El ingeniero extraditado del Shangri-La enfrenta cargos por fraude de seis millones de dólares En un escándalo que ha sacudido el mundo de la construcción y la administración de propiedades en Canadá, un ex ingeniero del prestigioso hotel y condominio Shangri-La de Toronto ha sido extraditado desde Florida y arrestado en relación con un fraude multimillonario. Kashif Khan, de 51 años, enfrenta acusaciones que implican la creación de facturas falsas que suman más de seis millones de dólares, así como cargos de conspiración. La historia comenzó cuando Khan, que había trabajado para los subsidiarios en Ontario de la desarrolladora de propiedades con sede en Vancouver, Westbank Corp., recibió un aviso anónimo en 2022. Esta información alertó a la empresa sobre la posibilidad de que Khan estuviera aprobando facturas por trabajos que nunca se habían realizado.
Además, se alega que estaba cobrando dinero en efectivo de los contratistas que emitían las facturas. A medida que las investigaciones avanzaban, se reveló que Khan había tenido un papel central en un elaborado esquema que involucraba al menos cinco empresas que presentaron múltiples facturas a la empresa. La situación llegó a un punto crítico cuando, el 5 de septiembre de 2024, Khan fue extraditado a Canadá después de haber estado residenciado en Orlando y fue enviado directamente a una prisión provincial al ser arrestado debido a una orden de arresto pendiente. Según el detective David Coffey, de la unidad de delitos financieros del Servicio de Policía de Toronto, Khan es considerado el “jugador principal” en este caso. Las acusaciones contra él son graves y se basan en una serie de elementos que apuntan a un patrón de conducta fraudulenta en el que Khan habría abusado de su posición de confianza para enriquecerse indebidamente.
El escándalo empezó a gestarse en 2016, cuando Khan asumió su cargo de ingeniero. Su trabajo le otorgó la autoridad para seleccionar proveedores, negociar tarifas, supervisar trabajos y aprobar facturas. Sin embargo, el abuso de este poder resultó en un esquema que se prolongó durante varios años. En las audiencias judiciales, testimonios de personas involucradas, como Mila Kornilov, quien era responsable de la empresa de limpieza Starlit Ltd., revelaron cómo se orquestó la trama de fraude.
Kornilov relató que Khan solicitaba que su empresa emitiera facturas por trabajos que nunca se completaron, y que ella y sus asociados recibían un porcentaje de las cantidades facturadas. A cambio, debían remitir el resto del dinero a Khan. Esta dinámica de corrupción se mantuvo entre 2017 y 2022, donde se presentaron más de 300 facturas en conjunto que resultaron en la obtención de 2.4 millones de dólares en pagos, de los cuales un total alarmante de 1.7 millones representaban trabajos que no se realizaron.
El método que utilizaban para llevar a cabo el fraude fue sistemático. En sus declaraciones, Kornilov alega que se reunía con Khan en lugares discretos, como estacionamientos, donde le entregaba efectivo por los servicios “prestados”. La relación entre Khan y los contratistas involucrados se convirtió en una red clandestina donde el intercambio de dinero se efectuaba en efectivo o mediante transferencias bancarias, complicando aún más el rastro del dinero. El colapso de esta esquema fraudulentas fue acelerado por la falta de comparecencia de Khan ante la corte en 2022, lo que llevó a que se emitiera una orden de arresto por desacato en enero de 2023. A pesar de que Khan renunció y se mudó a Estados Unidos, el enredo legal continuó, deteriorando su defensa ante las acusaciones civiles impuestas por Westbank.
Según la demanda civil presentada por la empresa, los abogados de Westbank argumentan que Khan ha admitido, de facto, las alegaciones planteadas en su contra, dada su falta de comparecencia y la condena por desacato. Darryl T. Mann, abogado de Torkin Manes LLP, enfatiza que se espera que quienes ocupan posiciones fiduciarias actúen siempre con integridad y honestidad hacia sus empleadores, algo que claramente se ha socavado en este caso. Las pruebas presentadas durante el proceso también revelan cómo Khan no solo participó en la emisión y aprobación de facturas falsas, sino que usó de manera indebida los fondos obtenidos para saldar deudas personales, incluyendo pagos de impuestos, tarjetas de crédito y hasta hipotecas. El caso de Khan ha abierto un debate sobre la ética en la industria de la construcción y la importancia de mantener controles estrictos para prevenir el fraude.
La exploración de estas acusaciones ha resaltado la fragilidad del sistema que permite que individuos abusivos se aprovechen de su posición para enriquecerse a expensas de empresas respetables y trabajadores honestos. Mientras Khan se encuentra tras las rejas en Canadá, la atención se centra no solo en su caso y en las posibles sanciones penales que podría enfrentar, sino también en las implicaciones más amplias que estas revelaciones tienen para la regulación y la supervisión en la gestión de proyectos de construcción y desarrollo inmobiliario. Las autoridades continúan investigando a otros involucrados en este fraude, y se espera que surjan más revelaciones a medida que avanza el proceso judicial. La historia de Kashif Khan es un recordatorio de que, aunque el ambiente empresarial puede estar lleno de oportunidades, también puede estar poblado de riesgos para la integridad y la ética. A medida que las autoridades se comprometen a reforzar las medidas de seguridad y la supervisión dentro de la industria, se espera que los responsables de este tipo de fraudes enfrenten consecuencias irreversible que sientan un precedente en el control del cumplimiento y la honestidad en el sector.
El caso ha dejado a muchos con preguntas sobre cómo es posible que un fraude de tal magnitud pudiera ocurrir y prosperar durante tanto tiempo sin ser detectado. A medida que la justicia comienza a tomar su curso, las respuestas a estas preguntas aún están por llegar. Mientras tanto, la saga continúa y el público observa con atención cómo se desarrollan los eventos, esperando que la verdad salga a la luz.