El mundo de las criptomonedas sigue siendo terreno fértil para historias que combinan alta tecnología, crímenes digitales y movimientos sorprendentes en el mercado. En abril de 2025, un suceso particular llamó la atención de inversores, analistas y entusiastas del sector: una supuesta sustracción de 3,520 Bitcoin, equivalente a más de 330 millones de dólares, resultó ser el detonante de un aumento abrupto del 50% en el precio de Monero (XMR), uno de los activos digitales más reconocidos por su enfoque en la privacidad y el anonimato. Este caso fue desentrañado y difundido por ZachXBT, un investigador especializado en seguimiento de transacciones on-chain que reportó una transferencia sospechosa que podría ser indicativo de un robo a gran escala. Según los datos de ZachXBT, los fondos fueron movidos desde la billetera del presunto afectado a una dirección segregada, identificada bajo el formato bc1qcry..
.vz55g. A partir de allí, el botín fue rápidamente lavado en múltiples plataformas de intercambio instantáneo para convertirse finalmente en Monero, una criptomoneda que ofrece capas adicionales de privacidad a sus usuarios. La conversión masiva y urgente pareció crear un efecto dominó en el mercado de Monero, aumentando su cotización hasta alcanzar un máximo intradía de 339 dólares por token, según datos recopilados por CoinMarketCap. Aunque posteriormente el valor experimentó una ligera estabilización, el activo continuó con un crecimiento del 25% en las 24 horas siguientes, negociándose en torno a los 289 dólares por unidad.
La relevancia de este evento va más allá del impacto inmediato en el precio. Resalta el rol que juegan las monedas de privacidad en operaciones ilícitas y la sofisticación de las técnicas para ocultar el origen de fondos robados. Durante la investigación, surgió una hipótesis sobre la posible participación del grupo Lazarus, asociado al estado norcoreano y conocido por ataques cibernéticos, sin embargo, ZachXBT descartó esta idea calificándola de poco probable. En cambio, sugirió que actores independientes, hackers organizados pero no necesariamente ligados a grandes grupos estatales, podrían estar detrás. Por otro lado, expertos como Chainalysis, una firma líder en análisis blockchain, opinaron que aunque hay una preocupación creciente por el uso de criptomonedas enfocadas en la privacidad para actividades ilegales, la mayoría de las transacciones criminales todavía se apoyan en monedas convencionales como Bitcoin, Ethereum y stablecoins.
Estas criptos siguen siendo populares debido a sus características de liquidez alta, capacidad de liquidación instantánea y operatividad sin fronteras – beneficios que atraen tanto a usuarios legítimos como a actores maliciosos. Es importante entender que las monedas como Monero enfrentan barreras en los ecosistemas de intercambio debido a su anonimato, lo que limita su liquidez y hace más difícil su comercialización en plataformas tradicionales. Por ello, aunque su potencial para el lavado de dinero existe, su uso es menos extendido en comparación con las criptomonedas más estándares. Una dimensión interesante de este episodio es la paradoja que enfrentan los criptomercados: la privacidad inherente que ofrecen ciertas monedas busca proteger a los usuarios y garantizar anonimato financiero legítimo, pero al mismo tiempo puede ser explotada por criminales para encubrir actividades ilícitas. Esto abre un espectro de debates regulatorios y técnicos sobre el equilibrio entre libertad financiera y la prevención de fraudes.
Añadiendo complejidad, un video filtrado de Chainalysis en 2024 indicaba que los movimientos en Monero podrían ser rastreados mediante la implementación de nodos propios que recolectan información de transacciones desde 2021, desafiando la creencia popular sobre la inviolabilidad del anonimato en dicha red. Este avance en la trazabilidad sugiere que, a pesar de las capas cifradas, las fuerzas del orden y empresas especializadas pueden seguir el rastro de fondos ilícitos en ciertas condiciones. Más allá de los incidentes relacionados con el crimen, Monero está ganando protagonismo en el comercio minorista, especialmente en mercados donde la privacidad es valorada. Un ejemplo notable ha sido la incorporación reciente de pagos con Monero en supermercados Spar en Suiza, gracias a colaboraciones con organizaciones como DFX Swiss y OpenCryptoPay. Los clientes han compartido experiencias comprando productos con XMR, lo que refleja un avance significativo hacia la adopción práctica y cotidiana de esta criptomoneda.