En el dinámico y a menudo impredecible mundo de las criptomonedas, los inversores que mantienen tokens bloqueados están atravesando un momento particularmente difícil. Según datos revelados por Taran Sabharwal, fundador de STIX, estos poseedores de tokens han experimentado pérdidas promedio de alrededor del 50% en el último año, respecto a las valoraciones obtenidas por medio de transacciones Over-The-Counter (OTC). Esta realidad no solo refleja un escenario de mercado complejo, sino que también pone en evidencia los riesgos inherentes a las inversiones en activos digitales no líquidos y bajo periodos de vesting o liberación gradual. Entre mayo de 2024 y abril de 2025, el desplome en los valores de tokens bloqueados ha sido contundente, superando en promedio el comportamiento general del mercado cripto. Mientras el conjunto del mercado mostró una caída del 40.
7%, estas posiciones bloqueadas bajo contratos y condiciones de vesting registraron descensos promedio del 50%, indicando una vulnerabilidad notable para este grupo de inversores. Algunos proyectos sufrieron caídas aún más pronunciadas, afectando gravemente la confianza y las expectativas de retorno. Ejemplos claros son tokens como Scroll (SCR) y Blast (BLAST), que se desplomaron un 85% y 88% respectivamente, reflejando una depreciación casi total en poco más de un año. Otras criptomonedas relevantes como Eigenlayer (EIGEN) cayeron un 75%, ZKsync (ZK) registró una baja del 64%, Wormhole (W) retrocedió un 50% y io.net (IO) aproximadamente un 48%.
Frente a este panorama sombrío, solo Jito destacó con un rendimiento positivo, incrementando su valor en un 75%. Este único caso contrasta con la tendencia prevalente y plantea la pregunta sobre qué factores pudieron proteger a ciertos proyectos frente a la volatilidad y las caídas generalizadas. La diferencia en el impacto negativo para los tokens bloqueados también se ve acentuada cuando se compara con el rendimiento de Bitcoin (BTC) en el mismo periodo. Mientras BTC registró ganancias alrededor del 45%, el costo de oportunidad para quienes mantuvieron inversiones en tokens bloqueados fue considerable, con pérdidas adicionales de 31% al considerar la liquidez. Esta disparidad evidencia la ventaja de poseer activos líquidos y consolidados en períodos inciertos, frente a la restricción que implica la tenencia de tokens bajo condiciones de bloqueo.
La situación es aún más compleja si se tiene en cuenta que más de $40 mil millones en altcoins que actualmente están bloqueadas se liberarán en los próximos meses. Esta masiva liberación podría desencadenar nuevas presiones de venta, lo que probablemente generará descuentos significativos en los precios OTC de estos activos. En el contexto actual, los analistas advierten que los inversores que intenten salir del mercado OTC durante esta fase enfrentan potenciales descuentos adicionales del 50%, lo que agrava la situación financiera y complica la estrategia para liquidar posiciones con pérdidas mínimas. Para ilustrar el efecto negativo acumulado, si un inversor hubiese destinado $1 en tokens bloqueados hace un año, hoy ese monto valdría aproximadamente $0.50 según las valoraciones de mercado actuales.
Al considerar el descuento vigente en las transacciones OTC, el valor real de liquidación podría ser tan bajo como $0.25. Comparado a una inversión en Bitcoin realizada en el mismo momento, cuyo valor actual sería $1.45, la pérdida es llamativamente alta: un 82.8% en términos relativos con BTC y un 75% en relación al dólar estadounidense.
Este análisis arroja luz sobre los riesgos que implican las inversiones en etapas tempranas de proyectos cripto con esquemas de vesting prolongados. Los tokens bloqueados, aunque ofrecen a menudo condiciones ventajosas para obtener precios preferenciales, conllevan el peligro de quedar expuestos a movimientos adversos del mercado mientras los activos no pueden ser vendidos o liquidados. Los periodos de cliff y vesting que caracterizan a estos contratos impiden reaccionar oportunamente ante las caídas, exacerbando las pérdidas acumuladas. No obstante, se observa una ligera mejora en las condiciones para los inversores, ya que muchas criptomonedas están finalizando sus períodos de cliff para 2025. Esto ha reducido las penalizaciones por descuentos, puesto que las duraciones para la liberación de tokens se acortan, lo que podría ofrecer mejores ventanas para la salida gradual y a mejores precios.
Aun así, la incertidumbre y volatilidad inherentes al mercado continúan siendo un desafío para quienes mantienen posiciones bloqueadas. Las cifras expuestas por STIX y corroboradas por análisis adicionales del mercado subrayan la importancia de la planificación estratégica y la comprensión profunda de los riesgos vinculados a la inversión en tokens con restricciones. Los inversores deben evaluar cuidadosamente el impacto de la liquidez limitada, el momento de la liberación de sus activos y la situación específica de cada proyecto antes de comprometer capital en condiciones de bloqueo. Más allá de las posibles ganancias al principio de los proyectos, estos factores tienen un peso decisivo en el retorno final de la inversión y en la capacidad para proteger capital durante períodos de volatilidad. En conclusión, el panorama actual para los poseedores de tokens bloqueados revela una combinación de desafíos significativos impuestos por la dinámica del mercado cripto y la naturaleza contractual de estos activos.
La proximidad de la liberación de miles de millones en altcoins plantea riesgos adicionales de devaluación y presión de venta. Sin embargo, con una adecuada estrategia y conocimiento, es posible mitigar impactos negativos, buscar oportunidades de salida gradual y aprovechar la potencial recuperación de proyectos sólidos. Para quienes contemplan inversiones en tokens con periodos de bloqueo, la voz de alerta lanzada por STIX es clara: la liquidez y el tiempo son factores tan esenciales como la selección del proyecto mismo, y la exposición a pérdidas notables es un elemento que no puede ni debe subestimarse.