En la última década, la inteligencia artificial (IA) ha permeado de manera significativa el ámbito educativo, ofreciendo herramientas innovadoras para mejorar el proceso de aprendizaje. Entre estas tecnologías, ChatGPT, un modelo generativo desarrollado por OpenAI, ha captado especial atención debido a su capacidad para interactuar en lenguaje natural y proporcionar contenidos personalizados y apoyo inmediato. La cuestión fundamental que surge es en qué medida ChatGPT realmente influye en el rendimiento académico de los estudiantes, su percepción del aprendizaje y el desarrollo de habilidades cognitivas superiores. Para responder a esta inquietud, un meta-análisis reciente ha sintetizado los hallazgos de 51 estudios experimentales y cuasi-experimentales realizados entre noviembre de 2022 y febrero de 2025, aportando evidencia sólida y actualizada sobre los efectos de esta herramienta en diferentes contextos educativos. Los resultados de este análisis revelan que la integración de ChatGPT en procesos educativos tiene un efecto considerablemente positivo en el rendimiento académico de los estudiantes, con un tamaño de efecto grande (g = 0,867).
Esto sugiere que el uso adecuado de esta tecnología puede potenciar de manera significativa la comprensión y aplicación de conocimientos en diversas disciplinas y niveles educativos. Además, ChatGPT también mejora de forma moderada la percepción que tienen los estudiantes sobre su propio aprendizaje (g = 0,456), lo que indica que esta herramienta no solo facilita el acceso a información, sino que también contribuye a una mayor motivación y actitud favorable hacia el estudio. Asimismo, se observa un impacto positivo en el desarrollo del pensamiento de orden superior (g = 0,457), lo que implica que ChatGPT puede fomentar habilidades como el análisis, la evaluación crítica y la creación, fundamentales para el aprendizaje profundo. Un aspecto destacable es la influencia de ciertas variables moderadoras en la efectividad de ChatGPT. Por ejemplo, el tipo de curso juega un papel crucial en la magnitud del impacto.
Los programas enfocados en el desarrollo de habilidades y competencias mostraron una mayor mejora en el rendimiento, lo que puede deberse a la naturaleza práctica y estructurada de estos cursos, donde ChatGPT puede ofrecer retroalimentación inmediata y apoyo específico. Además, el enfoque de aprendizaje también afecta los resultados: ChatGPT resultó más favorecedor cuando se empleó en modelos de aprendizaje basado en problemas, puesto que su capacidad para generar explicaciones detalladas y ofrecer soluciones contribuye a resolver desafíos complejos de manera autónoma y creativa. La duración del uso de ChatGPT es otro factor determinante en su eficacia. El meta-análisis señala que intervenciones de entre cuatro y ocho semanas maximizaron los beneficios en el aprendizaje, mientras que periodos más cortos no permitieron a los estudiantes familiarizarse lo suficiente con la herramienta para sacar provecho completo. Por el contrario, un uso prolongado más allá de ocho semanas mostró una ligera disminución en el impacto, probablemente debido a que una dependencia excesiva puede limitar el desarrollo genuino de habilidades cognitivas y la retención del conocimiento.
En cuanto a la percepción del aprendizaje, las experiencias de mayor duración también fueron las más efectivas para fomentar una actitud positiva y fortalecer la autoeficacia del alumnado. Importa también la función que desempeña ChatGPT durante el proceso educativo. Cuando actúa como tutor inteligente, proporcionando guías personalizadas, retroalimentación y evaluación, el impacto sobre el pensamiento de orden superior es más pronunciado. Esta función permite que los estudiantes reflexionen sobre sus estrategias de aprendizaje, ajusten sus métodos y profundicen en los contenidos, estimulando el razonamiento crítico y creativo. Por otro lado, en su rol de socio inteligente o herramienta de aprendizaje general, el efecto persiste, pero con menor intensidad respecto a la promoción del pensamiento avanzado.
Pese a estos resultados positivos, no se debe obviar que ChatGPT presenta limitaciones inherentes que pueden afectar la calidad del aprendizaje. Al basarse en modelos entrenados con datos existentes, puede carecer de la capacidad para generar análisis críticos verdaderamente originales o resolver problemas novedosos con alto grado de complejidad. Además, la potencial generación de información inexacta o sesgada constituye un riesgo que debe ser gestionado cuidadosamente mediante la supervisión docente y el uso de marcos educativos adecuados, como la taxonomía de Bloom, para brindar andamiaje y desarrollar habilidades metacognitivas en los estudiantes. El meta-análisis también destaca la importancia de un uso responsable y estratégico de ChatGPT. Su implementación no debe ser arbitraria, sino adaptarse a las características específicas del curso, las necesidades del alumnado y las metodologías pedagógicas empleadas.
Para maximizar su eficacia, se recomienda combinar ChatGPT con métodos activos y colaborativos, asegurar una formación previa en la formulación eficaz de preguntas y en la interpretación crítica de las respuestas generadas, y establecer mecanismos constantes de evaluación formativa para monitorear el progreso y evitar la dependencia tecnológica. Otro punto relevante es que los efectos de ChatGPT se evidencian en distintos niveles educativos, desde la enseñanza secundaria hasta la universitaria, aunque la falta de estudios en primaria y educación infantil limita la comprensión de su impacto en estas etapas. En secundaria, la herramienta puede apoyar la resolución de problemas y la revisión de contenidos complejos, mientras que en la universidad su potencial para facilitar la escritura académica, la comprensión de conceptos avanzados y la preparación de proyectos es considerable. Desde una perspectiva más amplia, la incorporación de ChatGPT en la educación plantea desafíos y oportunidades para docentes, estudiantes y responsables de políticas educativas. Es imprescindible fomentar la alfabetización digital y crítica, capacitar a los profesores para integrar esta tecnología de forma efectiva, y diseñar entornos de aprendizaje que aprovechen al máximo las potencialidades de la IA para personalizar la educación y promover la autonomía estudiantil.