Las startups de inteligencia artificial (IA) se enfrentan a un nuevo reto en un mercado que, hasta hace poco, parecía estar en alza. Con una inyección de más de 35 mil millones de dólares en 2024, este sector ha sido el favorito de los inversores. Sin embargo, las proyecciones indican un cambio brusco: las valoraciones han comenzado a caer, y lo que una vez se consideró la cima del éxito ahora podría estar dando paso a rondas de financiación a la baja. Desde finales de 2022, las startups de IA han estado en el centro de atención, impulsadas por el auge de tecnologías como ChatGPT-3. Los capitalistas de riesgo (VC) apostaron fuerte por estas empresas, muchas de las cuales operaban sin ingresos significativos.
Esta situación, comparable a una burbuja, está comenzando a mostrar signos de desinflación en 2024, lo que ha llevado a muchos en el sector a prever una ola de rondas de financiación a la baja. Un ejemplo notable es el caso de Inflection AI. La empresa recaudó 1.3 mil millones de dólares en 2023, alcanzando una valoración de 4 mil millones. Sin embargo, cuando Microsoft se acercó para licenciar su software, el monto desembolsado fue de 650 millones, muy por debajo de la valoración unicornio que Inflection AI había esperado.
Aunque Microsoft no adquirió oficialmente la startup, la operación generó advertencias sobre una tendencia emergente en el ecosistema de IA: un aumento en las rondas a la baja que podría extenderse a otras startups de tecnología. Andreas Riegler, socio general de APEX Ventures, ha señalado que hay señales tempranas de que el mercado de IA podría estar sobrecalentándose. Según él, el incremento de rondas planas y a la baja, junto con los acuerdos de "acquihire" (un término que se refiere a la adquisición de empresas principalmente para contratar a sus empleados), reflejan los desafíos que se avecinan. Los datos de PitchBook indican que, mientras en 2022 el 90.2% de las startups de IA en EE.
UU. recaudaron rondas a la alza, en 2024 esa cifra ha descendido al 81.1% y las rondas a la baja se han incrementado al 11.4%. Esto sugiere que muchas startups de IA están viendo un estancamiento en su crecimiento y enfrentan dificultades para justificar las valoraciones infladas que lograron en años anteriores.
La cruda realidad es que algunos de estos negocios, que operan como típicas empresas de software, enfrentan costos de infraestructura significativamente más altos, lo que reduce sus márgenes de ganancia. Umesh Padval, director general de Thomvest Ventures, enfatizó que la estrategia de los inversores de priorizar el crecimiento sin ingresos sólidos podría llevar a muchas startups a la ruina. En este contexto, las adquisiciones de talento se están volviendo cada vez más comunes. Empresas como Jasper AI han reducido su valoración interna debido a un crecimiento limitado, mientras que las equipos fundadores de Character.ai y Adept han sido absorbidos por gigantes como Google y Amazon.
Este tipo de movimiento ha captado la atención de los inversores, que ven en los acquihires una señal de que el mercado de IA se enfrenta a una eliminación del exceso. La necesidad de financiamiento está empujando a las startups a explorar alternativas creativas, ya que muchos VC son reacios a respaldar empresas a las mismas valoraciones de años anteriores. Estas startups, observando que la financiación se ha vuelto más difícil de obtener, están considerando la venta secundaria de acciones como una opción viable. Esta práctica ha resurgido en los últimos años, proporcionando una salida no convencional para las empresas que buscan capital en medio de la incertidumbre. Las ventas secundarias, donde los empleados pueden vender parte de sus acciones, se utilizan como un incentivo para retener talento en un mercado altamente competitivo.
Mientras los inversores se desengañan de las valoraciones desmesuradas, Sergio Pérez, un inversor de capital de riesgo en Londres, mencionó que las startups no están dispuestas a anunciar públicamente que están recaudando rondas planas, sino que están ideando maneras creativas para mantenerse a flote. La promesa de vendas secundarias se está convirtiendo en una estrategia cada vez más utilizada, especialmente en un área donde la competencia por el talento es feroz. La creciente presión financiera y el cambio en la dinámica del mercado están creando un clima de incertidumbre que podría tener repercusiones a largo plazo en el ecosistema de IA. A medida que más startups luchan por la financiación y la capacidad de crecer, las expectativas en torno a la rentabilidad y el éxito sostenible son más críticas que nunca. La era de la financiación fácil puede estar llegando a su fin, y con ello, las empresas deben replantearse sus modelos de negocio y estrategias de crecimiento.
Sumado a esto, la industria ha observado un aumento en el costo de recursos esenciales, como ingenieros y datos, lo que incrementa la presión sobre startups ya propensas a gastar de más en la búsqueda de crecimiento acelerado. Francesco Ricciuti de Runa Capital ha resaltado que muchas startups han contratado a ingenieros altamente remunerados y han dedicado recursos sustanciales a la formación de grandes modelos de datos. Ahora, sin pruebas suficientes de tracción en el mercado, estas empresas se encuentran en una situación de flujo de caja comprometido. A medida que el capitán del barco de las startups de IA navega hacia aguas más turbulentas, la adaptabilidad y la capacidad de replantear modelos de negocio se vuelven más cruciales. Las empresas deben aprender de los errores del pasado y centrarse en crear un camino viable hacia la rentabilidad en lugar de depender únicamente de las condiciones del mercado para sostener su crecimiento.
El futuro de las startups de IA podría verse marcado por una reevalución de sus estrategias, un enfoque más inteligente hacia el gasto y una voluntad de adaptarse a un entorno de inversión más exigente y crítico. Si bien la moda de la IA ha captado la atención del mundo, es esencial que los líderes y fundadores de estas empresas entiendan que el verdadero éxito no se mide solo en miles de millones recaudados, sino también en la capacidad de sostenerse en un entorno competitivo, logrando una rentabilidad real y efectiva a largo plazo. La ola de rondas a la baja podría ser solo el comienzo de un largo proceso de adaptación y cambio que redefinirá el paisaje de la inteligencia artificial en los próximos años.