En los últimos meses, las acciones de los mercados emergentes han vivido una notable extensión de su rally, gravitando principalmente hacia la mejora en el sentimiento vinculado con las políticas arancelarias y las negociaciones comerciales internacionales. Este crecimiento no es producto de un fenómeno aislado, sino el reflejo de un cambio significativo en las expectativas de los inversores y en la dinámica global, que afecta profundamente la economía mundial y los flujos de capital. Las naciones en desarrollo han experimentado un incremento en sus índices bursátiles, cerrando en niveles máximos no vistos en semanas, lo que señala una renovada confianza en la estabilidad y el potencial de crecimiento futuro. Este movimiento alcista está fuertemente relacionado con declaraciones positivas acerca de acuerdos comerciales, especialmente aquellos en gestación entre Estados Unidos y sus principales socios comerciales. La gestión y las negociaciones dirigidas por funcionarios estadounidenses han sido percibidas como un camino hacia la reducción progresiva de barreras arancelarias, un factor que normalmente limita el comercio internacional pero que ahora muestra señales de flexibilidad.
Un punto crucial que ha influido en esta dinámica fue la intervención de importantes funcionarios, como el Secretario del Tesoro de Estados Unidos, cuyo optimismo sobre la conclusión inminente de acuerdos ha actuado como catalizador para la confianza en los activos emergentes. Estos acuerdos podrían conllevar una disminución permanente de los aranceles, lo que beneficiaría principalmente a aquellos países que logren consolidar sus relaciones comerciales bilaterales y multilaterales con Estados Unidos. Además, es destacable que el índice general de acciones emergentes superó su promedio móvil a largo plazo, un indicativo técnico de fortaleza en la tendencia alcista. Si esta pauta se mantiene y el índice cierra el mes con ganancias, se marcaría un hito importante, encadenando un avance sostenido durante cuatro meses consecutivos, algo que no se lograba desde 2019. Este dato refuerza la percepción positiva sobre la salud y las perspectivas del mercado emergente a mediano plazo.
Por otro lado, las previsiones sobre ganancias empresariales en estos mercados también han mejorado, con estimaciones que han experimentado un crecimiento notable en el último mes. Este hecho es relevante, pues contrasta con períodos anteriores caracterizados por revisiones a la baja y aporta un fundamento fundamental para justificar el interés creciente de los inversores. La expectativa de mayores beneficios empresariales suele traducirse en una mayor demanda de acciones, impulsando los precios al alza. Desde la perspectiva estratégica, algunos analistas explican que la reciente preferencia por activos fuera del mercado estadounidense responde a un contexto de incertidumbre respecto a las políticas internas de Estados Unidos, particularmente aquellas relacionadas con el comercio exterior. La existencia de una «venta masiva» hacia activos estadounidenses ha favorecido una búsqueda de oportunidades fuera de esa jurisdicción, beneficiando directamente a los mercados emergentes capaces de afianzar sus acuerdos comerciales y reducir sus barreras arancelarias.
La mejora no solo ha afectado al mercado de valores, sino también al mercado cambiario. Las monedas de varios países emergentes han registrado avances, apoyadas por la depreciación del dólar estadounidense, que ha retrocedido significativamente en las sesiones recientes. Divisas como el rand sudafricano y el forinto húngaro han liderado las ganancias dentro del índice de moneda emergente, mientras que otras, como el peso chileno, se han rezagado ligeramente debido a presiones locales. La fortaleza relativa de estas monedas contribuye a mejorar la posición competitiva de sus economías, facilitando la entrada de inversiones y el comercio exterior. No obstante, no todos los países han compartido esta tendencia positiva.
Por ejemplo, Colombia ha sufrido presión en su mercado de activos tras la suspensión por parte del Fondo Monetario Internacional del acceso a una línea de crédito flexible por un monto considerable. Esta decisión impactó negativamente en el peso colombiano y en sus bonos en dólares, lo que evidencia que los riesgos y desafíos existen y que las condiciones macroeconómicas y políticas aún pueden afectar la estabilidad financiera. En cuanto a las negociaciones comerciales, las expectativas siguen siendo optimistas. La posibilidad de alcanzar acuerdos de entendimiento, especialmente con países asiáticos, refuerza la idea de que podría estar pasando lo peor en cuanto a la amenaza de imposición de nuevos aranceles. El avance en estas conversaciones es vital para brindar certidumbre a los mercados y reducir la volatilidad asociada a la guerra comercial.
El interés en los mercados emergentes supone también un reflejo de la búsqueda global de diversificación en los portafolios de inversión. Los inversores tienden a considerar estas regiones como opciones atractivas frente a la divergencia en políticas monetarias y fiscales de las principales economías desarrolladas. Por lo tanto, la mejora en el sentimiento arancelario se traduce en una ventana de oportunidad para aprovechar el potencial de crecimiento superior de los mercados emergentes frente a las economías consolidadas. Asimismo, el contexto global señala que mientras se monitorean con atención indicadores clave como el crecimiento económico y las tasas de inflación en Estados Unidos, la evolución de estos datos será fundamental para determinar si las disputas comerciales han comenzado a afectar la economía real. Un escenario económico más favorable contribuirá a sostener el interés y la confianza en las inversiones emergentes.
En paralelo, China sigue desempeñando un papel esencial en este escenario. Las autoridades chinas han reafirmado su compromiso para apoyar el crecimiento económico, anticipándose a la publicación de datos relevantes sobre la actividad manufacturera. Las medidas de estímulo y los apoyos estatales que China pueda implementar tienen un impacto directo en la estabilidad y atractivo de los mercados de la región y, por ende, en el rendimiento del índice que representa a estos países. En conclusión, la extensión del rally en las acciones de mercados emergentes está estrechamente ligada a una mejora palpable en el clima de negociaciones comerciales y a expectativas positivas sobre la reducción de aranceles impuestos. La conjunción de estos factores genera un entorno favorable tanto para los activos bursátiles como para las monedas de estas regiones, a pesar de que algunos países enfrentan desafíos particulares que requieren atención.
La continuidad de esta tendencia dependerá en gran medida de los avances concretos en las negociaciones internacionales, la evolución económica global y la capacidad de los mercados emergentes para consolidar su atractivo frente a las incertidumbres propias del escenario geopolítico y económico. Por ende, los inversionistas y observadores del mercado deben mantenerse atentos a las noticias y datos que marcan el pulso de esta dinámica, valorando las oportunidades y riesgos que se perfilan en los próximos meses.