En los últimos años, la tecnología de vehículos autónomos ha capturado la atención mundial como una posible solución revolucionaria para el transporte urbano y la movilidad sostenible. En este contexto, Waymo, la rama dedicada a la conducción autónoma de Alphabet —empresa matriz de Google—, se posiciona como uno de los actores más avanzados y ambiciosos del sector. Recientemente, Waymo ha anunciado la expansión y aceleración de su producción de robotaxis en los Estados Unidos, particularmente en una nueva planta en Mesa, Arizona, con la que pretende fabricar decenas de miles de vehículos autónomos cada año. Esta jugada no solo promete transformar la industria automotriz, sino también cambiar la manera en que miles de personas se movilizan diariamente en grandes ciudades. La iniciativa refleja la creciente madurez tecnológica y comercial de los vehículos autónomos, así como una apuesta firme por la automatización del transporte como el futuro inminente y viable.
La nueva planta de manufactura en Mesa sustituye a la antigua instalación en Detroit y fue desarrollada en colaboración con Magna, un fabricante canadiense de autopartes que anteriormente ensamblaba los vehículos Jaguar I-PACE en Austria. La expansión y relocalización apuntan a optimizar los procesos productivos y acercar la producción a mercados clave, así como a incrementar la capacidad para renovar y actualizar vehículos existentes, otorgándoles la tecnología de piloto automático avanzada creada por Waymo. Este centro tiene una extensión de 239,000 pies cuadrados y generará centenas de empleos, fortaleciendo al mismo tiempo el ecosistema tecnológico de Arizona y promoviendo el desarrollo económico regional. La gobernadora Katie Hobbs destacó el proyecto como un impulsor fundamental para que Arizona continúe posicionándose en el mapa global de la innovación tecnológica. El enfoque inicial del nuevo centro es la transformación de aproximadamente 2,000 Jaguar I-PACE en robotaxis totalmente autónomos, una flota que Waymo ya comenzó a desplegar en ciudades como Phoenix, San Francisco, Los Ángeles y Austin.
El Jaguar I-PACE fue escogido en 2018 como el vehículo base para la conversión desde un automóvil eléctrico de lujo a una plataforma autónoma, equipándolo con sensores, software y componentes personalizados desarrollados por Waymo. Aunque Jaguar discontinuó este modelo en diciembre de 2024, Waymo tiene un inventario considerable que podrá aprovechar para acelerar su crecimiento sin necesidad de fabricar nuevos vehículos desde cero. Pese a que cada conversión de Jaguar I-PACE a robotaxi implica una inversión aproximada de 100,000 dólares, esta estrategia permite a Waymo capitalizar vehículos de alta calidad y desempeño eléctrico, fundamentales para ofrecer un servicio fiable y competitivo. No obstante, contemplan diversificar su flota para incluir vehículos más accesibles y económicos, entre ellos el Hyundai Ioniq 5 fabricado en Georgia y pequeñas furgonetas de la marca china Zeekr. La incorporación de estos modelos podría simplificar los costos de producción y ampliar la oferta de servicios, aunque los vehículos chinos enfrentan desafíos, como la imposición de aranceles que podrían afectar la economía del proyecto.
La producción en masa de robotaxis marcará un hito significativo para Waymo, pues con la planta operativa a plena capacidad se prevé la capacidad para ensamblar decenas de miles de vehículos autónomos cada año. Esto no solo potenciará la expansión de sus servicios actuales, sino que también facilitará la entrada en nuevas ciudades como Atlanta, Miami y Washington D.C. en un horizonte de 18 meses, ampliando significativamente la cobertura y el impacto de los vehículos autónomos en la movilidad diaria. El potencial del negocio es enorme.
Actualmente, Waymo registra alrededor de 250,000 viajes pagos por semana entre las cuatro ciudades norteamericanas donde ya opera sus servicios de robotaxi. Sin embargo, según estimaciones de Forbes, al llegar a una flota operativa de 10,000 vehículos, Waymo podría manejar cerca de 250,000 viajes diarios, lo que equivale a más de 1.5 millones de traslados semanales. Este volumen podría convertir los ingresos anuales del sector de Waymo en la región en aproximadamente 2,000 millones de dólares, una cifra abismalmente superior a las estimaciones del año previo, que giraban en torno a los 100 millones. En un mercado competitivo y en rápida evolución, las iniciativas de Waymo contrastan con otras grandes compañías tecnológicas y automotrices.
Tesla, por ejemplo, ha mantenido durante años la promesa del despliegue de un servicio robotaxi, con planes más recientes de lanzarlo en Austin, Texas, a partir de junio. En tanto, Cruise, la división autónoma de General Motors, decidió retirarse del espacio de robotaxis el diciembre anterior, enfocándose ahora en tecnologías de asistencia avanzada al conductor. Esto refuerza la posición de Waymo como líder en la operación comercial real de vehículos autónomos, con un enfoque claro en la fiabilidad y la escalabilidad. Waymo no solo ha recibido apoyo financiero consistente, con más de 11,000 millones de dólares recaudados a lo largo de varias rondas, sino que también tiene un respaldo tecnológico formidable, producto de años de investigación y desarrollo. Lanzada inicialmente en 2009 y adquirida por Alphabet en 2016, la compañía ha superado numerosos desafíos técnicos y regulatorios, ganando confianza entre inversionistas y autoridades por igual.
Un signo revelador del creciente interés en la plataforma se evidenció en la primera pregunta dedicada a Waymo durante la presentación de resultados trimestrales de Alphabet, donde el CEO Sundar Pichai destacó próximos planes de cooperación con Toyota para integrar la tecnología autónoma de Waymo en vehículos privados, una expansión estratégica que apuntala la visión a largo plazo. La apuesta de Waymo representa un paso decisivo no solo para la industria automovilística, sino para las urbes estadounidenses, las cuales podrían experimentar una transformación profunda en su sistema de movilidad. Los robotaxis prometen reducir la dependencia del automóvil privado, disminuir el número de accidentes derivados de errores humanos y optimizar la gestión del tráfico. Además, gracias a la electricidad y la autonomía, estos vehículos contribuyen a la reducción de emisiones contaminantes, alineándose con objetivos medioambientales cada vez más urgentes. El futuro para Waymo parece prometedor y lleno de retos.