Tether, la empresa detrás de la criptomoneda estable más utilizada, el USDT, ha tomado una decisión trascendental que podría cambiar el panorama de las criptomonedas en América Latina y, en especial, en El Salvador. A finales de 2024, la compañía anunció su traslado de la sede principal y sus subsidiarias desde las Islas Vírgenes Británicas hacia El Salvador, tras haber obtenido una licencia de Proveedor de Servicios de Activos Digitales (DASP). Este movimiento no solo representa una estrategia empresarial, sino que también resalta la evolución de El Salvador como un núcleo emergente para la industria de las criptomonedas. La decisión de Tether no ha surgido de la nada. Desde 2021, El Salvador ha estado en el centro de la atención internacional tras convertirse en el primer país del mundo en aceptar Bitcoin como moneda de curso legal.
Bajo la presidencia de Nayib Bukele, el país ha impulsado una serie de políticas orientadas a atraer empresas de tecnología y criptomonedas. Al comparar el entorno regulatorio en El Salvador con países más tradicionales, resulta evidente por qué Tether ha optado por este destino. El CEO de Tether, Paolo Ardoino, y la COO, Claudia Lagorio, no solo han estado observando desde la distancia. En 2024, ambos se naturalizaron como ciudadanos salvadoreños y adquirieron propiedades en el país, lo que refleja su compromiso con la nueva sede. Durante una conferencia de prensa, Ardoino explicó cómo el ambiente favorable de El Salvador y el creciente interés en Bitcoin entre la población local fueron factores decisivos en este movimiento.
"Estamos enfocados en los mercados emergentes y creemos que El Salvador es un lugar ideal para fomentar la inclusión financiera y las tecnologías descentralizadas", afirmó. La llegada de Tether a El Salvador representa una oportunidad significativa tanto para la compañía como para el país. La empresa, cuyo valor de mercado se estima en 137 mil millones de dólares, se ha convertido en un jugador fundamental en la economía cripto, y su presencia podría acelerar el desarrollo de la infraestructura digital en El Salvador. Esto incluye no solo la adopción de criptomonedas, sino también el uso de tecnologías para mejorar servicios financieros básicos y facilitar transacciones más rápidas y seguras para los ciudadanos. Una de las áreas en las que Tether planea centrarse es el apoyo a las iniciativas de energía renovable en El Salvador, un país que ha estado explorando proyectos de energía geotérmica para beneficiar tanto a la economía local como a la sostenibilidad ambiental.
Tether ya ha hecho anuncios sobre su compromiso de ayudar al país a desarrollar su capacidad de energía renovable, lo que también se alinea con la creciente demanda de soluciones sostenibles dentro del sector tecnológico. El entorno regulador favorable de El Salvador se ha convertido en un fuerte atractivo para las empresas de criptomonedas. No solo se busca atraer a gigantes del sector, sino también fomentar un ecosistema en el que los emprendedores locales puedan florecer. Con la llegada de Tether, se espera que aumente la inversión en startups de tecnología y blockchain en el país, lo que podría resultar en la creación de empleos y el desarrollo de habilidades en la población joven. Sin embargo, a pesar de las señales positivas que esta relocation trae consigo, es crucial no dejar de lado los desafíos que enfrenta la administración de Bukele.
Si bien la violencia y el crimen han disminuido desde que asumió el cargo, hay preocupaciones sobre los derechos humanos y la represión de voces dissentientes, incluidas las críticas hacia su gobierno. Esta dualidad plantea preguntas sobre la verdadera naturaleza del progreso que se está viviendo en El Salvador. La comunidad internacional está observando de cerca cómo Tether y otras empresas de criptomonedas navegarán en este entorno. A medida que El Salvador se posiciona como un refugio para empresas de criptomonedas, preguntas sobre la estabilidad económica y social del país continúan surgiendo. Sin embargo, la inversión en tecnología y la adopción de criptomonedas pueden ser palancas que ayuden a promover cambios positivos, siempre que se manejen de manera responsable.
Con el respaldo de Tether, es posible que el país logre concretar su ambición de ser un líder en el uso de activos digitales. Por otro lado, la decisión de Tether también podría influir en el resto de América Latina. Si el modelo salvadoreño prueba ser exitoso, otros países podrían sentirse inspirados a adoptar políticas similares, lo que llevaría a un aumento en la competencia y la colaboración entre naciones. Esto, a su vez, podría acelerar la adopción de tecnologías financieras y generar un impacto positivo en la conexión de las economías de la región. Como cierre, la relocation de Tether a El Salvador puede ser vista como un hito que marca el inicio de una nueva era no solo para la empresa y el país, sino para todo el continente.