Conor McGregor, conocido mundialmente por su carrera en la UFC y su carácter polémico, ha dado un inesperado giro hacia la política en Irlanda, proponiendo durante su campaña presidencial la creación de una reserva nacional de Bitcoin. Esta propuesta tiene como objetivo devolver el poder económico a la ciudadanía y posicionar a Irlanda a la vanguardia de la adopción de las criptomonedas en el ámbito gubernamental. Desde finales de marzo de 2025, McGregor anunció oficialmente sus ambiciones presidenciales, marcando su campaña con temas como la lucha contra la inmigración ilegal y la criminalidad. Sin embargo, una de las ideas más novedosas y llamativas que ha expresado es su visión para la economía digital del país: un fondo estratégico de Bitcoin respaldado por el Estado. Aunque todavía no ha sido oficialmente nominado como candidato en las elecciones previstas para noviembre de 2025, McGregor ha generado debates tanto en el ámbito político como en el sector de las criptomonedas.
El ex campeón de artes marciales mixtas utilizó la plataforma de la red social X para comunicar su propuesta el 9 de mayo, afirmando que el objetivo principal es devolver el poder a la gente a través de la descentralización del dinero. En sus palabras, "El origen de las criptomonedas fue para devolver el poder a las personas. Una reserva estratégica de Bitcoin irlandesa le dará poder al dinero del pueblo". Este mensaje conecta directamente con la filosofía fundacional del Bitcoin, que surgió para evitar la dependencia exclusiva de los bancos centrales y gobiernos en la gestión monetaria. La idea de una reserva nacional de Bitcoin, aunque innovadora y disruptiva, no es una tarea sencilla.
En la actualidad, muy pocos países han avanzado en esta dirección, con ejemplos como El Salvador, Estados Unidos y Bután que han explorado o implementado esquemas relacionados con la tenencia oficial de Bitcoin. La propuesta de McGregor, viniendo de un partido minoritario y una figura con poca experiencia destacada en política, enfrenta varios desafíos regulatorios, económicos y financieros que exigirán un diálogo profundo con expertos y autoridades nacionales e internacionales. Para fortalecer su proyecto, McGregor ha invitado en redes sociales a las figuras más prominentes del sector criptográfico a colaborar. Respondió personalmente a figuras clave, como Anthony Pompliano, conocido host del popular "The Pomp Podcast", y David Bailey, asesor de criptomonedas del expresidente estadounidense Donald Trump, mostrando apertura para debatir y afinar sus ideas. Este tipo de acercamientos refleja un acercamiento estratégico para darle sustancia técnica a su iniciativa y adaptarla a la realidad regulatoria.
Pese a sus esfuerzos, McGregor no está exento de controversias. En Irlanda, ha enfrentado acusaciones serias de agresión sexual y controversias relacionadas con discursos de odio. Aunque actualmente ha apelado su condena civil por agresión sexual, estos antecedentes han influido en la percepción pública de su candidatura y complican su posicionamiento como un líder político serio. Aun así, su popularidad mediática y su conexión con sectores juveniles y entusiastas de las criptomonedas le ofrece una base interesante para su movimiento político. Además, su relación con el mundo cripto no es nueva; sin embargo, no siempre ha sido exitosa.
En abril de 2025, McGregor respaldó un proyecto con token llamado REAL, que buscaba introducir una nueva moneda digital vinculada a servicios de juego en línea. Lamentablemente, esta iniciativa no logró reunir los fondos mínimos previstos en su preventa, lo que llevó a la devolución de todo el dinero a los inversores y generó dudas sobre la viabilidad de sus proyectos relacionados con criptomonedas. El interés de McGregor en Bitcoin también llega en un contexto global donde el mercado cripto pasa por constantes fluctuaciones y donde las regulaciones internacionales buscan equilibrar la innovación tecnológica con la seguridad financiera y la protección del consumidor. Si Irlanda decide avanzar hacia una reserva nacional de Bitcoin, será necesario crear marcos regulatorios claros que permitan proteger la inversión pública y privada, garantizar la transparencia y evitar riesgos asociados a la volatilidad del mercado. La propuesta de McGregor coincide con un momento en que muchas naciones están contemplando cómo integrar las tecnologías blockchain y las criptomonedas en sus economías.
Bitcoin, reconocido por su carácter deflacionario y descentralizado, representa para defensores como McGregor una herramienta poderosa para transformar la manera en que se maneja el dinero público. Sin embargo, los escépticos subrayan sus limitaciones, entre ellas su volatilidad, consumo energético y falta de aceptación global uniforme. En Irlanda, un país con una economía tradicionalmente estable, la incorporación oficial de Bitcoin tendría repercusiones complejas. Podría atraer inversiones y posicionar a Irlanda como líder en innovación financiera, pero también podría exponer al sistema a riesgos políticos y económicos, especialmente si no se evalúan detalladamente los impactos a largo plazo. La opinión pública, las instituciones financieras y los políticos deberán sopesar cuidadosamente las ventajas y desventajas de este movimiento.
Por otro lado, el apoyo que McGregor ha recibido en Estados Unidos, incluyendo un respaldo simbólico del expresidente Donald Trump durante una reciente visita a la Casa Blanca, demuestra que su figura trasciende el deporte y la política irlandesa, teniendo un alcance internacional significativo, especialmente en círculos que combinan política, economía y criptomonedas. El futuro de la propuesta de McGregor dependerá en gran medida de su capacidad para articular un plan viable y técnico, superar sus problemas personales y lograr un respaldo político suficiente. El impulso hacia una economía digital y descentralizada es una tendencia innegable, y figuras como McGregor están tratando de capitalizar ese movimiento para redefinir su carrera y posicionarlos en nuevos escenarios de influencia. La creación de una reserva nacional de Bitcoin en Irlanda representa más que una idea de campaña; es un reflejo de cómo las tecnologías disruptivas están permeando incluso los ámbitos más tradicionales y conservadores como las elecciones presidenciales. Mientras tanto, Irlanda, como nación, se encuentra en una encrucijada donde debe decidir cómo equilibrar innovación, seguridad y soberanía financiera en el marco de una economía cada vez más digitalizada.
En conclusión, el ex campeón de UFC Conor McGregor ha puesto sobre la mesa un debate importante y controversial sobre el papel de las criptomonedas en la política y economía moderna. Su propuesta de una reserva estratégica de Bitcoin en Irlanda, aunque ambiciosa, presenta desafíos regulatorios y políticos considerables, pero también abre una ventana hacia el futuro de la gestión monetaria nacional. El resultado de esta iniciativa será un reflejo de las tendencias globales y de la capacidad de los líderes para adaptarse a los cambios tecnológicos que están redefiniendo el concepto de poder económico.