La gigante de auditoría y consultoría PricewaterhouseCoopers (PwC) ha anunciado un recorte de aproximadamente 1,500 empleos en Estados Unidos. Esta medida representa un ajuste cercano al 2% de la plantilla total del país, que cuenta con alrededor de 75,000 empleados. La decisión de la firma es resultado de una estrategia interna que responde a varios factores, entre ellos, una prolongada fase de baja rotación de personal y la necesidad de adaptarse a un entorno empresarial en constante evolución. PwC es una de las cuatro principales firmas de servicios profesionales del mundo, conocida como parte del "Big Four", y con presencia global dentro del sector de auditoría, impuestos, consultoría y asesoría financiera. Las reducciones de empleo anunciadas forman parte de un proceso exhaustivo de revisión operacional que la empresa ha estado llevando a cabo para optimizar sus recursos y ajustar sus estructuras a la demanda actual de servicios.
La firma ha emitido un comunicado oficial en el que reconoce la dificultad de la decisión y resalta el cuidado y la consideración con los que se ha implementado este proceso. PwC admite que los niveles historiamente bajos de rotación durante años consecutivos influyeron directamente en la necesidad de tomar este paso para equilibrar y reorganizar su equipo de trabajo. Los despidos afectan principalmente a los sectores de auditoría y fiscalidad, dos de las áreas más tradicionales del negocio de PwC. Según testimonios internos y empleados afectados, muchos receptores de las notificaciones formaban parte de la incorporación reciente a la empresa, lo cual ha generado cierto descontento, especialmente en aquellos candidatos que esperaban avances profesionales y que ahora ven frustradas sus expectativas. Además del recorte de personal, PwC ha anunciado que reducirá su capacidad de reclutamiento en campus universitarios, aunque mantendrá sus compromisos con candidatos ya aceptados y practicantes del año anterior.
Esta estrategia evidencia una mirada hacia la consolidación y retención de talento ya integrado en lugar de la ampliación inmediata. Esta ronda de recortes se suman a otras medidas anteriores en PwC. En septiembre de 2024, la empresa llevó a cabo una reorganización significativa en su división de productos y tecnología bajo la dirección del socio senior Paul Griggs, resultando en 1,800 despidos adicionales. Más recientemente, en abril de 2025, la empresa decidió cesar operaciones en más de una docena de países que fueron evaluados como pequeños, riesgosos o poco rentables, incluyendo la finalización de relaciones con diez firmas miembros en África debido a desacuerdos. El escenario en la industria de servicios profesionales se ha ido tensando debido a varios factores macroeconómicos y de mercado.
El boom que experimentaron los servicios de asesoría durante la pandemia ha mostrado señales de desaceleración, y con ello, la demanda de consultoría ha bajado, generando presión sobre los principales actores del sector. PwC no es el único caso: sus competidores Deloitte y KPMG también han realizado recortes recientes, aunque con enfoques distintos en términos de divisiones y áreas de negocio. Deloitte, por ejemplo, ha enfocado sus despidos sobre su área de asesoría, justificado por un ajuste necesario ante la moderación del crecimiento y cambios en la cartera de clientes, aunque sostienen que la demanda general por sus servicios sigue siendo sólida. KPMG, por otro lado, redujo su fuerza laboral en auditoría en aproximadamente un 4%. Estas dinámicas reflejan una cierta normalización tras años de crecimiento acelerado y una reevaluación del modelo operativo a largo plazo en el sector.
La crisis impulsada por la desaceleración del crecimiento económico global, las tensiones geopolíticas y la transformación digital acelerada han obligado a las firmas como PwC a tomar medidas preventivas y estratégicas para mantener su competitividad y eficiencia. Adaptarse a estos desafíos implica no solo cambios estructurales y reducción de costos, sino también una renovación en su oferta de servicios y forma de trabajo. Para PwC, el desafío clave será equilibrar la eficiencia operativa con la retención y atracción de talento en un mercado laboral altamente competitivo. Los sectores de auditoría y fiscalidad, aunque centrales, requieren una constante actualización para responder a nuevas regulaciones, automatización y expectativas de los clientes, desde gobiernos hasta grandes corporaciones. Las implicaciones de estos recortes son múltiples.
Para los profesionales afectados, representa un duro revés en sus carreras y un período de incertidumbre. Para la industria, es una señal de que incluso las firmas más grandes y consolidadas buscan reinventarse y ajustar sus operaciones ante la realidad cambiante. Para los clientes, puede significar un enfoque más eficiente pero también la necesidad de evaluar cómo estos cambios impactan en la calidad y rapidez de los servicios. En resumen, la decisión de PwC de reducir su plantilla en Estados Unidos en 1,500 puestos es un reflejo de la transformación profunda que vive la industria de servicios profesionales. Entre la baja rotación histórica, el ajuste en la demanda postpandemia y la búsqueda de mayor eficiencia, las firmas como PwC deben equilibrar sus estrategias para mantener su liderazgo sin perder de vista el valor humano y profesional que su talento representa.
El futuro inmediato de PwC y sus competidores dependerá de cómo manejen esta nueva etapa, las inversiones en tecnología, la retención del talento clave y las respuestas a un entorno empresarial que no solo es más competitivo, sino también más exigente y dinámico. La adaptación será imprescindible para sostener su relevancia en el mercado global y continuar ofreciendo soluciones integrales y confiables a sus clientes en un mundo en constante cambio.