El uso del VAR (Video Assistant Referee) en el fútbol ha sido un tema candente desde su implementación. A pesar de su objetivo de ayudar a los árbitros a tomar decisiones más precisas, muchas veces los aficionados sienten que se convierte en un prolongado ritual que ralentiza el juego. En una reciente charla en el programa de fútbol “Heimspiel” emitido por blue Sport, el árbitro suizo Fedayi San y el jefe de árbitros Dani Wermelinger abordaron por qué las decisiones del VAR pueden tardar tanto, y su conversación arrojó luz sobre un proceso que muchos consideran confuso. Desde su introducción, el VAR ha provocado múltiples reacciones entre los aficionados, desde la frustración hasta la aceptación de que es necesario para garantizar decisiones más justas. Sin embargo, la prolongación de las revisiones se ha convertido en un punto de debate en las gradas y en las redes sociales.
Muchas veces, los aficionados deben esperar varios minutos mientras los árbitros, en la sala de VAR, analizan cada detalle de una jugada. Fedayi San, un árbitro con una vasta experiencia, explicó la complejidad del proceso al que se enfrentan los árbitros al revisar una jugada. “Cuando los aficionados tienen que esperar por una decisión, es comprensible que se sientan frustrados”, destacó. Un ejemplo concreto que ofreció fue el caso de un penalti. Aunque la decisión de conceder el penalti puede ser relativamente rápida, entre 15 y 20 segundos en algunos casos, la revisión puede extenderse hasta dos minutos.
Esto se debe a la necesidad de verificar múltiples aspectos de la jugada. San detalló que el VAR no solo revisa la acción inmediata que llevó a la decisión del árbitro, sino que también investiga la secuencia del juego anterior. En el caso de un penalti, por ejemplo, es crucial investigar si hubo una falta en la construcción de la jugada, un posible mano o un fuera de juego. Cada uno de estos elementos puede llevar a un análisis adicional y, por ende, al alargamiento del tiempo de revisión. “Hay tantas variables que se deben considerar que el tiempo se puede perder rápidamente”, advirtió.
Wermelinger, el jefe de árbitros suizo, respaldó esta filosofía de la cautela. “Es preferible ser un poco más lento y asegurarnos de que tomamos la decisión correcta, en lugar de apresurarnos y no ver toda la situación”, afirmó. Este enfoque ha sido aprendida a través de experiencias pasadas en las que se tomaron decisiones erróneas debido a la prisa. En el contexto del VAR, la premura puede resultar en fallos que podrían haber sido evitados si se hubiera tomado el tiempo necesario para hacer un análisis detallado. Una de las críticas más comunes sobre el VAR es la percepción que existe de que las decisiones son inconsistentes, incluso en situaciones similares.
Esto ha llevado a que los aficionados se cuestionen la efectividad del sistema. Sin embargo, tanto San como Wermelinger aclararon que la variabilidad en la interpretación de algunas jugadas se debe a la subjetividad inherente al fútbol y a la importancia de un análisis visual detallado. “No todos los momentos son iguales, aunque puedan parecerlo a simple vista”, enfatizó San. La experiencia del árbitro y su capacidad de analizar situaciones complejas también juega un papel fundamental en estas decisiones. La controversia alrededor del VAR no se limita solo a los aficionados.
Los propios árbitros enfrentan una presión inmensa. En el programa, Wermelinger compartió que han habido ocasiones en las que el equipo de VAR ha cometido errores por tomar decisiones apresuradas. "Hemos tenido casos en los que simplemente fuimos demasiado rápidos. Queríamos terminar demasiado pronto", confesó Wermelinger. La autocrítica es un punto crucial en la mejora continua de los procesos de arbitraje.
En un mundo donde el entretenimiento y la inmediatez son valorados, los elementos del VAR parecen ir en sentido contrario. Sin embargo, las autoridades del fútbol argumentan que la precisión y la justicia de las decisiones son esenciales para el juego. Los árbitros, en especial aquellos involucrados en el VAR, deben mantener su enfoque en el objetivo más grande: garantizar que el resultado de un partido refleje lo que realmente ocurrió en el campo de juego. La conversación también giró en torno a la importancia de la comunicación entre el equipo del VAR y el árbitro principal. San destacó que, a menudo, los árbitros tienen que transmitir información crucial rápidamente y esto puede complicar el proceso.
Un error en la interpretación o en la señalización puede incrementar el tiempo que se necesita para llegar a una decisión. La fluidez y claridad en esta comunicación son esenciales para agilizar las revisiones del VAR. Para muchos aficionados, la paciencia es una virtud que ha sido puesta a prueba con la implementación del VAR. Con cada anuncio de un VAR check, la tensión en los estadios se vuelve palpable. Los jugadores también sufren este retraso; el enfriamiento de la adrenalina puede ser perjudicial en un deporte donde cada segundo cuenta.
Por lo tanto, los árbitros deben considerar no solo la precisión de la decisión, sino también el impacto emocional y psicológico en los jugadores y aficionados. Finalmente, tanto Fedayi San como Dani Wermelinger sensibilizaron sobre la necesidad de educar al público sobre cómo funciona el VAR. La transparencia en el proceso y la inclusión del público en el entendimiento de las decisiones podrían mitigar parte de la frustración que se siente cada vez que se detiene el juego para una revisión. “Es esencial que la gente comprenda por qué un proceso puede tardar más de lo esperado”, concluyó San. El VAR ha venido para quedarse, y aunque los aficionados puedan desear decisiones más rápidas, la realidad es que la precisión requiere tiempo.
Con la disposición de los árbitros a seguir aprendiendo y mejorando, el fútbol puede aspirar a un futuro donde tanto el juego como las decisiones que lo rodean sean más justas y satisfactorias para todos. La conversación sobre la implementación y el funcionamiento del VAR está lejos de haber terminado, pero lo que es seguro es que la mejora en la calidad del arbitraje no solo beneficia a los árbitros, sino también a los jugadores y aficionados que viven y respiran este hermoso juego.