Mantra (OM), considerado uno de los proyectos más prometedores del ámbito de activos del mundo real (RWA), sufrió una caída abrupta y devastadora que impactó profundamente a la comunidad cripto y sembró dudas sobre su futuro. En apenas una hora, su valor se desplomó en un 90%, un fenómeno pocas veces visto a tal magnitud en la historia reciente de las criptomonedas. Este suceso generó comparaciones inevitables con la crisis de Terra Luna de 2022, un episodio que marcó el ecosistema descentralizado y que todavía resuena en la memoria colectiva de los inversores. Sin embargo, lejos de resignarse a la debacle, la respuesta del CEO John Patrick Mullin ha sido crucial para impulsar una recuperación que, hasta ahora, ha logrado que Mantra (OM) suba un 35% tras el crash. Lo más destacado ha sido su decisión de quemar su propio paquete de tokens, una medida que apunta a tranquilizar al mercado y fortalecer la confianza perdida.
El desplome de Mantra (OM) no solo sorprendió por la rapidez con que se produjo, sino también por su magnitud. Lo que antes era considerado un activo estable y con prometedor desarrollo, de repente mostró una vulnerabilidad inesperada, lo que afectó a inversores y especuladores que apostaban por su crecimiento. Las causas apuntan mayormente a liquidaciones forzosas en exchanges centralizados (CEX), que al desencadenarse generaron una venta masiva y un pánico generalizado. Este fenómeno evidencia nuevamente la influencia que las plataformas centralizadas siguen teniendo en el precio de activos descentralizados, a pesar del continuo impulso hacia sistemas más autónomos y distribuidos. Frente al colapso, John Patrick Mullin no solo se limitó a explicar las causas, sino que dio un paso adelante con un gesto contundente: anunció públicamente que quemaría los tokens de su equipo asignados a su participación.
Este gesto busca hacer creer a la comunidad y a los inversores que la base del proyecto está comprometida con un crecimiento real y sostenible y no solo con beneficios propios a corto plazo. La cantidad de tokens propiedad del CEO alcanza los 772,000 OM, cuyo valor alcanzó un pico en tiempos anteriores de aproximadamente 6.94 millones de dólares y que, tras la caída, se desplomó a poco más de 600,000 dólares. Esto da una idea clara del impacto económico que implica su sacrificio y muestra un compromiso personal significativo. La reacción del mercado ante este anuncio fue en general positiva, devolviendo a Mantra OM un incremento próximo al 35%.
No obstante, el precio encontró resistencia en los 0.90 dólares, un nivel que parece actuar como barrera psicológica y técnica para el activo. Esta resistencia denota que, aunque existe apetito para comprar tras las recientes pérdidas, el bajón precipitó una fuerte presión de venta que todavía dificulta una auténtica recuperación. Sin embargo, el hecho de que haya habido una reacción alcista tan marcada en pocos días demuestra que el proyecto no está condenado y puede seguir adelante. Una de las dudas más recurrentes entre analistas e inversores gira en torno a la verdadera efectividad del quemado de tokens como estrategia.
Aunque algunos piensan que es un gesto para recuperar la confianza que puede tener buenos efectos inmediatos, también se advierte el riesgo de que la moral y motivación del equipo desarrollador se vean afectadas a largo plazo. Ran Neuner, trader de CNBC y fundador de Crypto Banter, expresó que aunque la quema es una buena señal, puede causar una desmotivación para mantener la innovación y el desarrollo dentro de Mantra. La respuesta de Mullin fue clara y explica que la intención no solo es simbólica, sino que la quemadura se plantea dentro de un mecanismo controlado por la comunidad, lo que refuerza la idea de descentralización y de involucrar a la base de usuarios en decisiones cruciales. Además, reafirmó que el equipo continuará trabajando activamente en el desarrollo de productos relacionados con activos del mundo real, independientemente de las fluctuaciones del precio del token nativo. Mantra como protocolo Layer-1 enfocado en RWA se ha posicionado en el mercado por ofrecer una infraestructura on-chain robusta y orientada a usos institucionales.
Esto implica que la utilidad del token y la plataforma tiene un fundamento real y un valor subyacente que va más allá de la mera especulación. La integración de activos tangibles y el respaldo por parte de entidades serias pueden dar a este proyecto un margen de desarrollo y adopción importante, incluso en periodos de volatilidad alta y caída del precio. Actualmente, el token Mantra (OM) tiene cerca de 989 millones de unidades en circulación, una cantidad moderada que significa que cualquier esfuerzo para reducir el suministro, como la quema de tokens, puede tener un impacto significativo en la oferta y, potencialmente, en el valor del activo. Sin embargo, para que la recuperación sea sostenible se necesitará el regreso de grandes inversores que aporten capital fresco y respalden el proyecto, evitando que nuevas ventas presionen hacia abajo el precio. Técnicamente, Mantra apunta a romper el nivel de resistencia en la banda media de Bollinger, que actualmente se sitúa en 1.
26 dólares, para empezar a apuntar hacia metas más ambiciosas como la banda superior marcada en 4.56 dólares. A pesar de estos desafíos, el historial de precios indica que Mantra ha tocado mínimos en torno a los 0.02 dólares, lo que demuestra la volatilidad extrema de esta clase de activos. El precio post-crash actual, aunque bajo, todavía está muy por encima de esos niveles más bajos.
Esto ofrece una perspectiva alentadora para quienes creen que el activo puede remontar y consolidarse en un rango superior conforme la plataforma avance en sus desarrollos y se fortalezca la comunidad. Otro aspecto a considerar es que la quema o reestructuración del suministro de tokens del equipo, cuya liberación está programada para iniciar en 2027, todavía es una incógnita. Esta liberación futura agrega incertidumbre sobre la oferta circulante total, lo que puede influir en la valoración y la percepción de riesgo por parte de los inversores. Aun así, el CEO ha destacado que es un mecanismo “controlado por la comunidad”, lo que abre una vía interesante hacia la gobernanza descentralizada y decisiones conjuntas sobre la emisión final de los tokens. Mantra OM ejemplifica el impacto que pueden tener factores externos, como las liquidaciones en exchanges centralizados, en la estabilidad de proyectos descentralizados.
Este caso también pone de manifiesto la importancia de las acciones de liderazgo para recuperar la confianza y la relevancia en un mercado altamente competitivo y sensible a noticias y decisiones internas. La combinación de tecnologías innovadoras en el ámbito de los activos reales, junto con estrategias de gestión acertadas, podría catapultar a Mantra a ocupar un lugar destacado dentro del criptoescenario a futuro. En definitiva, Mantra (OM) está atravesando un periodo turbulento marcado por una caída histórica que ha puesto a prueba su resistencia y la credibilidad de sus líderes. Sin embargo, la estrategia de quemar tokens por parte del CEO, lejos de ser un simple gesto simbólico, se perfila como un movimiento estratégico para estimular la confianza y mantener el compromiso de la comunidad. La evolución futura del proyecto dependerá de múltiples factores, incluyendo la capacidad de atraer inversores institucionales, la implementación exitosa de su infraestructura RWA y la gestión eficiente de la oferta total de tokens.