En un escándalo que ha conmocionado a la comunidad de Pasco, Washington, un ex pastor de una iglesia local ha sido acusado de estafar a sus feligreses y a otros inversores por un total de 5.9 millones de dólares en un esquema fraudulento de criptomonedas. La historia de Francier Obando Pinillo, quien fue líder de la iglesia Tiempos de Poder, ha dejado perplejos a muchos, especialmente a sus seguidores, quienes confiaron en él y en las promesas de altos retornos de inversión. Las acusaciones, que surgieron tras una denuncia presentada en un tribunal federal, sostienen que Pinillo prometió rendimientos mensuales de hasta el 40% a las personas que invirtieran en criptomonedas a través de su empresa. Sin embargo, la realidad era muy distinta: nunca realizó las inversiones prometidas y, en lugar de eso, se apropió de los fondos, utilizándolos para su propio beneficio y el de sus asociados.
Esto ha llevado a su arresto en Miami el pasado 5 de diciembre, tras ser acusado formalmente de 25 cargos de fraude electrónico y un cargo por la operación de un negocio de transmisión de dinero sin licencia. El caso ha sido llevado adelante por la Comisión de Comercio de Futuros de Productos Básicos (CFTC, por sus siglas en inglés), una agencia reguladora federal que protege a los inversores y asegura la transparencia en los mercados de futuros. En su demanda, la CFTC señala que Pinillo enfocó sus esfuerzos de reclutamiento en individuos con poca o ninguna experiencia en transacciones de criptomonedas, lo que les hacía más vulnerables a su esquema. Según documentos judiciales, Pinillo sostenía que el esquema involucraba un proceso de "staking" de activos digitales, como el bitcoin, para obtener recompensas. No obstante, las afirmaciones de seguridad y ausencia de riesgo que ofrecía a sus inversionistas resultaron ser falacias.
Muchas víctimas reportaron que incluso recibieron estados de cuenta en línea fabricados, donde aparecían saldos artificialmente inflados, lo que llevó a muchos a creer que estaban obteniendo beneficios reales. Una de las inversoras, por ejemplo, había puesto 36,000 dólares en marzo de 2022 y, según sus estados de cuenta, su saldo llegó a más de un millón de dólares en febrero de 2023. Sin embargo, al intentar retirar su inversión, se encontró con que no había ningún dinero disponible. Esta historia es solo una de las muchas que subrayan la devastación que el fraude ha causado en la comunidad local. Las tácticas de Pinillo no se limitaron solo a la iglesia en Pasco.
El ex pastor también asistió a otros recintos religiosos, incluyendo una megacatedral en Florida, donde presentó su esquema a los congregantes, prometiéndoles la posibilidad de salir de la pobreza a través de sus inversiones. Utilizando su posición como líder religioso, logró atraer a un gran número de potenciales inversores. El esquema supuestamente se vio favorecido por el uso del "ShekkelCoin", un token digital que prometía rendimientos éticos alineados con valores cristianos. Además, prometía a los inversionistas una comisión del 15% si atraían nuevos participantes al sistema, lo que también se asemeja a un esquema de tipo Ponzi, donde los fondos de nuevos inversores se utilizan para pagar a los anteriores. Uno de los aspectos más alarmantes de esta situación es la forma en que Pinillo gestionaba las inversiones.
En vez de utilizar una plataforma legítima de trading, solicitaba que los inversionistas transfirieran su dinero a cuentas bancarias que él controlaba o a billeteras digitales bajo su propio nombre. Así, toda la manipulación se hacía desde su entorno, manteniendo a los inversores en la oscuridad respecto a la verdadera naturaleza de sus fondos. Los problemas comenzaron a acumularse cuando hubo dificultades técnicas en la plataforma que supuestamente utilizaba para realizar transacciones. Pinillo alegó que estos problemas estaban fuera de su control y que pronto podría resolverlos. Sin embargo, en muchas ocasiones, utilizó la quiebra de la famosa plataforma de criptomonedas FTX como excusa cuando algunos de sus inversores reclamaron sus fondos.
Les decía que su dinero estaba en FTX y que las inversiones estaban congeladas, lo que generó más dudas entre los inversionistas que ya se sentían engañados. Los testimonios de los afectados son desgarradores. Muchos de ellos invirtieron sus ahorros de toda la vida, confiando en un hombre que se presentaba como un guía espiritual y financiero. A medida que la verdad afloraba, el desasosiego se apoderó de una comunidad que había creído en la buena voluntad de su pastor. Lo que parece ser una trama típica de una estafa financiera ha resonado en un contexto donde la confianza y la fe son fundamentales.
La combinación de religión y finanzas siempre ha sido un área delicada, y este caso pone de relieve el peligro de mezclar estas esferas sin la debida regulación y supervisión. Mientras tanto, la CFTC y otras agencias están trabajando para recuperar los fondos perdidos y realizar la debida diligencia para proteger a los inversionistas en el futuro. Este caso es un recordatorio de la importancia de la educación financiera y la vigilancia en el mundo de las inversiones, especialmente en un espacio tan volátil como las criptomonedas. La historia de Francier Obando Pinillo es un canto de alerta. La confianza puede ser un bien valioso, pero también puede ser la puerta de entrada a la desilusión y la pérdida.
Las víctimas de este esquema esperan justicia y el regreso de sus ahorros, pero el camino hacia la reparación es incierto. A medida que el caso avanza, la comunidad de Pasco y quienes confiaron en él deben enfrentar la realidad de que no todos los que se presentan como guías tienen intenciones honestas.