Desde la explosiva irrupción de las aplicaciones de reparto de comida en el mercado global, Deliveroo ha sido uno de los actores más activos y reconocidos en Europa, especialmente en Reino Unido y Francia. Su llegada al mercado bursátil en 2021 estuvo marcada por grandes expectativas y un precio inicial de oferta pública (IPO) de 390 peniques por acción que en su momento reflejaba el optimismo generado en plena era pandémica. Sin embargo, la realidad posterior ha demostrado que esas elevadas valoraciones quedaron muy por encima de lo que el mercado y la rentabilidad podrían justificar. En este contexto, la oferta de DoorDash, el gigante estadounidense del delivery, por aproximadamente 2.700 millones de libras por adquirir Deliveroo ha generado un debate importante entre analistas, accionistas, y el público en general.
Lo que en un principio podría parecer una propuesta inferior al precio inicial, en realidad podría significar una oportunidad valiosa para los accionistas y el futuro de la empresa. Para entender por qué, es necesario analizar el desarrollo del mercado desde aquel debut bursátil. Durante la primera ola de la pandemia, la demanda de servicios de entrega creció de manera exponencial debido a las restricciones de movilidad y al cambio radical en los hábitos de consumo. Como consecuencia, muchas startups y empresas en el sector se beneficiaron de esta coyuntura única, situación que fue reflejada en precios de IPO excepcionalmente altos y, en ocasiones, insostenibles. Deliveroo no fue la excepción y su precio de salida al mercado se vio impulsado por ese contexto.
Sin embargo, esa “burbuja” no ha podido sostenerse cuando la situación comenzó a normalizarse y el mercado se volvió más competitivo y costoso. El camino de Deliveroo desde 2021 ha sido una montaña rusa. A pesar de la expansión en nuevas líneas de negocio como la entrega de productos de supermercados, la empresa ha luchado para alcanzar rentabilidad constante y estabilizar sus operaciones. Mientras tanto, sus competidores globales han invertido en fusiones y adquisiciones para aumentar volumen y eficiencia, consolidando así su posición en un negocio que gira en torno a economías de escala y rapidez en la generación de beneficios. DoorDash, con sede en Estados Unidos, es uno de los mejores ejemplos de esta estrategia.
Aunque todavía no opera en Reino Unido, su presencia dominante en América del Norte le otorga un músculo financiero y operativo muy superior, lo que le posiciona idealmente para expandirse a Europa a través de adquisiciones. Ante esta realidad, la opción de recibir una oferta de compra de DoorDash por un precio que representa alrededor de 180 peniques por acción, aunque inferior al precio inicial de IPO, se vuelve pragmática y atractiva para muchos. La propuesta implica un premio sustancial sobre el precio promedio de las acciones en los últimos meses, y representa la valoración más alta que Deliveroo ha visto desde principios de 2022, cuando ya se intuía que el boom se frenaría. Más allá de las cifras, aceptar la oferta significa para Deliveroo unirse a una red global mucho más amplia y contar con los recursos necesarios para competir de manera eficaz en un mercado que no perdona la falta de escala ni de innovación constante. Una importante consideración en la ecuación es la capacidad para generar una guerra de ofertas.
Los accionistas podrían soñar con una entrada de Amazon, que actualmente posee un 13% de las acciones de Deliveroo, para superar la puja de DoorDash. Sin embargo, ese escenario presenta serias complejidades regulatorias y estratégicas. La competencia y los organismos reguladores, como la Autoridad de Mercados y Competencia del Reino Unido, estarían atentos a una posible concentración excesiva de poder en el sector de entrega a domicilio en manos de Amazon, especialmente dada su historia de escrutinio en este aspecto. Por lo tanto, la simpleza y la viabilidad de una oferta de DoorDash refuerzan su atractivo. En términos estratégicos, aceptar la adquisición también presenta ventajas para Deliveroo, cuyo futuro como compañía independiente se vuelve cada vez más complicado.
Su posición como número dos en Reino Unido y Francia es valiosa, pero difícil de ampliar significativamente sin una inyección importante de capital y una expansión global agresiva. Por lo tanto, integrarse en una empresa que ya domina mercados clave y que posee la capacidad de continuar innovando financieramente, puede garantizar mejor rendimiento a largo plazo, tanto para accionistas como para los empleados y socios de la plataforma. De hecho, la historia reciente demuestra que mantener la independencia no es garantía de éxito en el mercado tecnológico y de reparto. Ejemplos como Made.com, que entró en administración poco tiempo después de su salida a bolsa, o Dr.
Martens y el grupo THG, ambos con valoraciones bursátiles en caída libre, evidencian que la sobrevaloración inicial puede convertirse en un lastre si no se acompaña de solidez operativa y crecimiento sostenido. Deliveroo ya ha demostrado resistencia y evolución, pero no se puede obviar la dura competencia y la saturación de un sector donde los márgenes son ajustados y donde el capital es el motor que impulsa la innovación y la captación de mercado. Además, la oferta de DoorDash no solo es una cantidad atractiva para los accionistas. Para Will Shu, fundador y mayor accionista de Deliveroo con un 5.9%, la adquisición representa una compensación significativa que puede destinar a nuevos proyectos o inversiones.
La operación también puede proporcionar una base para redefinir el modelo de negocio bajo una matriz más grande, con mejores capacidades en logística, tecnología y marketing. En términos más amplios, esta unión podría representar un paso estratégico para consolidar el mercado global de entregas a domicilio, estableciendo un nuevo equilibrio de fuerzas que favorezca la innovación y la eficiencia operativa. A nivel del mercado general y de las tendencias económicas, el caso de Deliveroo es paradigmático para ilustrar la transformación que han experimentado las startups tecnológicas que emergieron rápidamente durante el Covid-19 y que ahora enfrentan la presión para demostrar su viabilidad real en condiciones de normalidad. La euforia generalizada que marcó las opiniones de los inversores ha dado paso a una etapa más madura y realista, donde la generación de beneficios, la rentabilidad sostenible y la capacidad competitiva son ahora el centro de atención. En este contexto, asociaciones y adquisiciones estratégicas como la propuesta por DoorDash tienen sentido para consolidar la industria y evitar que empresas valiosas pero dependientes de condiciones coyunturales tengan un desenlace abrupto.
Por último, es fundamental entender que más allá del debate sobre el precio de la IPO y las fluctuaciones bursátiles, la decisión para Deliveroo pasa por evaluar su posición a largo plazo, la competencia global y la capacidad para mantener su relevancia en un mercado cada vez más feroz. La propuesta de DoorDash, aunque quizá no cumpla con la nostalgia de recuerdos financieros pasados, cumple con el pragmatismo que el negocio demanda en el presente y puede asegurar el crecimiento futuro de la plataforma y la protección de los intereses de sus accionistas. En síntesis, olvidar el precio inicial exagerado de la IPO y aceptar la oferta de adquisición de DoorDash es una jugada inteligente y justificada. Ofrece una salida financiera atractiva en circunstancias complejas, consolida una posición estratégica para la empresa y sus aliados, y responde a una dinámica de mercado más realista y sostenible. Deliveroo tiene la oportunidad de formar parte de un jugador global con mayor poder y recursos, lo que será determinante para su éxito en el futuro competitivo de la entrega de comida y nuevos servicios logísticos.
Aprovechar esa oportunidad es no solo sensato, sino probablemente la mejor decisión para sobrevivir y prosperar más allá de las expectativas inflamadas de 2021.