Bitcoin se encuentra en una posición estratégica al ingresar al cuarto trimestre de 2024, impulsado por un conjunto de factores que sugieren un potencial crecimiento significativo. La reciente actuación récord de los fondos cotizados en bolsa (ETFs) de Bitcoin, junto con vientos favorables en la economía global, establecen un escenario optimista para la criptomoneda más prominente del mundo. El lanzamiento de ETFs de Bitcoin spot ha sido el más exitoso de la historia, alcanzando hitos sin precedentes. En su primer mes, dos ETFs, el de Blackrock (IBIT) y el de Fidelity (FBTC), lograron atraer más de 3 mil millones de dólares en flujos de capital, un logro que ningún otro ETF había alcanzado anteriormente. Durante los primeros nueve meses del año, los ETFs de Bitcoin han acumulado unos impresionantes 17 mil millones de dólares en inversiones, superando el récord anterior de flujos anuales de 13 mil millones de dólares establecido por el Invesco QQQ Trust.
Estos ETFs han demostrado ser una herramienta poderosa para captar capital, incluso cuando el precio de Bitcoin se ha consolidado en un rango limítrofe desde marzo. A pesar de las correcciones en el mercado, los flujos hacia estos ETFs continúan creciendo, lo que sugiere que los inversores son relativamente inelásticos ante las fluctuaciones de precios y siguen acumulando posiciones. Esta acumulación de capital podría servir como un amortiguador en momentos de corrección, minimizando la posibilidad de ventas masivas. Una de las dinámicas interesantes observadas es la divergencia entre los flujos de capital hacia los ETFs y el precio de Bitcoin. Esto indica que, aunque el precio ha estado en una tendencia a la baja, la falta de pánico entre los tenedores de los ETFs puede estar contribuyendo a una estabilidad prolongada en el mercado.
En este contexto, es esencial tener en cuenta que los flujos estables podrían aumentar la presión sobre el precio, impulsándolo en momentos de ruptura de niveles de resistencia clave. Recientemente, Bitcoin logró romper una resistencia importante, alcanzando su nivel más alto en ocho semanas y generando un renovado optimismo en torno a un posible repunte hacia finales de año. Históricamente, el cuarto trimestre ha sido el más favorable para Bitcoin, con un retorno medio del 88.8%. En años de reducción a la mitad (halving), como los de 2016 y 2020, el retorno medio se ha disparado a un notable 113%.
Pero no es solo el impulso de los ETFs lo que está alimentando las expectativas alcistas. La Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) ha acelerado la aprobación del comercio de opciones para el ETF IBIT, lo que marca un hito significativo al ser la primera aprobación de este tipo para un ETF de Bitcoin al contado. Se anticipa que la inclusión de opciones atraerá a más inversionistas, ofreciendo nuevas formas de exposición a Bitcoin y aumentando la liquidez en el mercado.
Martin Hegarty, analista de criptomonedas, señala que el aumento de la liquidez es crucial en momentos de volatilidad. “Con más instrumentos disponibles, los inversores pueden diversificar aún más sus estrategias y gestionar el riesgo de manera más efectiva”, afirma Hegarty. Esta mayor liquidez podría atraer la atención de fondos institucionales y grandes inversores, que buscan oportunidades en un ambiente de mercado favorable. Al mismo tiempo, las circunstancias que rodean el caso de bancarrota de FTX añaden otro factor de impulso potencial. Se espera que las distribuciones a los acreedores, que podrían sumar hasta 16 mil millones de dólares, comiencen a fluir en octubre.
Con una alta probabilidad de que estos fondos sean reinvertidos en el mercado de criptomonedas, es probable que Bitcoin reciba una parte significativa de estos capitales. Es asimismo importante considerar el contexto macroeconómico más amplio. La reciente reducción de tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EE.UU., que recortó 50 puntos base en su última reunión, marca el comienzo de un ciclo de políticas monetarias más acomodaticias.
Este cambio de enfoque se ha observado en otros bancos centrales globales, como el Banco Central Europeo y el Banco de Canadá, que también han comenzado a bajar las tasas. La disminución de tasas generalmente se asocia con un entorno económico complicado, pero a corto plazo puede beneficiar a activos de riesgo como Bitcoin al crear un clima más propicio para la inversión. El aumento del suministro monetario global, conocido como M2, también sugiere un incremento en la aversión al riesgo y un posible flujo de capital hacia los activos más volátiles. A medida que se afianza la tendencia de tasas bajas y flujos positivos hacia los ETFs, Bitcoin se encuentra en una encrucijada emocionante. Existe una fuerte posibilidad de que los inversores, tanto minoristas como institucionales, comiencen a ver la criptomoneda como una reserva de valor más estable a medida que la inflación continúa siendo una preocupación en la economía global.