En un contexto económico marcado por la inflación y la incertidumbre financiera, Chris Kempczinski, CEO de McDonald's, ha señalado una división cada vez más clara en la economía estadounidense que se refleja directamente en el comportamiento de consumo. Durante la llamada de resultados financieros correspondiente al primer trimestre de 2025, Kempczinski destacó que aunque la clientela adinerada continúa asistiendo con frecuencia a sus establecimientos, el flujo de consumidores provenientes de familias con ingresos bajos y medios está disminuyendo considerablemente. Este fenómeno no es aislado: la disminución del tráfico en restaurantes de comida rápida refleja una realidad más amplia en la que millones de estadounidenses enfrentan presiones económicas que alteran sus hábitos de gasto. Según el reporte de McDonald's, la afluencia de clientes en estos segmentos se ha reducido en cerca de un 10% respecto al mismo periodo del año anterior. Para una cadena cuyo público predominante siempre ha sido la clase trabajadora y media, este descenso genera una señal de alarma sobre la salud económica del consumidor promedio.
Uno de los factores principales que están impactando directamente en el poder adquisitivo de las familias es la inflación persistente. Los precios en productos básicos, energía, transporte y servicios parecen estar lejos de estabilizarse, erosionando el ingreso disponible de quienes no cuentan con ahorros o fuentes adicionales de ingresos. A medida que estas familias ajustan sus presupuestos, los gastos superfluos o no esenciales como las salidas a restaurantes de comida rápida se vuelven una de las primeras partidas en recorte. Sin embargo, al mismo tiempo, los clientes con ingresos altos no parecen verse afectados en igual medida. La demanda sostenida por parte de este segmento muestra que, para ciertos grupos, la economía sigue ofreciendo oportunidades y estabilidad, generando una disparidad clave que Chris Kempczinski describe como una ‘‘economía dividida’’.
Este fenómeno también tiene repercusiones en la estrategia operativa y comercial de McDonald's. Ante la disminución del gasto por parte de su base tradicional, la empresa ha decidido reforzar su enfoque en la oferta de valor y accesibilidad. El director financiero Ian Borden mencionó que McDonald's está comprometido en mantener opciones “fuertes y asequibles” dentro de su menú, con el fin de atraer a consumidores que buscan la mejor relación calidad-precio en tiempos difíciles. La apuesta por la accesibilidad ha permitido que McDonald's mantenga, incluso supere, el desempeño de sus competidores directos en términos de visitas a tiendas, pero las dificultades para revertir la caída en ventas comparables (same-store sales) persisten. En el primer trimestre de 2025, la empresa reportó una caída interanual en estas ventas del 3.
6%, la más pronunciada desde los momentos críticos de la pandemia en 2020. Otro indicador que refleja la preocupación de los consumidores es el índice de sentimiento del consumidor que en abril alcanzó su nivel más bajo en tres años, ubicándose en 50.4 puntos. Este índice es un termómetro del optimismo o pesimismo de las familias frente a su situación económica y sus expectativas a futuro. Según los analistas, los factores que incidieron en esta baja incluyen no solo la inflación constante, sino también los efectos de las tarifas comerciales y la volatilidad en los mercados financieros.
El panorama expuesto no solo pertenece a McDonald's. Por ejemplo, Andy Jassy, CEO de Amazon, también ha manifestado inquietudes muy similares durante la presentación de resultados financieros de su compañía. Jassy subrayó que los patrones de comportamiento de los consumidores recuerdan mucho a las etapas más duras de la pandemia, enfatizando la importancia de mantener precios bajos y competitivos para conservar la demanda. Estas señales de un mercado fragmentado entre los que pueden mantener e incluso aumentar el consumo y los que están restringiendo sus gastos, presentan un desafío para diversos sectores más allá de la comida rápida. Retail, entretenimiento, turismo y otros mercados orientados al consumidor enfrentan un escenario donde la elasticidad de la demanda se ha incrementado, y las empresas deben ajustar sus estrategias para no perder clientes de los segmentos más vulnerables.
Para McDonald's, comprender esta brecha económica y adaptarse a ella es vital. La empresa no solo se ha comprometido a ofrecer ofertas y valor, sino que también está explorando nuevas formas de conectar con clientes a través de innovaciones en el menú, la digitalización de sus canales, y una personalización que tome en cuenta las necesidades financieras cambiantes de su público. El reto económico estadounidense lucirá complicado en el futuro cercano debido a la combinación de factores globales y domésticos. Sin embargo, la forma en que grandes corporaciones como McDonald's respondan a estas divisiones puede marcar la diferencia tanto en su rentabilidad como en su relevancia social. En resumen, las declaraciones del CEO de McDonald's revelan una cruda realidad: mientras un sector de la población mantiene su capacidad de consumo y sostiene ciertas industrias, otra parte cada vez más amplia debe recortar gastos y priorizar necesidades básicas.
Esta fractura económica debería impulsar a empresas y policymakers a entender y responder con políticas, productos y servicios que atiendan de manera justa y efectiva las diferentes realidades de los consumidores en Estados Unidos.