El CEO de una firma de criptomonedas valorada en 1.3 mil millones de dólares parece ser completamente falso En el mundo del criptoespacio, donde las promesas de grandes retornos pueden atraer a inversores de todo tipo, surge una historia que parece sacada de una novela de ficción. La firma HyperVerse, que prometía un metaverso brillante y ganancias rápidas, se ha visto envuelta en un escándalo monumental. La figura central de esta historia es su CEO, Steven Reece Lewis, quien ha demostrado ser tan real como un castillo de naipes. Desde su anuncio en 2021, donde logró captar la atención de numerosos inversores, Reece Lewis fue presentado como un ejecutivo cotizado con credenciales impresionantes.
Se decía que había estudiado en la Universidad de Leeds y en la Universidad de Cambridge en el Reino Unido, había trabajado en Goldman Sachs y había vendido una startup a Adobe. Sin embargo, la investigación realizada por The Guardian ha revelado que este personaje nunca existió realmente. Es más, ninguna de las instituciones mencionadas podría confirmar su existencia. La historia de HyperVerse es emblemática de muchas estafas que han plagado el cripto mercado. Con promesas de un retorno mínimo del 0.
5% diario, la firma logró atraer inversiones por un total estimado de 1.3 mil millones de dólares hasta principios de 2022. Sin embargo, al igual que muchas otras versiones de estafas de tipo Ponzi, las inversiones prometidas nunca se materializaron, dejando a los inversores, muchos de ellos australianos, con las manos vacías. El esquema de HyperVerse se desveló de manera trágica. Originalmente conocido como HyperFund, la empresa fue objeto de advertencias por parte de las autoridades reguladoras del Reino Unido, que la catalogaron como una estafa.
Después de un breve periodo de inactividad, HyperFund se rebrandeó como HyperVerse, auparando a Steven Reece Lewis como su nuevo CEO en un evento de lanzamiento online. Esta fue la primera vez que el nombre de Lewis brilló en el escenario, aunque su esencia hubiera sido más acertada si hubiese permanecido en las sombras. La llegada de figuras reconocidas como Chuck Norris y Steve Wozniak, quienes realizaron videos promocionales para HyperVerse, dio un aspecto de legitimidad a la firma, aunque rápidamente se desnudó la ilusión. Estas celebridades, hasta donde sabemos, no tenían conocimiento de la naturaleza fraudulenta de HyperVerse. Sin embargo, sus imágenes fueron utilizadas para promover esta empresa que se desmoronaba.
Al profundizar en los aspectos técnicos de la estafa, se cuenta que HyperVerse funcionaba como un sistema piramidal, donde los nuevos inversores financian a los anteriores. Esto se traduce en un regreso inverso a los fundadores, quienes quizás estén riéndose desde sus cómodas oficinas o disfrutando de alguna escapada en el extranjero con el dinero de los inversores. Desentrañar la realidad de Steven Reece Lewis es una hazaña tan compleja como tratar de encontrar un hilo de verdad en una telaraña de mentiras. Cuando los periodistas de The Guardian intentaron confirmar la identidad del supuesto CEO, se encontraron con una pared de silencio. No solo las universidades mencionadas no tenían registro de él, sino que tampoco había rastros de este “ejecutivo” en registros empresariales en el Reino Unido o en Estados Unidos.
La única huella digital que puede atribuírsele es un perfil de Twitter creado un mes antes del relanzamiento de HyperVerse, que solo tiene una serie de retweets y carece de contenido original. ¿Quién era el individuo que se presentó como Reece Lewis en el evento de rebranding de la empresa? Esa es una pregunta que, por ahora, queda sin respuesta. ¿Era un actor contratado o simplemente un engaño más en un juego de duplicidad? Las preguntas se acumulan. ¿Por qué alguien querría crear una figura ficticia para liderar una estafa de criptomonedas? ¿Y cómo es que las personas todavía creen en tales promesas engañosas a pesar de los múltiples escándalos que han devastado el mundo de las criptomonedas? ¿Es la desesperación por un retorno rápido y fácil lo que nubla el juicio de los inversores potenciales? La saga de HyperVerse es una amarga lección sobre la importancia de la investigación y el escepticismo en el entorno financiero. Para muchos, el sueño de hacerse rico rápidamente se ha convertido en una pesadilla.
A medida que más personas se sumergen en el mundo de las criptomonedas, es crucial establecer un enfoque crítico sobre las oportunidades que se presentan. Mientras tanto, los verdaderos fundadores de HyperVerse, Sam Lee y Zijing “Ryan” Xu, siguen en la oscuridad, disfrutando posiblemente de los frutos de su engaño. Se han revelado antecedentes de involucramiento en otros proyectos de criptomonedas dudosos, lo que genera la preocupación de que haya otros potenciales fraudes en el horizonte. El fraude y la trampa parecen ser parte del paisaje en el sector de las criptomonedas, donde la innovación se enfrenta a la immoralidad. Muchas plataformas legítimas luchan por ganar credibilidad junto a estas entidades engañosas.
Para los inversores, el llamado de advertencia es claro: investiga a fondo antes de invertir tu dinero duramente ganado. La historia de HyperVerse y su falso CEO es, quizás, un recordatorio escalofriante de que, si parece demasiado bueno para ser verdad, probablemente lo sea. El viaje de HyperVerse no ha terminado. A medida que las investigaciones continúan y más víctimas se presentan, la presión para cerrar este capítulo oscuro del criptoespacio se incrementa. Sin embargo, el desafío persiste en la confianza del público y la integridad del mercado.
En resumen, la historia del CEO ficticio de HyperVerse es un reflejo de la dinámica actual en el sector financiero contemporáneo: una advertencia sobre las tentaciones del rápido enriquecimiento en la era digital y cómo las ilusiones pueden aventurarse mucho más allá de las esperanzas de un futuro próspero.