Ilia Topuria se ha consolidado rápidamente como una fuerza dominante en la UFC, causando un gran revuelo en la división de peso pluma antes de dar el salto a las 155 libras, la categoría de peso ligero. Su ambición no solo lo lleva a querer luchar por el título en esta nueva división, sino también a desafiar directamente al actual campeón, Islam Makhachev. Sin embargo, la ruta hacia ese encuentro parece estar bloqueada por ciertos factores dentro de la organización, incluyendo la postura del presidente de UFC, Dana White, quien aparentemente no se muestra tan entusiasta a la hora de enfrentarlo de inmediato con figuras establecidas como Charles Oliveira o Dustin Poirier. El entusiasmo de Topuria por un combate contra Makhachev, en cambio, se presenta como una apuesta estratégica, tanto deportiva como comercial, que podría consolidar su legado y atraer a los fanáticos. La carrera de Topuria ha sido meteórica.
Con una racha invicta y un estilo que combina la técnica con una agresividad calculada, el peleador ha demostrado estar listo para el siguiente nivel. Su reciente abandono del título de peso pluma fue un movimiento calculado, alimentado por la promesa previa de la UFC y de Dana White respecto a alcanzar la gloria en dos divisiones. Esta decisión fue interpretada por algunos como un acto prematuro, pero Topuria subraya que su trayectoria y récord justifican plenamente su salto inmediato a la escena de peso ligero. Para él, enfrentarse a contendientes intermedios o luchar por un puesto de retador número uno sería un paso atrás, una pérdida de tiempo que podría desviar su camino directo hacia la corona máxima. Islam Makhachev, por su parte, ha cimentado su dominio en la división ligera, defendiendo con éxito su título y mostrando una técnica y un estilo que recuerdan al legendario Khabib Nurmagomedov.
Su equipo ha dejado claro que no están interesados en un enfrentamiento inmediato con Topuria, señalando que este último necesita competir por un puesto de contendiente antes de optar por la corona. La relación entre Topuria y el equipo de Makhachev genera una tensión inherente que se traslada a los espectadores y fanáticos, preparando el terreno para una potencial batalla épica en el futuro. Un aspecto particular que agrega mayor complejidad a esta dinámica es la opinión del propio Khabib Nurmagomedov, mentor de Islam y ex campeón invicto de peso ligero. Su consejo a Topuria fue el de ser paciente, sugiriendo que aún no merece un combate por el título. La respuesta de Topuria no se hizo esperar, calificando este consejo como miopía desde una perspectiva de promotor, donde las decisiones deben estar basadas no solo en el deporte, sino también en el impacto comercial.
Topuria considera que un enfrentamiento con Makhachev sería el evento más lucrativo y emocionante para 2025, una rivalidad capaz de superar incluso la mítica batalla entre Khabib y Conor McGregor, gracias a la versatilidad y calidad técnica que ambos peleadores poseen. Ilia también ha expresado su desinterés en volver a medirse con el actual campeón interino, Dustin Poirier, o con Charles Oliveira, con quienes ha tenido roces tenso tanto dentro como fuera del octágono. Califica esos combates como una posible regresión en su carrera, prefiriendo focalizarse en un choque que realmente represente un salto cualitativo y le permita alcanzar la cumbre deportiva y económica. Por si fuera poco, Topuria mostró confianza y valentía en su manera de desafiar a Makhachev, declarando que planea conocer su técnica favorita de sumisión y usarla en su contra en presencia de Khabib, un gesto que refleja su seguridad y deseo de conectar con la historia del deporte. La polémica en torno a Topuria no solo gira en torno a sus rivales o ambiciones, sino también en las acusaciones de ser demasiado codicioso, una crítica que él rechaza señalando precedentes históricos.
Destaca a figuras como Henry Cejudo y Conor McGregor, quienes previamente lograron éxitos en dos divisiones y abrieron el camino para que otros también aspire a ese logro. La crítica hacia su ambición, según Topuria, carece de fundamento cuando se observa la trayectoria de los grandes nombres dentro de UFC. Un dato interesante es que la mayor parte de las defensas del título de Islam Makhachev han sido contra ex campeones o peleadores provenientes del peso pluma, como Alexander Volkanovski. Esto ha llevado al equipo de Makhachev a argumentar que enfrentar a otro ex campeón de pluma como Topuria no les interesa por el momento, ya que consideran que el luchador georgiano debe primero probar su valía ante otros contendientes de peso ligero antes de aspirar al título. La expectativa en el mundo de UFC también está atenta a la posibilidad de que Makhachev mismo pueda cambiar de categoría en busca de la división welter, especialmente observando la pelea por el título de esa división entre Belal Muhammad y Jack Della Madallena, programada para UFC 315.
En caso de que Della Madallena obtenga la victoria, Makhachev tiene intenciones de pelear por el título de 170 libras, lo que abriría una ventana ideal para Topuria en peso ligero. Este escenario podría desbloquear el camino para que la esperada pelea entre Topuria e Islam se concrete, dándole a la franquicia un evento de alto voltaje para el futuro cercano. Por su parte, Dana White, como máximo responsable y promotor, debe equilibrar las decisiones deportivas con las consideraciones comerciales y estratégicas. Su aparente falta de entusiasmo para enfrentar a Topuria con Oliveira o Poirier puede estar motivada por la necesidad de mantener la división ligera estable y coherente, o simplemente porque considera que Topuria debe demostrar aún más en esta división antes de tener una oportunidad directa contra los campeones consolidados. Sin embargo, la presión desde el lado de Topuria y sus seguidores para un combate contra Makhachev está en aumento, y los ojos de los aficionados están puestos en cómo la UFC resolverá esta disyuntiva.
La narrativa en torno a Ilia Topuria es la de un peleador que se rehúsa a seguir un camino convencional y que busca acelerar su ascenso hacia la gloria. Su descontento con la idea de enfrentar a quienes considera rivales de menor envergadura en la división ligera lo convierte en una figura polémica pero también fascinante. La comparación con la trayectoria de Conor McGregor es inevitable, especialmente cuando se habla de romper moldes y redefinir la carrera dentro de UFC. Además, la fama de Topuria como un vendedor seguro para las transmisiones y el interés comercial que genera es un factor que ningún promotor puede pasar por alto. En conclusión, Ilia Topuria representa una mezcla perfecta de talento, ambición y carisma que está sacudiendo la división de peso ligero en UFC.
Su deseo de pelear contra Islam Makhachev no solo es una cuestión de título, sino también un choque que promete ser histórico en términos deportivos y de entretenimiento. Las dudas de Dana White sobre emparejarlo inmediato con Oliveira o Poirier reflejan las complejidades internas de la organización para manejar las divisiones y los calendarios, pero también crean una atmosfera de expectativa que puede beneficiar a todos a largo plazo. La eventual decisión sobre el futuro combate de Topuria será uno de los momentos más decisivos e interesantes para los fanáticos del MMA en 2025 y un paso crucial para establecer una nueva era en las artes marciales mixtas.