Donald Trump ha estado en el centro de atención una vez más, y esta vez no solo por su candidatura presidencial, sino también por su más reciente y ostentosa aventura empresarial: una colección de relojes de lujo que alcanzan precios estratosféricos de hasta 100,000 dólares. El anuncio de la "Colección Oficial de Relojes Trump" se realizó el 26 de septiembre de 2024, y sus modelos han atraído la atención tanto de sus seguidores como de sus detractores. Desde el inicio de su campaña presidencial, Trump ha seguido una estrategia audaz, combinando su vida política con sus intereses comerciales. A lo largo de sus apariciones, ha promocionado una variedad de productos, incluyendo Biblias, zapatillas deportivas, monedas de plata y tokens digitales. Su última incursión en el mundo del lujo no es más que otra extensión de este enfoque, que ha sido característico en su trayectoria tanto empresarial como política.
Los relojes, además de ser objetos de lujo, simbolizan poder y estatus. En este caso, el modelo más costoso de la colección incluye un bisel adornado con 122 diamantes y está disponible en tres estilos diferentes de oro de 18 quilates. Este despliegue de opulencia llega en un momento en que muchos estadounidenses enfrentan dificultades económicas, lo que añade una capa de crítica a la decisión de Trump de comercializar productos de este nivel durante una campaña política. Trump ha sido conocido por mezclar sus intereses comerciales con su imagen pública desde tiempos inmemoriales, creando un maridaje entre la política y el comercio que ha generado tanto admiración como desaprobación. Este nuevo lanzamiento de relojes podría abrirle la puerta a críticas por parte de sus oponentes, considerando que Trump ha hecho un llamado a la unidad y solidaridad en una época de crisis económica.
La opción de un reloj de 100,000 dólares podría parecer desconectada de la realidad del ciudadano común. Por otro lado, los detractores del ex presidente han señalado que, al lanzar productos de lujo bajo su nombre, Trump no solo busca obtener beneficios económicos, sino también capitalizar su imagen en el contexto de su campaña electoral. Si bien en la descripción de los productos que se venden se expresa que los ingresos no benefician directamente ni a Trump ni a su campaña, el hecho de que todo se maneje bajo un acuerdo de licencia pagado genera cuestionamientos sobre los verdaderos propósitos detrás de estas iniciativas. La situación es aún más compleja dado que, recientemente, Trump enfrentó un juicio civil que culminó con una decisión en su contra por casi 489 millones de dólares. La presión financiera puede ser un factor que motive su actividad empresarial, buscando generar ingresos a través de productos que, aunque no estén directamente vinculados a su campaña, sin duda benefician a su imagen y a su marca personal, aspectos que le han permitido mantenerse relevante en el panorama político estadounidense.
A lo largo de su carrera, Trump ha aprovechado su nombre para lanzar una variedad de productos. Desde el agua "Trump" hasta el vodka y las carnes, su marca ha sido su mayor activo. La colección de relojes no es más que un nuevo capítulo en este libro de estrategias empresariales. La producción de relojes como objetos de colección, que se presenta como un esfuerzo por amoldar su imagen a un objeto de lujo, apunta a los fieles seguidores que están dispuestos a gastar grandes sumas de dinero no solo en su imagen, sino también en lo que representa. Pero, ¿qué significa realmente este tipo de comercialización durante una campaña política? Los analistas subrayan que, al lanzar estos productos de alto precio, Trump está experimentando un enfoque de marketing que podría resonar con un nicho de mercado que busca asociarse con figuras públicas mediante bienes que reflejan estatus y éxito.
Esto podría alienar a una base electoral más amplia, especialmente en un período marcado por desafíos económicos y sociales. Sin embargo, para aquellos en su círculo cercano o en la clase alta, adquirir un reloj de esta colección podría significar una forma de alinearse con la figura de Trump, así como una inversión en un bien que, según sus promotores, no está destinado a ser considerado como un mero objeto de especulación financiera. Lo interesante de esta estrategia es cómo se diferencia de sus intentos anteriores de negocio. En vez de depender de productos de consumo masivo, como bibles o monedas, ahora Trump se sumerge en el mercado del lujo. Esto podría ser una respuesta a la cambiante demografía de su apoyo, buscando captar la atención de un público con mayor capacidad adquisitiva.
Aunque el precio puede resultar chocante, puede que no sorprenda a quienes han seguido su carrera. Trump siempre ha mantenido una imagen de ostentación, y esta colección de relojes podría interpretarse como un reflejo de esa filosofía. La colección también incluye un modelo más accesible, titulado "Fight Fight Fight", que se oferta a un precio de 499 dólares. Este acercamiento ofrece un puente entre los segmentos de mercado, permitiendo que sus seguidores más apasionados, pero no necesariamente adinerados, también puedan hacerse con un recuerdo del ex presidente. Sin embargo, la existencia de un modelo tan barato al lado de uno de 100,000 dólares plantea preguntas sobre la segmentación de su base de apoyo y cómo está intentando mantenerla unida en torno a su figura.