Los residentes de New Brunswick han perdido más de 8 millones de dólares en estafas desde 2023, un problema alarmante que ha llamado la atención tanto a las autoridades locales como a los medios de comunicación. La situación ha empeorado a tal punto que el Centro Canadiense Anti-Fraude ha reportado que la cantidad de dinero perdido a nivel nacional supera los 800 millones de dólares en el mismo período. Las estafas, que han evolucionado en sofisticación y alcance, afectan a miles de ciudadanos, dejando no solo pérdidas económicas, sino también un impacto emocional significativo en las víctimas. Uno de los casos más destacados es el de Bikramjeet Singh, un residente de Miramichi que se ha vuelto cauteloso tras perder 600 dólares en una estafa en línea en 2021. Singh comparte su experiencia en primera persona, relatando cómo recibió llamadas sospechosas de números internacionales que intentaban persuadirlo para que revelara su información bancaria o de tarjetas de crédito.
"Son profesionales. Esto lo hacen para ganarse la vida", menciona con frustración. Su testimonio se convierte en emblemático de la realidad que enfrentan muchos canadienses en la actualidad. Hasta junio de 2024, se ha reportado que los ciudadanos de New Brunswick han perdido casi 5.7 millones de dólares en estafas, una cifra significativa que supera los 3 millones del año anterior.
Nancy Cahill, portavoz del Centro Canadiense Anti-Fraude, ha señalado que una gran parte de estas pérdidas se atribuye a estafas de inversión en criptomonedas en el contexto de relaciones románticas, una práctica conocida como "pig butchering". En este tipo de fraude, los estafadores se ganan la confianza de las víctimas en plataformas de citas, convenciendo a sus presas para que realicen inversiones en criptomonedas. Realizan pequeñas devoluciones para mantener la ilusión de rentabilidad, pero posteriormente demandan más dinero, dejando a las víctimas en una situación financiera desesperante. El reporte del Centro revela que más de 15,000 víctimas en todo Canadá perdieron 284 millones de dólares en fraudes solo en el primer semestre de 2024. A nivel nacional, el número total de canadienses que fueron estafados llegó a 41,988 en 2023, con pérdidas acumuladas de 569 millones de dólares.
La escala de estos incidentes sugiere un patrón preocupante, donde detenidos económicos se convierten en trampas muy reales y dolorosas para muchos. Los estafadores no solo operan a través de falsos sitios de negociación, sino que también están mejorando su persuasión y astucia para atraer a las personas. La nueva estrategia implicaba contactar a las víctimas de estafas anteriores, utilizando canales como redes sociales, correos electrónicos o incluso llamadas telefónicas. Los estafadores se presentan como agentes de recuperación, solicitando tarifas por la supuesta recuperación de fondos, y en ocasiones, logran obtener acceso remoto a las computadoras de sus víctimas, lo que resulta en pérdidas financieras aún mayores. Además, uno de los fraudes más notorios en el último tiempo implica a la Agencia de Ingresos de Canadá (CRA).
Cada año, durante la temporada de presentación de impuestos, se observa un aumento de estafas en las que los delincuentes se hacen pasar por funcionarios de la CRA. Jeffrey Lansing, portavoz de la agencia, enfatiza que las estafas suelen dirigirse a personas mayores de bajos ingresos, prometiéndoles pagos adicionales y llevándolos a sitios web falsos en un intento de robar su información financiera. En una preocupación creciente por la seguridad de sus ciudadanos, la CRA ha lanzado iniciativas inusuales para educar al público sobre la detección de estafas. Entre estas, se encuentra una actividad denominada "escaperoom", donde los participantes deben identificar estafas en situaciones de estrés simulado y tomar decisiones rápidas. Durante esta actividad, los asistentes reciben mensajes de texto y llamadas telefónicas que simulan escenarios de estafa reales, con el objetivo de mejorar la conciencia y la preparación del público frente a estos ataques.
Singh, consciente de la creciente sofisticación de estos fraudes, participó en uno de estos eventos organizados en el CF Champlain Place en Dieppe. Aunque se preparó para cualquier eventualidad, quedó sorprendido por lo difícil que era identificar las estafas en medio de una simulación tan realista. Su puntuación en el evento, un poco más del 50%, refleja la lucha que muchos ciudadanos enfrentan al tratar de protegerse de estos engaños. Los participantes en estos eventos y la CRA enfatizan la importancia de conocer cómo opera la agencia: nunca se solicitan pagos inmediatos ni se utiliza un lenguaje amenazador. En caso de duda, se sugiere que las personas cuelguen la llamada o ignoren mensajes sospechosos, y que contacten a la agencia a través de canales oficiales.
A medida que las denuncias de estafas continúan creciendo, es esencial que tanto los individuos como las comunidades se mantengan informados e involucrados. La educación y la conciencia son las mejores herramientas para combatir el aumento de fraudes que afecta a tantas personas en New Brunswick y en todo el país. Si bien se han establecido protocolos para ayudar a las víctimas, el esfuerzo individual por mantenerse alerta y educado puede ser la diferencia entre ser una víctima más o protegerse de estos engaños. Por último, las autoridades insisten en la importancia de reportar cualquier sospecha de estafa a la policía local o al Centro Canadiense Anti-Fraude. Cada reporte, por pequeño que sea, suma al esfuerzo colectivo de erradicar estas prácticas fraudulentas que se diseminan como sombras sobre la vida cotidiana de tantos canadienses.
Las pérdidas por estafas en New Brunswick son un recordatorio contundente de la vulnerabilidad que enfrentamos en un mundo cada vez más digitalizado. Conocer los peligros y abordar proactivamente las estafas se ha vuelto crucial para proteger no solo los fondos, sino también la paz mental de los ciudadanos. La lucha contra el fraude es una tarea continua que requiere la participación activa de todos los sectores de la sociedad.