En los últimos meses, Solana ha estado ganando terreno en el competitivo mundo de las criptomonedas, especialmente en el área de staking. Recientemente, la capitalización total en staking de Solana logró superar brevemente a la de Ethereum, lo que ha generado un renovado optimismo entre los inversores e interesados en esta red. Este acontecimiento ha sido visto por algunos como un indicativo del potencial de Solana para disputar el liderato en el ecosistema Proof of Stake (PoS), sin embargo, esta superación súbita no ha eliminado las dudas y debates sobre la solidez y sostenibilidad de sus fundamentos técnicos y económicos en comparación con Ethereum. El incremento en la capitalización de staking de Solana estuvo impulsado principalmente por el aumento en el valor de su token nativo, SOL, que alcanzó los 139 dólares en un momento en que Ether (ETH) cotizaba por debajo de los 1600 dólares. Este cambio en el precio fue suficiente para que la capitalización del staking de Solana llegara a aproximadamente 53.
96 mil millones de dólares, superando ligeramente la de Ethereum, que se situaba en 53.77 mil millones. Sin embargo, esta ventaja fue fugaz, ya que Ethereum recuperó su posición tras un aumento del 3% en el precio de ETH, y volvió a alcanzar un valor superior en staking. Este fenómeno, aunque breve, ha sido motivo de discusión entre la comunidad. Algunos seguidores de Solana interpretan el episodio como un presagio del crecimiento futuro de SOL, señalando que podría eventualmente superar a Ethereum no solo en capitalización de staking sino también en la capitalización general de mercado.
No obstante, hay que poner en contexto que, en términos de capitalización de mercado total, Ethereum mantiene una ventaja considerable, con casi 198 mil millones de dólares, mientras que Solana se encuentra en el sexto puesto con aproximadamente 72 mil millones. Además, a lo largo del año, SOL ha tenido un desempeño negativo de alrededor del 27.65%, mientras que el precio de ETH ha caído más del 50%, lo que refleja la volatilidad inherente al sector. Una diferencia clave entre Ethereum y Solana radica en el porcentaje de tokens apostados o bloqueados en staking. En Solana, aproximadamente el 65% de su suministro total de tokens está apostado, muy por encima del 28% de Ethereum.
Este alto porcentaje puede interpretarse de diversas formas. Por un lado, demuestra un alto nivel de confianza y compromiso de los usuarios con la red Solana, motivados también por una tasa de rendimiento anual competitiva del 8.31%, significativamente superior al 2.92% que ofrece Ethereum. No obstante, esta misma cifra ha suscitado dudas entre analistas y expertos, quienes señalan que un porcentaje excesivamente elevado de tokens en staking puede limitar la liquidez y la actividad dentro de la red, además de ser un indicativo de posibles problemas subyacentes.
Algunos críticos argumentan que Ethereum, con un staking relativamente bajo, favorece la utilidad de sus tokens en ecosistemas DeFi y otras aplicaciones descentralizadas, al mantener una combinación saludable entre tokens en staking y tokens en movimiento para otras actividades. Según Archer MD, investigador de DeFi, el objetivo en Ethereum es asegurar la red con la menor ratio posible de staking, fomentando que los tokens estén más involucrados en otras funciones económicas como colateral en préstamos o como activos de intercambio. En cambio, cadenas con ratios de staking demasiado elevados son consideradas, por algunos, como menos útiles o enfocadas únicamente en incentivos financieros, aunque aclaran que este juicio no aplica estrictamente a Solana. Otro factor relevante para evaluar la fortaleza y descentralización de ambos ecosistemas es el número de validadores que operan en cada red. Ethereum cuenta con aproximadamente 1.
07 millones de validadores, una cifra que indica una estructura robusta y ampliamente distribuida. En comparación, Solana registra alrededor de 1,642 validadores, lo que sugiere un menor nivel de descentralización y plantea preguntas sobre su resistencia a ataques o fallos técnicos. La diversidad y cantidad de validadores son cruciales para la seguridad de una red basada en Proof of Stake, ya que contribuyen a prevenir censura y a aumentar la resiliencia del sistema. En cuanto al ámbito de las finanzas descentralizadas (DeFi), Ethereum sigue dominando de forma contundente, manteniendo una distancia considerable sobre Solana y otras cadenas. Su total value locked (TVL), o valor total bloqueado en protocolos DeFi, ronda los 47.
7 mil millones de dólares, mientras que la cifra bridged TVL, que incluye activos transferidos a través de puentes multidireccionales, alcanza aproximadamente 351.73 mil millones. Ethereum alberga más de 1,300 protocolos DeFi y tiene cerca de 350,000 direcciones activas, consolidándose como la plataforma preferida para desarrolladores y usuarios de aplicaciones descentralizadas. Solana, en este sentido, se encuentra todavía en una fase inicial de desarrollo en DeFi, con un TVL de 7.43 mil millones y un bridged TVL de 26.
16 mil millones. A pesar de contar con 4.19 millones de direcciones activas, que reflejan una base de usuarios considerable, el ecosistema DeFi de Solana enfrenta el desafío de su limitada cantidad de protocolos —213 hasta la fecha— y una oferta de productos y servicios aún incipiente en comparación con Ethereum y sus capas 2, como Base, Arbitrum o Polygon. Un elemento que no puede pasarse por alto es el impacto del alto rendimiento ofrecido por Solana en su staking. El porcentaje atractivo tiene el efecto secundario de desincentivar la participación en aplicaciones DeFi, donde los retornos suelen ser más variables y a menudo inferiores a las recompensas relativamente seguras de staking.
Como señala Tushar Jain, cofundador de Multicoin Capital, este efecto puede frenar el desarrollo del ecosistema DeFi de Solana, ya que los inversores y usuarios optan por recompensas más seguras en lugar de arriesgarse en protocolos DeFi menos probados. En resumen, aunque el breve momento en que Solana superó a Ethereum en capitalización de staking representa un hito simbólico y genera expectativas positivas, el análisis detallado muestra que todavía existen diferencias fundamentales profundas entre ambas redes. Ethereum conserva su posición como la plataforma de referencia para las finanzas descentralizadas y mantiene una estructura más diversificada y robusta, aspectos esenciales para su sostenibilidad a largo plazo. Solana, por otra parte, ofrece atractivos rendimientos de staking y una base de usuarios creciente, pero debe enfrentar desafíos significativos en términos de descentralización, diversificación de protocolos y consolidación de su ecosistema DeFi para sostener su crecimiento y potencial liderazgo en el futuro. El debate sobre cuál red prevalecerá o logrará un equilibrio entre seguridad, utilidad y adopción continúa abierto.
Lo que queda claro es que la dinámica entre Solana y Ethereum refleja la evolución natural y necesaria del espacio cripto, donde la innovación constante y la adaptación a nuevas demandas marcan el camino hacia un ecosistema financiero más accesible y descentralizado.