Los bosques tropicales son uno de los ecosistemas más valiosos del planeta, no solo porque albergan cerca de la mitad de la biodiversidad mundial, sino también por su papel esencial en la regulación del clima global. Estos ecosistemas absorben enormes cantidades de dióxido de carbono, ayudando a mitigar el cambio climático. Sin embargo, en los últimos treinta años, se ha detectado un fenómeno preocupante: las lianas, un tipo de planta trepadora, están aumentando de manera acelerada y extendiéndose en vastas áreas de estos bosques, amenazando su salud y funcionalidad, y este crecimiento es tan significativo que es visible incluso desde el espacio.Las lianas, conocidas también como bejucos, son plantas trepadoras que se apoyan en los árboles para llegar a la copa del bosque sin invertir en estructuras propias fuertes. Esta ventaja les permite crecer y propagarse rápidamente, utilizando a los árboles como soporte físico y competencia directa por recursos esenciales como la luz solar y el agua.
Son plantas consideradas parasitarias y compiten directamente con los árboles para obtener nutrientes. Cuando las lianas dominan un área, pueden cubrir los árboles completamente, restringiendo la fotosíntesis de las hojas y reduciendo la capacidad de los árboles para crecer y regenerarse.Investigaciones recientes realizadas por científicos de la Universidad de Leiden han demostrado que el incremento de las lianas no es un fenómeno local, sino que afecta a bosques tropicales de todo el mundo, desde América Latina hasta los bosques de Asia y África. El aumento en la presencia de las lianas ha sido tan marcado que su cobertura ha crecido entre un diez y un veinticuatro por ciento por década. Esto representa un cambio significativo en la estructura de estos ecosistemas, ya que en zonas que las lianas invaden de forma masiva, la regeneración arbórea se detiene casi por completo.
En algunos casos, la capacidad de almacenamiento de carbono de estos bosques puede reducirse hasta en un 95%, una cifra alarmante que se asemeja a los efectos de la deforestación directa.La causa principal de esta proliferación se relaciona con el aumento de los niveles atmosféricos de dióxido de carbono provocados por la actividad humana. Todas las plantas crecen más rápido con concentraciones elevadas de CO₂, pero las lianas parecen tener una ventaja competitiva considerable. A diferencia de los árboles, que invierten grandes cantidades de energía en desarrollar troncos y ramas fuertes para sostenerse, las lianas “hacen trampa” al aprovecharse del soporte ya existente que les proporcionan los árboles. Además, sus hojas requieren menos energía y nutrientes para producirse, y su particular estructura les permite capturar más eficazmente la luz solar.
Estas características hacen que las lianas crezcan rápidamente y cubran el dosel del bosque, eclipsando a los árboles y privando a las plantas inferiores y al suelo de la luz necesaria para su crecimiento.Lo sorprendente es que estas diferencias en la estructura y propiedades ópticas de las hojas permiten que las lianas sean identificadas desde imágenes satelitales. Los científicos emplearon modelos matemáticos y mediciones directas desde las copas de los árboles en Panamá para comprender cómo interactúa la luz con las hojas de estas plantas en comparación con las hojas de los árboles. Las hojas de liana reflejan más luz e infrarrojo que las hojas de árbol, y su posición relativamente horizontal maximiza la captura de luz, dejando poco espacio para que la luz alcance otros niveles del bosque. Esto las convierte en ecosistemas egoístas y dominantes, cuyo impacto negativo puede ser evaluado con precisión desde el espacio.
El hecho de que las lianas puedan detectarse y mapearse por satélite abre una nueva dimensión en la vigilancia ambiental, permitiendo a los científicos estudiar su extensión y desarrollo global con un alcance y detalle sin precedentes.Aunque la expansión de las lianas representa una amenaza tangible para los bosques tropicales, la ciencia señala que no es recomendable intervenir de forma inmediata erradicándolas. Las lianas cumplen un papel ecológico complejo: producen frutos durante todo el año y sirven como hábitat y fuente de alimento para diversas especies de monos, aves y otros animales que dependen de ellas para sobrevivir. Destruirlas de forma indiscriminada podría causar un desequilibrio ecológico aún mayor y afectar a la fauna local. Por ello, los expertos hacen énfasis en la importancia de entender más a fondo el rol de las lianas y sus interacciones antes de implementar medidas de control.
Sin embargo, la expansión acelerada de las lianas está estrechamente vinculada al cambio climático. Por esta razón, la solución más efectiva para ralentizar su avance es abordar las causas que impulsan el aumento del CO₂ atmosférico. La mitigación del cambio climático, mediante la reducción de emisiones y la protección de los bosques, resulta fundamental para preservar el equilibrio de estos ecosistemas y la biodiversidad global.Además, el monitoreo de las lianas desde satélites puede facilitar la creación de políticas y estrategias de conservación más informadas y específicas. Con información precisa sobre dónde y cómo crecen las lianas, los gobiernos y organizaciones ambientales pueden priorizar acciones y conservar las zonas más vulnerables mientras se aprende más sobre la biología y ecología de estas plantas trepadoras.
En resumen, las lianas están cambiando silenciosamente el rostro de los bosques tropicales, y su fenómeno es detectable a escala global gracias a los avances tecnológicos en imágenes satelitales. Este fenómeno pone en evidencia cómo el cambio climático afecta no solo la temperatura o el nivel del mar, sino también la dinámica interna de ecosistemas esenciales para la vida en la Tierra. Proteger la salud de los bosques tropicales requiere una combinación de ciencia avanzada, políticas comprometidas contra el cambio climático y una comprensión profunda del delicado equilibrio natural. La invasión de las lianas es una llamada de atención clara y urgente para cuidar estos pulmones verdes del planeta que, aunque invisibles desde el suelo en su totalidad, están a la vista del mundo desde el espacio.