En las últimas semanas, el mercado de criptomonedas ha atravesado un escenario de gran volatilidad y presión de capitales que ha impactado principalmente a los dos principales activos digitales: Bitcoin y Ethereum. Según informes recientes de CoinShares, las salidas de fondos de productos de inversión enfocados en estas criptomonedas superaron los 795 millones de dólares, cifra que representa una de las mayores retiradas de capital en poco tiempo y que amenaza con borrar casi por completo las entradas en lo que va del año. Las Exchange-Traded Products (ETPs), que permiten a los inversores acceder a criptomonedas sin tener que poseerlas directamente, fueron las más afectadas por estos movimientos. Bitcoin, como la criptomoneda más valiosa y ampliamente adoptada, registró salidas por 751 millones de dólares en sólo una semana. Incluso los productos de Bitcoin cortos (short-Bitcoin), que se utilizan para apostar contra la subida del activo, sufrieron pérdidas con salidas por 4.
6 millones de dólares. Aunque en términos acumulados desde inicio de año las entradas a estos productos todavía son positivas con 545 millones de dólares, las recientes tendencias apuntan a un deterioro de la confianza del mercado. A nivel geográfico, Estados Unidos fue el país que registró el mayor volumen de salidas esta última semana, con una cifra impresionante de 763 millones de dólares, lo que demuestra que el mercado norteamericano continúa siendo un barómetro fundamental para la salud de las inversiones en criptomonedas. Suiza, un centro financiero europeo conocido por su regulación favorable a los activos digitales, también vio exactamente 11.9 millones de dólares en salidas, señalando que no existen refugios inmunes dentro del sector.
Ethereum, el segundo criptoactivo más valioso y el pilar de gran parte del ecosistema DeFi (Finanzas Descentralizadas), también experimentó una tendencia negativa con salidas que alcanzaron los 37.6 millones de dólares en productos relacionados. Esta reducción en el apetito inversor se extendió también a altcoins como Solana, Aave y Sui, cuyas cifras de retiro de capital fueron de 5.1, 0.78 y 0.
58 millones de dólares respectivamente. Sin embargo, no todos los activos digitales sufrieron fuertes salidas. XRP, la criptomoneda asociada a Ripple, mostró una leve resiliencia y lideró las entradas con un flujo positivo de 3.5 millones de dólares. Otros altcoins de menor capitalización como Ondo, Algorand y Avalanche también registraron entradas modestas, aunque su impacto es menor comparado con la magnitud de las salidas de los principales activos.
Este contexto de capitales saliendo del mercado coincide con la tercera semana consecutiva de salidas netas de fondos de criptomonedas, acumulando un total desde febrero de 7.2 mil millones de dólares. Esta dinámica casi cancela las entradas que habían sumado 7.35 mil millones de dólares durante este mismo periodo, dejando un saldo netamente negativo para el año, con sólo 165 millones en entradas acumuladas. Las causas detrás de este panorama sombrío son multifactoriales, pero un factor clave ha sido la incertidumbre generada por las decisiones políticas y comerciales internacionales.
Detalles recientes apuntan a una influencia considerable de los movimientos de aranceles impuestos y luego temporalmente pausados por el expresidente estadounidense Donald Trump. Estas tensiones comerciales generaron temores de una corrección fuerte en los mercados globales, afectando también a las criptomonedas. La volatilidad se vio reflejada también en las declaraciones de figuras influyentes, como Larry Fink, CEO de BlackRock, quien advirtió que los aranceles podrían provocar una corrección de hasta el 20% en los mercados, aunque también identificó esta situación como una oportunidad para entrar con inversiones a precios más bajos. A pesar de todo, el mercado muestra signos de recuperación y consolidación hacia el cierre de la última semana. Un efecto directo de la pausa temporal de los aranceles contribuyó a un repunte en los precios y la recuperación parcial de la confianza de los inversores.
Esta mejora impulsó el activo total bajo gestión (Assets Under Management, AuM) a un billón 130 mil millones de dólares, lo que representa un avance del 8% desde el punto más bajo el 8 de abril, que había sido el más débil desde noviembre de 2024. En términos de precio, Bitcoin se cotiza en torno a los 84,974 dólares, con una ligera subida diaria del 0.84%. La capitalización de mercado de esta criptomoneda alcanzó 1.6 billones de dólares, con señales técnicas que indican un próximo nivel de resistencia en unos 88,000 dólares, según análisis del canal Keltner.
Ethereum mostró un desempeño aún mejor, con un incremento del 4.48% en 24 horas, ubicándose en los 1,673 dólares. Este movimiento se acompañó de un aumento en el volumen de negociación de 30.6%, alcanzando los 17.6 mil millones de dólares, señalando una mayor actividad y confianza de los inversores en esta segunda criptomoneda.
La situación actual indica que, aunque el mercado cripto atraviesa un periodo de ajustes y correcciones, la estructura y el interés subyacente en los activos digitales más importantes permanecen sólidos. Es fundamental que los inversores comprendan la naturaleza volátil de estos mercados y continúen analizando las noticias, regulaciones y tendencias globales que pueden influir en sus movimientos. Además, la diversificación del portafolio con altcoins que muestran señales de resiliencia, como XRP, Ondo y Algorand, puede ofrecer oportunidades de mitigación de riesgos en períodos de incertidumbre. En definitiva, el mercado de criptomonedas está en un momento clave que combina riesgos significativos y posibilidades de recuperación. La evolución de factores externos como las políticas comerciales globales, la adopción institucional y el desarrollo tecnológico dentro del ecosistema blockchain serán determinantes para los próximos meses.
Para quienes desean entrar o fortalecer su posición en el mundo cripto, es recomendable mantenerse informados mediante fuentes confiables y considerar la asesoría financiera profesional antes de tomar decisiones de inversión que involucren activos digitales. La historia reciente demuestra que a pesar de las caídas temporales, Bitcoin y Ethereum continúan siendo los pilares fundamentales de la industria, con un potencial de crecimiento a largo plazo que desafía la volatilidad del corto plazo. La gestión cuidadosa y el análisis constante serán las claves para navegar en este mercado en constante transformación.