En los últimos años, el ámbito de la salud ha experimentado una transformación significativa impulsada por la tecnología digital. La pandemia de COVID-19 ha acelerado aún más esta transformación, obligando a los hospitales y sistemas de salud a adaptarse rápidamente a nuevas formas de atención que priorizan la eficiencia y la accesibilidad. Un reciente estudio realizado por Ernst and Young, que encuestó a más de 100 ejecutivos de organizaciones de salud en Estados Unidos, destaca cómo las soluciones digitales han mejorado la eficiencia a pesar de que el retorno de inversión (ROI) aún está por verse. La mayoría de los ejecutivos encuestados, un abrumador 96%, cree que la inversión inicial en tecnología digital vale la pena. Sin embargo, el estudio también revela que el 71% de ellos considera que la implementación de nuevas tecnologías no ha reducido los gastos generales de los hospitales.
Esta disparidad indica que, aunque las inversiones son necesarias y prometedoras, el beneficio financiero tangible no ha alcanzado la expectativa. Desde que la crisis sanitaria global comenzó hace casi cuatro años, se han evidenciado múltiples oportunidades para optimizar la atención médica a través de soluciones digitales. La implementación de herramientas tecnológicas ha permitido abordar problemas críticos como la escasez de personal de enfermería, acelerar el cuidado de los pacientes y reducir costos asociados con la atención presencial. Sin embargo, la prueba del tiempo aún se necesita para evidenciar un ROI claro. Uno de los aspectos más destacados del informe es el impacto de la tecnología en la eficiencia operativa de los sistemas de salud.
Al cambiar las responsabilidades administrativas a plataformas digitales, el 90% de los ejecutivos encuestados afirmaron que sus departamentos ahora tienen más tiempo para atender las necesidades de los proveedores. Esto sugiere que la automatización y digitalización de procesos administrativosaumentan la capacidad de respuesta y la eficiencia sin la necesidad de incrementar el trabajo manual. La inteligencia artificial (IA) también ha sido señalada como un elemento transformador clave en este proceso. Alrededor del 60% de los ejecutivos de salud están invirtiendo activamente en aplicaciones basadas en IA, reconociendo su potencial para mejorar la calidad de la atención y reducir costos. Estos avances permiten que un gran número de departamentos prioricen las necesidades de los proveedores, lo que a su vez mejora la atención al paciente.
A pesar de estas mejoras operativas, el ROI sigue siendo un tema candente dentro de la industria. Un preocupante 70% de los encuestados no ha logrado ver un retorno claro de su inversión en soluciones digitales hasta el momento. Cincuenta por ciento de los ejecutivos atribuyen la falta de ROI a la dificultad de rastrear métricas y la ausencia de un enfoque integrado para evaluar el impacto financiero de las nuevas tecnologías. Este problema se agrava al operar en silos, lo que dificulta la visualización del verdadero valor que estas innovaciones pueden aportar. El panorama no es completamente sombrío.
Un 86% de los encuestados coincidió en que las soluciones digitales tienen el potencial de reducir los costos, lo que sugiere que, aunque el regreso de la inversión puede no ser inmediato, existen fundamentos sólidos que respaldan la creencia en un futuro financiero mejorado. Sin embargo, para capitalizar este potencial, será imprescindible que los líderes de la salud desarrollen estrategias efectivas para la evaluación y el seguimiento de métricas que reflejen el verdadero impacto de sus inversiones. La demanda de profesionales capacitados en tecnología digital se ha disparado en este contexto. Un notable 94% de los ejecutivos coincide en que las nuevas tecnologías aumentan la credibilidad de los proveedores. La respuesta a esta necesidad ha llevado a un 90% de ellos a destinar más recursos a la contratación y formación de equipos de tecnología digital.
Esto no solo es crucial para el éxito en la implementación de nuevas herramientas, sino que también refleja un compromiso más amplio con la innovación en el sector salud. En el contexto de estas transformaciones, se está previendo un cambio tangible en la calidad crediticia de las organizaciones de salud que adoptan soluciones digitales. Un webinar de Moody's Investors Service indicó que el impacto crediticio generalizado será positivo, aunque el impacto en la calidad crediticia en el sector salud será mínimo en los próximos años. Esto plantea preguntas sobre cómo las instituciones pueden aprovechar las oportunidades que ofrecen la IA y otras innovaciones para mejorar su calidad crediticia y, en consecuencia, su viabilidad financiera a largo plazo. Además, la presión para adoptar tecnologías digitales continuará aumentando.
Todo esto ocurre en un momento en que las organizaciones de salud buscan formas de adaptarse a un entorno cada vez más competitivo y cambiante. Al hacerlo, no solo están respondiendo a las exigencias actuales, sino que también están sentando las bases para el futuro de la atención médica. En resumen, aunque el retorno de inversión de las soluciones digitales en la salud aún es incierto, el camino hacia la eficiencia y la mejora de la atención al paciente es innegable. A medida que los hospitales y sistemas de salud navegan en esta nueva era, es fundamental que desarrollen métodos efectivos para medir el impacto de sus inversiones y garanticen que la transición hacia la tecnología digital se maneje con cuidado y consideración. La combinación de inversión en tecnología, personal capacitado y un enfoque claro en la medición del ROI puede ser la clave para desbloquear el verdadero potencial que las soluciones digitales ofrecen a la atención sanitaria.
A medida que avance esta era digital, el compromiso de los líderes de la salud con la innovación será crucial para el éxito. La inversión en tecnología digital no solo es un paso necesario, sino que se está convirtiendo rápidamente en un imperativo estratégico en un mundo donde la atención médica debe ser más eficiente, accesible y de alta calidad. La trayectoria futura de un sector vital como la salud dependerá de cómo se utilicen estas herramientas y cómo se adapten las organizaciones a un nuevo mundo digital que, aunque desafiante, promete beneficios significativos en la calidad de la atención y la sostenibilidad financiera.