En el universo del desarrollo de software, la eficiencia y la simplicidad en los procesos de construcción de proyectos son factores claves para garantizar la productividad y calidad en las entregas. Mill emerge como una herramienta de construcción moderna para entornos JVM que ofrece un enfoque revolucionario conocido como "estilo directo", el cual transforma la manera en que los desarrolladores configuran y mantienen sus procesos de build. Desde su creación en 2017, Mill no solo ha demostrado ser significativamente más rápido que herramientas tradicionales como Maven o Gradle, sino que también ha redefinido la experiencia para los usuarios y equipos que manejan monorepos grandes y complejos. Para comprender el impacto de Mill, primero es importante saber qué hace una herramienta de construcción. Estas herramientas coordinan todas las tareas necesarias para compilar, probar y empaquetar el código fuente.
En proyectos sencillos, un simple guion en Bash podría bastar, pero en proyectos complejos y extensos, se requiere gestionar caching, paralelización, invalidación de dependencias y mucho más, lo que vuelve impráctico el mantenimiento manual. Mill aborda estos desafíos con un enfoque inspirador, tomando ideas de React.js, el popular framework de interfaces de usuario. Al igual que React permitió a los programadores escribir funciones que describen directamente la interfaz deseada en lugar de manipular el DOM mediante callbacks dispersos, Mill permite escribir procesos de construcción como funciones que devuelven directamente el estado final esperado del build, sin necesidad de preocuparse por callbacks o mutaciones ad hoc en el sistema de archivos. Este paradigma "direct-style" significa que cada tarea de construcción es una función simple y transparente, que puede depender de otras funciones y retornar resultados fácilmente rastreables.
En la práctica, esto quiere decir que el desarrollador escribe código que se parece mucho a un script tradicional, pero Mill se encarga automáticamente de la paralelización, el almacenamiento en cache y la invalidación inteligente. Esta ocultación de la complejidad interna no solo acelera el desarrollo sino que también reduce los errores y facilita el mantenimiento. Una ventaja fundamental de este diseño es la integración con los entornos de desarrollo integrados (IDE). La estructura natural en funciones y objetos permite una navegación sencilla entre las diferentes tareas y módulos, algo que es mucho más difícil cuando la lógica de construcción está dispersa en múltiples callbacks o scripts. Esto contribuye a una experiencia desarrollador más agradable y productiva, pues el código del build se vuelve más legible y entendible.
Otra característica que distingue a Mill es su elección de utilizar un solo lenguaje de programación general para definir y ejecutar el build. Mientras que muchas herramientas tradicionales emplean lenguajes especializados para la configuración (como XML en Maven, YAML en otros sistemas o scripts embebidos en Bash), Mill aprovecha Scala, y también soporta Java y Kotlin, lo que permite usar toda la potencia y expresividad de un lenguaje plenamente desarrollado. Este enfoque unifica el código de construcción en un único entorno familiar, evitando la complejidad y las limitaciones que surgen al combinar múltiples lenguajes y herramientas dispares. Gracias a ello, los programadores pueden beneficiarse de características avanzadas como comprobaciones de tipos en tiempo de compilación, autocompletado inteligente y refactorizaciones seguras, gracias al soporte que brindan los IDE más populares. Además, Mill posee un rendimiento notablemente superior al de otras herramientas más tradicionales.
Diversos benchmarks han mostrado que Mill puede construir proyectos Java y Scala hasta seis veces más rápido que Maven y cuatro veces más rápido que Gradle. Esto se debe en gran parte a su estrategia inteligente para paralelizar las tareas, almacenar en caché los resultados y evitar recompilaciones innecesarias. Para proyectos que involucran miles de módulos, especialmente en grandes monorepos, estas mejoras de rendimiento se traducen en ahorros de tiempo significativos y ciclos de desarrollo más cortos. Mill está diseñado para funcionar bien en esos entornos complejos sin requerir grandes cantidades de configuración excesiva o scripts personalizados extensos. Mill también tiene un alto nivel de extensibilidad.
Dado que utiliza un lenguaje general, es posible integrar fácilmente librerías de terceros del ecosistema Java y Scala. Si un equipo necesita usar una herramienta específica o una solución personalizada, pueden hacerlo directamente en el contexto del build sin tener que salir o usar plugins accesorios complicados y difíciles de mantener. Esta característica lo coloca en una posición privilegiada para competir tanto en proyectos que hoy usan Maven o Gradle, como en organizaciones que buscan una alternativa más amigable y ligera a Bazel para monorepos. El uso de Mill es sencillo y directo. Los desarrolladores definen sus módulos y las dependencias en archivos de configuración escritos en Scala.
Por ejemplo, un módulo Java con sus dependencias, compilación y pruebas se puede expresar con pocas líneas de código, reflejando con claridad la estructura del proyecto y dejando que la propia herramienta gestione los detalles de la ejecución. Este modelo beneficia también el manejo avanzado del caching y la invalidación. En lugar de tener que definir manualmente qué tareas deben ejecutarse según cambios en los archivos o timestamps, Mill realiza un análisis detallado a nivel de bytecode y dependencias, lo que permite una invalidación precisa y eficiente, evitando recompilaciones innecesarias. Con relación a la gestión de pruebas, Mill facilita optimizaciones para paralelizar versiones de suites de test intensivas en recursos y tiempo. Esto es especialmente importante cuando se trabaja con entornos JVM donde la ejecución de pruebas puede llegar a ser lenta si no existe una orquestación adecuada.
Desde la perspectiva de la comunidad y el soporte, Mill ha crecido consistentemente desde su lanzamiento. Adoptado inicialmente en el mundo Scala, ha aumentado su penetración en Java, Kotlin y otros lenguajes cercanos al JVM. Su código abierto y la actitud colaborativa del equipo que lo mantiene fomentan que la herramienta continúe mejorando constantemente. Sin embargo, Mill no se detiene allí. Debido a su arquitectura flexible, Mill ha demostrado interés en expandirse para dar soporte a ecosistemas más allá del JVM, incluyendo TypeScript, Python y ambientes multiplataforma.
Esto abre la puerta a que se convierta en una plataforma de construcción más universal, capaz de atender proyectos polilíngües y heterogéneos, un requerimiento cada vez más común en la industria. Frente a herramientas más establecidas, Mill presenta una propuesta de valor clara: un equilibrio excepcional entre simplicidad de uso, potencia funcional, rendimiento y capacidad de adaptación. Mientras Bazel proporciona una plataforma robusta para construir proyectos a escala masiva, Mill apuesta por facilitar la adopción y la gestión sin los costes de complejidad asociados a Bazel, siendo ideal para organizaciones de tamaño pequeño a mediano que buscan mejoras significativas sin sacrificar velocidad de implementación. En resumen, Mill representa un enfoque refrescante e innovador para la construcción de proyectos JVM y más allá. Al aplicar conceptos exitosos de frameworks modernos como React, Mill coloca a los desarrolladores en el centro, permitiéndoles escribir código de construcción natural, legible y mantenible, y delegando en la herramienta la gestión compleja de paralelismo, caching e invalidación.