Bitcoin, la criptomoneda más grande y reconocida a nivel mundial, continúa dando muestras de fortaleza en el mercado, acercándose a la mayor ganancia semanal desde el evento que marcó un punto de inflexión en 2024: la elección presidencial de Donald Trump. Durante la jornada del viernes 25 de abril de 2025, Bitcoin mantuvo una cotización alrededor de los 95,000 dólares, reflejando un incremento del 1.8% en 24 horas. Esta tendencia alcista no solo se limita a Bitcoin, puesto que otras criptomonedas relevantes como Ethereum también han mostrado mejoras, con un aumento del 2% que sitúa al Ether sobre los 1,800 dólares. A su vez, altcoins como Sui, Bitcoin Cash y Hedera evidencian progresos y contribuyen al optimismo general en el índice CoinDesk 20, un referente del cripto mercado.
Este ascenso se suma a un repunte considerable que inició a principios de abril, luego de las caídas sufridas por el mercado como consecuencia de la incertidumbre derivada de tensiones comerciales y arancelarias internacionales. En lo que va de la semana, Bitcoin acumula un aumento superior al 11%, su mayor avance semanal desde noviembre de 2024. Es importante recordar que en aquel entonces, la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos desencadenó una fuerte reacción positiva en los mercados de criptomonedas, que muchos interpretaron como un voto de confianza hacia activos alternativos frente a la volatilidad tradicional. Un actor central en esta dinámica ha sido el comportamiento de los fondos cotizados en bolsa (ETFs) vinculados a Bitcoin. En particular, los ETFs que operan con la modalidad spot, o sea, que adquieren Bitcoin físico, experimentaron una entrada neta de capital de aproximadamente 2.
68 mil millones de dólares durante la semana, la cifra más alta registrada desde diciembre pasado. Esta recuperación refleja una creciente confianza y apetito por parte de los inversionistas institucionales, quienes ven en estos vehículos financieros una manera más accesible y regulada de exponerse a las criptomonedas a gran escala. La singularidad del momento actual también está marcada por la evidente divergencia entre el comportamiento de Bitcoin y el rendimiento de activos tradicionales como las acciones estadounidenses y el oro. David Duong, jefe global de investigación institucional de Coinbase, ha destacado que esta semana representa uno de esos escasos puntos de inflexión que suelen reconocerse solo en retrospectiva. La fuerte desacoplación del rendimiento de Bitcoin respecto a otros mercados financieras tradicionalmente correlacionados evidencia un cambio profundo en la percepción colectiva sobre el rol que cumple esta criptomoneda.
Cada vez más, Bitcoin está siendo considerado como un activo refugio, un depósito de valor con características propias que lo hacen menos vulnerable a las fluctuaciones macroeconómicas que impactan otros instrumentos de riesgo. Esta maduración en el entendimiento de la criptomoneda ha motivado que tanto inversores minoristas como grandes instituciones la incorporen en sus carteras, no solo como un activo especulativo sino como una reserva confiable frente a la volatilidad del sistema financiero global. Este interés creciente queda reflejado en movimientos corporativos y estrategias innovadoras que están ganando popularidad. Siguiendo el camino trazado por Michael Saylor y su empresa MicroStrategy, un nuevo fondo bajo el nombre de Twenty One Capital, respaldado por entidades como Tether, Bitfinex, SoftBank y una afiliada de Cantor Fitzgerald, anunció planes para mantener una posición inicial masiva de 42,000 Bitcoins en su tesorería. Este tipo de adopción representa un voto de confianza significativo y un síntoma claro de consolidación para Bitcoin como base para carteras corporativas.
Sin embargo, el aumento en la acumulación y la consiguiente reducción de liquidez en el mercado spot de Bitcoin generan también ciertos riesgos. Kirill Kretov, estratega principal de CoinPanel, advierte que la significativa reducción en la disponibilidad de Bitcoin para transacciones activas puede resultar en una mayor volatilidad. Su análisis blockchain muestra que desde noviembre de 2024, un alto porcentaje de Bitcoins ha sido retirado de las direcciones que operan activamente en exchanges, limitando la capacidad de oferta líquida y amplificando la posibilidad de movimientos abruptos en los precios. Este escenario tiene implicaciones para diversos grupos de actores dentro del mercado. Por un lado, los inversores a largo plazo podrían ver en esta escasez de liquidez una oportunidad para maximizar beneficios en un entorno alcista.
Por otro lado, traders de corto plazo y fondos de cobertura deben estar atentos a picos de volatilidad que pueden generar tanto ganancias como riesgos elevados. En este sentido, la sofisticación y el uso de herramientas de análisis algorítmico se vuelven cada vez más necesarios para navegar eficazmente estos mercados. Las tendencias recientes también marcan un desplazamiento en la narrativa dominante sobre Bitcoin. Mientras antes era principalmente visto como un activo especulativo sujeto a burbujas y crisis repentinas, la adopción creciente por parte de grandes empresas y la absorción constante por ETFs regulados fortalecen la percepción de Bitcoin como un instrumento financiero estable, con características similares a los activos refugio tradicionales. Además, convergen factores externos que favorecen esta apreciación.
La incertidumbre geopolítica, las políticas monetarias globales acomodaticias y la creciente inflación estructural son elementos que hacen atractivo un activo descentralizado e independiente de cualquier gobierno o banco central. Bitcoin se posiciona así como un contrapeso valioso ante la erosión del poder adquisitivo de las monedas fiduciarias. No obstante, es relevante subrayar que este contexto favorable está acompañado por retos de regulación y percepción pública. Las autoridades financieras globales siguen explorando vías para encuadrar las criptomonedas en marcos legales claros, buscando equilibrio entre innovación y protección del inversor. En paralelo, la volatilidad intrínseca de las criptomonedas continúa siendo un factor que desalienta a algunos posibles participantes.