Rusia en Revisión: Del 6 al 13 de septiembre de 2024 Entre el 6 y el 13 de septiembre de 2024, el escenario geopolítico centrado en Rusia y Ucrania ha estado marcado por tensiones escalofriantes y una serie de desarrollos significativos que continúan transformando la dinámica de la guerra. En un contexto donde los debates sobre el suministro de armas y la estrategia militar son cada vez más relevantes, las decisiones que se tomen en las próximas semanas pueden influir profundamente en el futuro de toda la región. A medida que la guerra en Ucrania entra en una fase crítica, los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia se han encontrado discutiendo la posibilidad de permitir que Ucrania use misiles de largo alcance suministrados por occidente para atacar objetivos dentro de Rusia. Entre estos misiles se encuentran los Storm Shadows británicos y sus equivalentes franceses, los Scalps, que dependen de equipos de navegación proporcionados por Estados Unidos. Esto otorga al país norteamericano el derecho de veto sobre su uso.
Aunque se informa que la administración Biden está cerca de aprobar el uso de estos misiles por parte de Ucrania, la situación es compleja. Las decisiones se ven entorpecidas por la división interna sobre si también deberían permitirse los sistemas de misiles tácticos del Ejército de EE.UU. (ATACMS) para strikes en territorio ruso. Las declaraciones de Vladimir Putin han elevado la alerta.
Durante una reunión el 12 de septiembre, el presidente ruso afirmó que el uso de misiles de fabricación occidental por parte de Ucrania significaría que los países de la OTAN estarían en guerra con Rusia. Esta retórica es inquietante, no solo por las implicaciones militares, sino también por el temor a una escalada que podría involucrar ataques a puntos de tránsito, como bases aéreas en Polonia, lo que llevaría a invocar el Artículo 5 de la OTAN. John Kirby, portavoz de la Casa Blanca, se mostró cauteloso sobre las advertencias de Putin y subrayó que, si bien es necesario tomar estas declaraciones en serio, no son necesariamente nuevas. Por su parte, Lord Kim Darroch, exasesor de seguridad nacional del Reino Unido, instó a los aliados occidentales a tener cuidado con la escalada del conflicto. Matthew Savill, analista del Royal United Services Institute (RUSI), argumentó que levantar las restricciones para el uso de misiles de largo alcance podría presentar a Rusia un dilema táctico, planteando la cuestión de cómo posicionar sus defensas aéreas.
Sin embargo, Savill también enfatizó que, aunque el uso de los Storm Shadows y Scalps ofrecería un impulso moral a Ucrania, es poco probable que altere significativamente el curso de la guerra. Mientras los debates sobre la ofensiva militar continúan, en el campo de batalla, las fuerzas rusas han avanzado en la región oriental de Donetsk, acercándose a la clave ciudad de Pokrovsk. Según el Ministerio de Defensa del Reino Unido, la captura de esta ciudad podría debilitar significativamente las líneas de suministro ucranianas en el frente este. Aunque algunos informes iniciales indicaban un estancamiento en el avance ruso, los desarrollos posteriores sugieren que la ofensiva ha cobrado impulso nuevamente. El contexto en la región es de un intenso fuego de artillería y un notable superioridad rusa en este aspecto, que según el Ministro de Defensa del Reino Unido, es de al menos tres a uno en algunos sectores.
A la par, Rusia ha estado reclutando un número significativo de soldados, un total estimado de 400,000 en el transcurso de este año, incrementando aún más su capacidad militar en el terreno. La situación se complica aún más con el reconocimiento por parte de Ucrania de que su contraofensiva ha tenido que adaptarse. En medio de las presiones externas y la creciente fatiga del apoyo occidental, los líderes ucranianos están sintiendo la presión de presentar un plan más realista para el futuro inmediato del país. El 11 de septiembre, el Secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, viajó a Kyiv para mantener conversaciones con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, con el propósito de comprender mejor las necesidades de Ucrania y cómo Estados Unidos puede, en este momento crítico, ofrecer el apoyo necesario. Zelenskyy ha prometido presentar un "plan de victoria" durante su visita a Estados Unidos, aunque aún no han surgido detalles significativos a partir de su reunión.
Entre tanto caos bélico, los avances ucranianos en la región de Kursk han sido significativos, con el reconocimiento por parte de Zelenskyy de que las fuerzas rusas han empujado a las fuerzas ucranianas a retroceder. Sin embargo, en un tono irónico, afirmó que "todo está yendo de acuerdo con el plan ucraniano". Esta dualidad de percepciones de éxito y retroceso plantea interrogantes sobre la estrategia más amplia que Ucrania planea seguir. Mientras tanto, los efectos humanitarios del conflicto continúan expandiéndose. En agosto, la ONU reportó que 184 civiles ucranianos perdieron la vida a causa de los ataques rusos, una cifra que resalta la devastación que la guerra ha traído a la población civil.
En un giro inquietante, un ataque ruso golpeó un barco internacional en el Mar Negro que transportaba trigo hacia Egipto, lo que amplía aún más las preocupaciones sobre el impacto del conflicto en la seguridad alimentaria global. En el ámbito internacional, se están formulando nuevas sanciones en contra de Irán por supuestamente proporcionar misiles balísticos a Rusia, lo que ha alterado aún más la percepción de la comunidad internacional sobre la guerra en Ucrania. Estas sanciones han sido impulsadas por el supuesto envío de más de 200 misiles de corto alcance a Rusia, lo que les otorgaría una mayor capacidad de ataque contra Ucrania. Esto no solo ha intensificado la diversidad de aliados en la guerra, sino que también ha generado un clima de desconfianza hacia las intenciones de Irán y su papel en el conflicto. En medio de estas tormentas políticas y militares, el debate interno en los Estados Unidos también está cobrando fuerza.
Durante el debate presidencial del 10 de septiembre, tanto el ex-presidente Donald Trump como la actual vicepresidenta Kamala Harris abordaron el tema de la guerra en Ucrania. Trump afirmó que podría poner fin al conflicto "en 24 horas", pero Harris contraargumentó que su postura podría ser una capitulación ante Rusia. A medida que los días avanzan y las tensiones continúan aumentando, el hecho de que Ucrania tenga que enfrentarse no solo a las fuerzas rusas, sino también a las presiones de sus aliados, hace que la atención internacional se mantenga fija en cómo se desenvolverán los acontecimientos. Las decisiones que se tomen en los próximos días y semanas no solo definirán la dirección de la guerra, sino que también podrían tener implicaciones de largo alcance para la estabilidad de Europa y el futuro de las relaciones internacionales. La escena está preparada para un septiembre lleno de decisiones cruciales y un futuro incierto mientras el mundo sigue observando de cerca la evolución de este conflicto que ha resonado en la esfera global como un tema de alta relevancia geoestratégica.
El tiempo de la diplomacia y la estrategia militar está en el centro del escenario, y los actores involucrados están bajo el escrutinio constante de un mundo expectante y alarmado por la posibilidad de una escalada aún mayor.