El octubre de 2024 podría convertirse en uno de los peores meses en seis años para Bitcoin, la criptomoneda más famosa del mundo, y las señales ya son preocupantes. Tras la divulgación de los datos de inflación de septiembre en Estados Unidos, que sorprendieron a los analistas al ser más altos de lo esperado, Bitcoin ha visto un significativo retroceso en su valor. Con el vínculo creciente entre Bitcoin y el índice S&P 500, los inversores se preguntan si este será el mes que rompa con la tendencia positiva que la criptomoneda ha mantenido en años anteriores durante octubre. En los días recientes, Bitcoin alcanzó un mínimo de tres semanas, cotizando a $58,900, una caída que ha generado preocupación entre los inversionistas, quienes, hasta hace poco, esperaban un repunte debido a la histórica tendencia de la criptomoneda de subir en octubre. Sin embargo, el informe del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de EE.
UU. para septiembre ha cambiado drásticamente el escenario. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU., el IPC de septiembre registró una inflación del 2.
4%, superando el pronóstico de 2.3%. Este incremento es significativo ya que indica un aumento en la inflación general y particularmente preocupante para los inversores de criptomonedas y acciones, puesto que el núcleo de la inflación (que excluye alimentos y energía) también mostró un repunte, subiendo del 3.2% al 3.3%.
Estos datos han reducido las ya escasas probabilidades de que la Reserva Federal baje las tasas de interés, un movimiento que se esperaba para noviembre. Desde la publicación de los datos, el mercado de criptomonedas ha estado en una tendencia a la baja, y otros activos como Ethereum y Solana también experimentaron caídas significativas, reflejando la preocupación general del mercado. El capital total del mercado de criptomonedas se redujo en un 3.3%, lo que indica que la confianza se está erosionando. Los analistas están de acuerdo en que el reciente dato de inflación está modificando las expectativas del mercado respecto a la respuesta de la Reserva Federal.
Joshua Gibson, un analista de FXStreet, mencionó que "los inversores estaban esperando que las cifras de inflación de EE. UU. continuaran descendiendo hacia el objetivo del 2% que la Fed ha establecido”, pero el aumento del IPC de septiembre ha complicado esa esperanza. Esa incertidumbre afecta la disposición de los inversores a asumir riesgos, lo que podría llevar a una caída aún mayor en los precios de Bitcoin. El hecho de que el tiempo de la reunión de la Fed coincida con las elecciones presidenciales en EE.
UU. añade un nuevo nivel de incertidumbre a la situación. Los resultados de estas elecciones podrían impactar significativamente las políticas económicas y monetarias, lo que podría alterar aún más el comportamiento del mercado de criptomonedas. Desde una perspectiva histórica, octubre ha sido un mes fuerte para Bitcoin, con un patrón de aumentos de precio en comparación con otros meses. Sin embargo, en 2024, este fenómeno podría verse amenazado debido a la correlación creciente entre Bitcoin y el S&P 500.
La tendencia ha demostrado que cuando el S&P 500 sufre correcciones, Bitcoin a menudo sigue esa caída, un hecho que los inversores deben observar de cerca. Tras alcanzar un nuevo máximo histórico de 5,791 puntos, el S&P 500 sufrió una caída del 0.7% en un periodo de 24 horas, un patrón que resulta familiar para los analistas de mercados. Algunos en el ámbito cripto sugieren que esta correlación estrecha puede ser problemático, dado que muchos inversores de criptomonedas empiezan a adoptar un enfoque más "risk-off" o conservador, especialmente en momentos de tensión económica como el actual. Ali Martinez, otro analista del sector, subrayó que es normal que Bitcoin experimente un retroceso después de alcanzar un nuevo máximo histórico en relación con el S&P 500, indicando que históricamente, el comportamiento de Bitcoin está vinculado a las fluctuaciones del mercado de valores.
Si el S&P 500 continúa en una tendencia a la baja, es probable que Bitcoin también sufra consecuencias similares. Este ambiente inestable ha llevado a los inversores a revisar sus estrategias. La incertidumbre en el consumo y en las decisiones de la Reserva Federal, junto con la distancia de las proyecciones optimistas recientes sobre la economía, han llevado a una reevaluación de las expectativas de rendimiento de activos como Bitcoin. Es clave recordar que, aunque la volatilidad en el mercado de criptomonedas puede presentar oportunidades, también acarrea riesgos significativos. La caída de precios de Bitcoin podría intensificarse si la tendencia de las acciones persiste, lo cual ha llevado a algunos analistas a hablar de la posibilidad de que octubre 2024 sea uno de los peores meses registrados para la criptomoneda.
Sin embargo, no todos están pesimistas. Algunos inversores contemplan la situación actual como una típica fase de corrección, una oportunidad de compra que les permita adquirir Bitcoin a precios más bajos antes de un posible repunte futuro. EstaDualidad resuena con muchos en el mercado, quienes creen que, a largo plazo, Bitcoin sigue teniendo fundamentos sólidos para crecer, especialmente en un entorno donde la inflación persiste y las alternativas tradicionales pueden no ser tan atractivas. El continuo interés institucional en las criptomonedas y el desarrollo de productos financieros alrededor de Bitcoin, como los ETFs basados en Bitcoin, son factores que podrían jugar a favor de su recuperación en meses venideros. Sin embargo, el camino a corto plazo parece estar lleno de desafíos, y los próximos días y semanas serán cruciales para ver si Bitcoin logra revertir la tendencia negativa o si, por el contrario, se desliza aún más hacia un octubre de pérdidas.
Así, en medio de un clima de incertidumbre económica y tensiones en el mercado, Bitcoin se enfrenta a un calendario de octubre potencialmente complicado. Los inversores tendrán que estar atentos a las actualizaciones económicas y a la respuesta de la Reserva Federal, mientras que la correlación con el S&P 500 servirá como un barómetro clave para anticipar el comportamiento de la criptomoneda en el futuro cercano.