Donald Trump, el ex presidente de los Estados Unidos y candidato republicano para las elecciones de 2024, ha decidido combinar su faceta empresarial con su campaña política de una manera sorprendente. En un evento reciente en Mint Hill, Carolina del Norte, Trump presentó su nueva colección de relojes de lujo, llamada "Colección Oficial de Relojes Trump". Esta línea incluye modelos de hasta 100,000 dólares, adornados con diamantes y fabricados con materiales de primera calidad, como el oro de 18 quilates. Esta novedad ha generado tanto admiración como críticas, ya que plantea preguntas sobre la ética de mezclar los negocios con la política en un período electoral. La estrategia de Trump de comercializar productos bajo su nombre no es nueva.
Desde el inicio de su carrera política, ha vendido una variedad de artículos que van desde Biblias, zapatos deportivos y monedas con su efigie hasta criptomonedas. La reciente adición de relojes de lujo parece ser una continuación de esta tendencia. El modelo más destacado de la colección incluye 122 diamantes incrustados en su bisel y está disponible en tres estilos diferentes de oro, alcanzando un precio que solo unos pocos pueden permitirse. A pesar del entusiasmo de algunos de sus seguidores por adquirir estos artículos, la iniciativa también ha suscitado un intenso debate sobre la ética de capitalizar en su campaña electoral. A solo 40 días de las elecciones, muchos críticos argumentan que la venta de productos de lujo, en especial aquellos tan costosos como estos relojes, puede desdibujar la línea entre su promoción política y sus intereses comerciales.
El argumento de Trump contra su oponente, la Vicepresidenta Kamala Harris, por vivir alejada de las luchas económicas del ciudadano promedio, se torna irónico al ver la opulencia de sus ofertas comerciales. En los sitios web dedicados a la venta de estos productos, se indica que los ingresos obtenidos por las ventas no benefician directamente a Trump ni a su campaña. Sin embargo, mencionan que las transacciones están sujetas a un "contrato de licencia remunerada", lo que significa que él sigue obteniendo beneficios de su nombre y su imagen a pesar de las afirmaciones en contrario. Este mecanismo no es nuevo; Trump ya lo utilizó antes de entrar en la política, cuando capitalizó sobre su imagen para vender productos desde agua hasta vodka y hasta steaks. La introducción de los relojes de lujo coincide con una serie de productos que Trump ha lanzado en medio de su campaña.
Esta semana, también presentó monedas de plata valoradas en 100 dólares, además de haber mencionado un "Biblia Dios Bendiga a EE. UU." con un precio de 59.99 dólares, inspirado por la famosa canción de Lee Greenwood. Su habilidad para vender productos a su base de seguidores es una característica que ha definido su carrera, y no parece estar dispuesto a abandonarla, incluso frente a la crítica.
En este contexto, los sneakers con la marca Trump también han logrado atraer la atención. En febrero, lanzó un modelo brillante, de color dorado, con un detalle de la bandera estadounidense, llamados "Never Surrender High-Tops" y vendidos por 399 dólares. De esta forma, está ampliando su imperio comercial y su influencia, todo mientras se presenta como un candidato que entiende y se preocupa por los problemas de la clase trabajadora estadounidense. Además de sus relojes de lujo y zapatos deportivos, Trump ha explorado el mundo de las NFT (tokens no fungibles), ganando entre 100,000 y 1 millón de dólares en ganancias de una serie de tarjetas comerciales digitales que lo retratan en situaciones fantásticas, desde astronauta hasta héroe de cómic. Este giro hacia la digitalización y la venta de productos coleccionables fortalece su imagen como un empresario astuto que conecta con su base de seguidores mediante ofertas exclusivas y limitadas.
La forma en que Trump ha estructurado sus operaciones comerciales ha sido objeto de investigación y escrutinio. Los artículos relacionados con su nombre, incluyendo las monedas, los sneakers, y ahora los relojes, están vinculados a CIC Ventures LLC, una empresa que él declara poseer. La conexión con CIC Ventures permite que su imagen y marca sean licenciadas a varias iniciativas comerciales, manteniendo así una relación simbiótica entre su carrera política y su vida empresarial. El lanzamiento de estos relojes de lujo también ocurre en un momento delicado, ya que Trump se enfrenta a una sentencia judicial que podría tener un impacto significativo en su futuro financiero. Una corte de Nueva York confirmó un juicio civil de fraude por 489 millones de dólares en su contra, aunque hay indicios de que esta sentencia podría ser reducida o anulada en el futuro.
Esto agrega una dimensión adicional a su deseo de solidificar su base de apoyo y asegurar ingresos a través de licencias y ventas de productos. La venta de artículos de lujo a precios exorbitantes en medio de una campaña política plantea preocupaciones sobre las desigualdades económicas y la desconexión con los votantes promedio. Sin embargo, la habilidad de Trump para atraer seguidores leales que no solo aprecian su liderazgo político, sino también su estilo de vida opulento, sugiere que esta estrategia podría tener éxito en captar la atención y el apoyo de su base ferviente. Mientras que algunos pueden ver estos movimientos comerciales como una forma de monetizar su campaña, otros argumentan que este enfoque refleja el auténtico estilo de Trump, un empresario que ha sabido aprovechar cada oportunidad disponible. La combinación de campaña y mercadeo es una técnica que ha utilizado durante años, y aunque pueda levantar cejas, sigue siendo parte de su marca personal.
En conclusión, no hay duda de que Donald Trump ha encontrado una forma de combinar su vida política y empresarial de una manera que sigue atrayendo la atención del público. Los relojes de lujo, junto con su vasta gama de productos de marca, son un testimonio de su perspicacia comercial y su capacidad para mantenerse relevante en el paisaje político actual. Sin embargo, el dilema ético sobre la venta de artículos tan costosos durante una campaña electoral se convertirá en un punto de discusión entre críticos y partidarios, mientras se acerca el día de las elecciones.
