridad sobre los hechos. Uno de los puntos más controvertidos fue el comentario de Trump sobre la retirada de Estados Unidos de Afganistán. Afirmó que el país dejó atrás “$85 mil millones en equipo militar nuevo y hermoso”. Sin embargo, esta cifra es engañosa.
De acuerdo con el Informe del Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR), el monto mencionado incluye no solo el equipamiento militar, sino también gastos acumulados a lo largo de 20 años que abarcan el pago de tropas, entrenamiento, infraestructura, entre otros. De hecho, estimaciones más precisas indican que sólo alrededor de $18 mil millones se destinaron a equipamiento militar entre 2002 y 2018. Este tipo de exageración alimenta más la confusión que el conocimiento. En cuanto a la economía, Trump se proclamó el creador de “una de las mejores economías en la historia de nuestro país”, acusando a Harris de haber “destruido la economía”. Sin embargo, este relato ignora que durante las administraciones de Bill Clinton y Ronald Reagan, la economía creció a un ritmo más acelerado que durante la presidencia de Trump.
Los datos del Producto Interno Bruto (PIB) muestran un crecimiento más robusto bajo estas administraciones en comparación con la suya, que culminó en una disminución del 2.2% en 2020. Harris, por su parte, destacó que durante su gestión se han creado más de 800,000 empleos industriales, insinuando que Trump había perdido empleos en este sector. Aunque su declaración se acerca a la realidad—dado que al inicio del gobierno de Biden había aproximadamente 12.2 millones de empleados en manufactura y en agosto de 2024 se reportaron 12.
9 millones—no considera el impacto devastador que tuvo la pandemia en el empleo en 2020, que vio una caída abrupta de más de 1.3 millones de empleos. Sin embargo, oportunidades de empleo se han recuperado desde entonces, lo que Harris aprovecha para resaltar sus logros. Uno de los temas centrales del debate fue la inflación, donde Trump afirmó que “tenían la inflación más alta, quizás en la historia de nuestro país”. Si bien es cierto que la inflación alcanzó un pico del 9.
1% en junio de 2022 durante la presidencia de Biden, otros períodos históricos, como en 1980, vieron tasas de inflación superiores al 14%. A mediados de 2024, la tendencia muestra una disminución, con cifras que caen al 2.9%. La manipulación de estos números es común en la retórica política, y es esencial distinguir entre las observaciones circunstanciales y las estadísticas a largo plazo. Un tema controversial que surgió fue el “Proyecto 2025”, que Harris caracterizó como un “plan detallado y peligroso” que Trump implementaría si es elegido nuevamente.
Trump, al responder, alegó que no sabía nada sobre este proyecto. Aunque fue desarrollado por miembros de su antiguo equipo, él no ha comprometido públicamente implementarlo, lo que lo deja como un punto de discusión teórico más que un plan preciso de acción. La discusión sobre derechos reproductivos también se dio lugar en el debate. Trump alegó que la “elección” de Harris apoyaba el aborto “en el noveno mes” y que se permitía “ejecuciones después del nacimiento”. Estas afirmaciones son incorrectas y reflejan un intento de crear una narrativa alarmista que no se alinea con la ley.
Todas las afirmaciones serias en torno al aborto enfatizan que la infanticidio es ilegal en todos los estados, y el porcentaje de abortos late-term es extremadamente bajo. Los términos utilizados en el debate tienden a sembrar confusión y miedo entre los votantes. Otro punto álgido fue el tema de la inmigración y la criminalidad. Trump alegó que millones de inmigrantes estaban entrando al país cada mes y que muchos de ellos eran criminales. Estas cifras, sin embargo, son enormemente exageradas.
Los datos del Patrullaje Fronterizo indican que en julio se hicieron 56,408 arrestos. Es importante señalar que durante la administración de Biden, se han realizado aproximadamente 7.1 millones de arrestos en la frontera, pero esto incluye a muchas personas que fueron arrestadas en múltiples ocasiones. Junto a esto, no hay evidencias claras que asocien a los inmigrantes con un aumento en la criminalidad, como lo sugieren muchas narrativas políticas. Además, Trump reiteró afirmaciones infundadas de que personas sin ciudadanía están siendo incentivadas a votar en Estados Unidos.
Este tipo de alegaciones carece de fundamento, ya que no existen pruebas que sugieran que los migrantes ilegales votan en cantidades significativas. El voto de personas no ciudadanas ya es ilegal y es castigado severamente. La retórica utilizada aquí alimenta miedos infundados y no se basa en una realidad verificable. Las estadísticas sobre delitos también fueron mal interpretadas por Trump, quien insistió en que “el crimen está por las nubes”. Sin embargo, las estadísticas de la FBI revelan una tendencia a la baja en el crimen violento desde el pico observado durante la pandemia.
Aunque la violencia sí aumentó en 2020, en los últimos meses los índices han disminuido notablemente. Un momento particularmente polémico fue la afirmación de Trump de que en Springfield se estaba reportando que inmigrantes estaban “comiendo perros y gatos”. Esta afirmación fue recibida con escepticismo y claridad: no existe evidencia que la respalde. En términos de la gestión del gobierno y la seguridad pública, este tipo de comentarios contribuyen a una retórica divisiva y basada en el miedo que debe ser confrontada con hechos concretos. Por último, Trump continuó afirmando que había pruebas de que había ganado las elecciones de 2020, a pesar de que estas afirmaciones han sido desestimadas por múltiples fuentes, incluyendo su exfiscal general.