Nvidia es una de las compañías tecnológicas que más atención ha acaparado en los últimos años. Reconocida por su liderazgo en el sector de semiconductores y su avance constante en inteligencia artificial (IA), la empresa se ha convertido en un referente para inversores y analistas que buscan oportunidades en el mercado bursátil. La pregunta que muchos se hacen ahora es si es el momento adecuado para comprar acciones de Nvidia antes de su reporte de resultados trimestrales el próximo 28 de mayo. Para responder a esta interrogante es esencial examinar tanto la historia reciente de la acción como los factores externos e internos que podrían influir en su desempeño futuro. Durante la última década, Nvidia se ha posicionado como un gigante en el mercado de chips gráficos, impulsado principalmente por la alta demanda en los sectores de videojuegos, centros de datos y el emergente mercado de IA.
La innovación tecnológica constante, como el lanzamiento de nuevas arquitecturas en sus GPUs, ha generado un crecimiento sostenido y ha captado la atención de inversores institucionales y minoristas. En los últimos dos años, la revolución de la inteligencia artificial ha sido un motor clave en la narrativa optimista que rodea a Nvidia. Productos y soluciones que integran inteligencia artificial y aprendizaje automático han impulsado la demanda de sus procesadores, consolidando a la empresa como un actor indispensable en el ecosistema tecnológico actual. Este escenario le ha permitido a Nvidia alcanzar cifras récord en ingresos y una capitalización bursátil impresionante. Sin embargo, el brillante historial de la empresa no ha estado exento de volatilidad.
A inicios de 2025, las acciones de Nvidia experimentaron una caída significativa, perdiendo casi un billón de dólares en valor de mercado. Esta disminución se produjo en medio de un entorno global de incertidumbre macroeconómica, donde factores como nuevas políticas arancelarias y tensiones comerciales impactaron negativamente los índices bursátiles, especialmente en el sector tecnológico. Además, mientras el S&P 500 y el Nasdaq mostraron síntomas de recuperación parcial, las acciones de Nvidia continuaron con una tendencia a la baja desde su último reporte trimestral en febrero. Este retroceso planteó dudas sobre si la euforia en torno a Nvidia había llegado a su fin o si las bajas representaban una oportunidad para comprar a precios más atractivos. Al analizar el comportamiento histórico del precio de las acciones de Nvidia en relación con sus anuncios de resultados financieros, se observa un patrón mayormente positivo.
Durante la mayoría de los últimos tres años, la cotización de Nvidia ha tendido a subir inmediatamente tras la publicación de sus resultados, reflejando la confianza de los inversores en el rendimiento y las perspectivas de la compañía. Sin embargo, una excepción notable a esta tendencia fue justamente el reporte del cuarto trimestre y del año fiscal 2024, presentado en febrero, cuando las acciones sufrieron una caída del 13%. Lo interesante en ese caso es que el reporte fue positivo, destacando que la nueva arquitectura de GPU Blackwell superó las expectativas internas al generar 11 mil millones de dólares en ingresos en el cuarto trimestre. Más allá de la aparente contradicción entre los resultados sólidos y la caída del precio, esta situación refleja el impacto de factores externos y la percepción del mercado, que puede reaccionar a otros elementos como el sentimiento general, riesgos macroeconómicos o expectativas futuras. Esta dinámica subraya que el precio de las acciones no siempre está alineado con los resultados financieros inmediatos, sino que incorpora anticipaciones sobre el contexto global y la estrategia de la empresa.
Por ejemplo, las tensiones comerciales derivadas de políticas arancelarias puestas en marcha desde administraciones anteriores han generado incertidumbre en los mercados internacionales. Estas medidas afectan cadenas de suministro, costos e inversiones en el sector tecnológico, lo que puede generar volatilidad en empresas como Nvidia que operan en un ámbito global y altamente competitivo. Otro punto clave para los inversores que consideran adquirir acciones antes del 28 de mayo es la importancia del contexto macroeconómico. A lo largo de 2025, indicadores mixtos del desempeño económico mundial y movimientos en sectores como el tecnológico contribuyen a la volatilidad de los precios. La interacción entre las expectativas de crecimiento, inflación, tasas de interés y políticas regulatorias hacen que el mercado sea sensible a cualquier noticia que pueda alterar el sentimiento de los inversores.
Por lo tanto, aunque la historia muestra que Nvidia suele beneficiarse tras sus reportes de ganancias, existe la posibilidad que el precio reaccione de manera diferente debido a circunstancias particulares de este año. Si bien es tentador considerar la caída reciente de las acciones como una oportunidad para comprar a bajo precio, es crucial evaluar si la trayectoria de crecimiento y la capacidad innovadora de Nvidia se mantienen firmes frente a los retos externos. La empresa continúa siendo líder en tecnologías vinculadas a la inteligencia artificial y mantiene una sólida cartera de productos que prometen seguir generando ingresos significativos. Las novedades tecnológicas como la arquitectura Blackwell reafirmaron la posición de Nvidia en el mercado y aumentaron la confianza de expertos en cuanto a su potencial para capturar nuevas oportunidades. Sin embargo, la dinámica del mercado no depende únicamente de los fundamentos.
La percepción de riesgo, el apetito por activos tecnológicos y movimientos de grandes inversores institucionales también juegan un rol fundamental en la evolución del precio. Al observar periodos anteriores, las recuperaciones posteriores a caídas abruptas han ofrecido rendimientos atractivos a quienes mantienen una perspectiva a mediano y largo plazo. Por lo tanto, quienes apuestan por la solidez y visión estratégica de la empresa podrían encontrar en la pausa actual un momento oportuno para entrar o reforzar posiciones. No obstante, quienes prefieren evitar situaciones de alta incertidumbre deberían considerar los posibles riesgos de adquirir acciones justo antes de un reporte trimestral, ya que las sorpresas tanto positivas como negativas pueden inducir fuertes movimientos en el precio. Para aquellos que evalúan invertir, es recomendable analizar los informes previos, la evolución en la innovación tecnológica, los contratos y alianzas estratégicas, así como el comportamiento del sector en general.
Al combinar esta información con la experiencia histórica sobre cómo reacciona Nvidia a sus reportes, se puede construir una visión más informada y balanceada. En conclusión, la decisión de comprar acciones de Nvidia antes del 28 de mayo debe sopesar tanto el patrón histórico positivo que ha mostrado la acción tras sus resultados trimestrales como la actual volatilidad del mercado y los factores macroeconómicos que pueden influir en su desempeño. Nvidia sigue siendo un protagonista clave en la transformación tecnológica global, con un potencial prometedor gracias a sus innovaciones constantes en inteligencia artificial y computación avanzada. Sin embargo, el contexto geopolítico, las tensiones comerciales y la evolución económica mundial añaden capas de incertidumbre que no pueden ser ignoradas. Por tanto, cada potencial inversor debe evaluar su tolerancia al riesgo, horizonte de inversión y análisis personal antes de tomar una decisión.
La historia sugiere que una caída puede ofrecer una puerta de entrada favorable, pero siempre con cautela y comprensión del panorama global en el que se mueve Nvidia. La prudencia combinada con un enfoque estratégico y bien informado es la mejor fórmula para decidir sobre una inversión en este momento crucial.