En abril de 2025, el panorama regulatorio para las criptomonedas en Estados Unidos sufrió un giro importante con la llegada de Paul Atkins como nuevo presidente de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC). Su primer discurso público dejó clara una postura crítica respecto a la gestión previa bajo Gary Gensler, destacando que las políticas implementadas durante esa administración han obstaculizado el desarrollo y la innovación en el mercado cripto. Durante una reunión organizada por el Grupo de Trabajo sobre Cripto de la SEC, Atkins fue contundente al señalar que la incertidumbre regulatoria generada en los últimos años ha sido uno de los principales frenos para el avance del ecosistema de activos digitales y tecnología blockchain. Esta declaración supone un reconocimiento valioso de un problema que desde hace tiempo preocupa a empresarios, inversores y desarrolladores dentro de la industria. La ambigüedad normativa implica, según Atkins, una barrera para que los participantes del mercado puedan diseñar productos innovadores con la confianza y seguridad suficiente para atraer inversión y crecer de forma sostenible.
De esta forma, la falta de reglas claras y definidas ha creado un ambiente de desconfianza y recelo que ha limitado la adopción masiva de tecnología blockchain y criptoactivos en el sistema financiero tradicional. En su intervención, Atkins enfatizó la necesidad urgente de establecer un marco legal adaptado a las características únicas de las criptomonedas y la tecnología de registro descentralizado. Propuso revisar las normativas existentes derivadas de la Ley de Intercambios (Exchange Act) para identificar cuáles son aplicables y cuáles necesitan ser reformuladas o complementadas para reconocer el valor disruptivo de blockchain sin dejar de proteger a los inversores. Este nuevo enfoque sugiere que la SEC bajo Atkins buscará un equilibrio entre regulación y libertad para la innovación. El objetivo es brindar certezas a las empresas que operan en el sector y a la vez garantizar que se mantengan las normas necesarias para la prevención de fraudes, lavado de dinero y otros riesgos asociados.
La industria cripto recibió con esperanza los pronunciamientos de Atkins, especialmente tras meses de tensión bajo la normativa y las acciones restrictivas impulsadas en 2023 y 2024. El repunte del Bitcoin hacia máximos históricos, alcanzando los $100,000 en diciembre de 2024, evidenció la gran oportunidad que representa el ecosistema digital y la necesidad urgente de un marco regulatorio favorable para continuar con el dinamismo y la expansión de estos activos. Otro aspecto relevante que destacó Atkins fue su reconocimiento al papel de la comisionada Hester Peirce, conocida como “Crypto Mom” dentro del sector, por su trabajo en pro de políticas equilibradas sobre los criptoactivos. Peirce ha abogado por enfoques regulatorios sensatos que promuevan la innovación sin sacrificar la protección del consumidor, y su influencia parece seguir vigente en la nueva administración. Entre los cambios significativos que la SEC ha comenzado a implementar se encuentra la retirada de la Staff Accounting Bulletin 121 en enero de 2025.
Esta directriz anteriormente obligaba a los bancos a tratar las tenencias en cripto como pasivos, lo que complicaba la adopción institucional y limitaba el acceso a estos activos. La cancelación de esta norma representa un paso fundamental para facilitar la entrada de capital institucional y el desarrollo de productos financieros basados en criptomonedas. Sin embargo, Atkins advirtió que aún existen desafíos importantes. Manifestó su preocupación por la efectividad del régimen actual de “broker-dealer” especial para participantes del mercado cripto y sugirió la necesidad de explorar un nuevo marco que fomente el crecimiento del sector sin sacrificar la supervisión y el cumplimiento normativo. En materia internacional, el presidente de la SEC afirmó que la agencia continuará aplicando regulaciones estrictas para compañías extranjeras que operan en el mercado estadounidense.
Aquellas que no cumplan con las normativas locales, especialmente aquellas vinculadas a China, podrían enfrentar la exclusión de las bolsas de valores de Estados Unidos, una medida que busca salvaguardar la integridad del mercado y proteger a los inversores. Este abordaje reflejado en las palabras de Atkins propone un equilibrio entre apertura y control, estimulando la innovación dentro de límites prudentes. Con un marco regulatorio definido y claro, las empresas cripto podrán planear con mayor seguridad sus estrategias de negocio y atraer inversionistas que ahora miran con cautela un entorno legal incierto. La relación entre la SEC y la industria cripto ha logrado un punto de inflexión con este cambio de liderazgo. La expectativa generalizada es que bajo la gestión de Paul Atkins se impulsará una regulación más adaptada a la realidad tecnológica y económica de los activos digitales.
Esto no solo beneficiará al mercado estadounidense, sino que también podría sentar un precedente para otros países que enfrentan desafíos similares en la supervisión de criptoactivos. La evolución del sector cripto en Estados Unidos está ahora en una etapa crítica. Con el nuevo enfoque hacia la claridad regulatoria y el fomento de la innovación, existe una oportunidad real para que el país consolide su posición como líder mundial en esta revolución financiera tecnológica. El impulso debe provenir tanto de la colaboración estrecha entre reguladores y actores del mercado como de un compromiso serio para actualizar las leyes y directrices a la velocidad del cambio tecnológico. En conclusión, la crítica abierta del presidente de la SEC a la administración anterior y su llamado a la definición de reglas claras y equilibradas es una señal positiva para el futuro de las criptomonedas en Estados Unidos.
Es probable que esta transición en la política regulatoria fomente un ambiente más propicio para el desarrollo y la adopción masiva de activos digitales, fortaleciendo una industria que cada vez gana más relevancia en la economía global actual.