La Semana Dorada en China, que coincide con el Día Nacional del país, es un período esperado por millones de turistas que anhelan explorar la vasta riqueza cultural y paisajística del país. Este año, los datos revelan que, a pesar de que el número de viajes nacionales ha superado las cifras del año anterior, el gasto promedio de los turistas todavía no alcanza los niveles registrados antes de la pandemia de COVID-19. Este hecho plantea preguntas sobre la recuperación económica de China y el comportamiento de los consumidores en un contexto post-pandemia. Durante la Semana Dorada de 2023, se registraron aproximadamente 765 millones de viajes internos, lo que representa un aumento del 5.9% en comparación con el año anterior.
Este repunte en la movilidad es un signo positivo y sugiere que los ciudadanos chinos están volviendo a disfrutar de los viajes después de varios años de restricciones. Además, se estima que el gasto total de los turistas alcanzó los 700.82 mil millones de yuanes, aproximadamente 99.30 mil millones de dólares, lo que implica una mejora del 6.3% en relación con el 2022.
Sin embargo, el dato que ha generado más análisis es el descenso del gasto promedio por persona, que ha caído un 2.09% en comparación con los niveles de 2019. Este fenómeno refleja una tendencia más amplia en el comportamiento del consumidor chino en el contexto actual. A pesar de la creciente movilidad y el deseo de viajar, los turistas parecen ser más cautelosos en cuanto a los gastos, posiblemente impulsados por una mezcla de preocupaciones económicas y cambios en sus hábitos de consumo. Una de las explicaciones a esta aparente contradicción se encuentra en la situación económica de China, que ha estado bajo presión debido a una caída en el mercado inmobiliario y la creciente inquietud acerca de la estabilidad del empleo y la seguridad de los ingresos.
Estos factores han generado una actitud más conservadora entre los consumidores, quienes priorizan el ahorro y la prudencia en sus gastos. Las redes sociales han sido testigos de este cambio en los hábitos de consumo durante la Semana Dorada. En plataformas como Xiaohongshu, muchos usuarios han compartido sus experiencias de turismo de bajo costo, donde desnudan un enfoque más frugal al llevar su propia comida a los destinos turísticos en lugar de gastar en comida en los kioscos locales. Un caso notable que trascendió en redes sociales fue el de un grupo de turistas que, al ver los precios exorbitantes de los alojamientos en Huangshan, decidieron dormir en un baño público, optando así por no gastar en hoteles. Este comportamiento también se ve reflejado en comentarios de usuarios en Weibo, donde se destaca que muchos optan por actividades culturales gratuitas.
Por ejemplo, visitas al Museo Nacional, la Plaza de Tiananmen y universidades como Peking y Tsinghua que no cobran entrada, se han vuelto cada vez más populares. Este tipo de turismo de bajo costo habla de un cambio en la percepción del disfrute, donde la experiencia cultural y la conexión con la historia prevalecen sobre los lujos típicos del turismo moderno. El contraste entre el aumento en el número de viajes y la caída en el gasto promedio sugiere que, si bien las personas están deseosas de viajar, son más cautelosas a la hora de abrir sus bolsillos. Esto puede ser visto como un síntoma de la nueva realidad económica del país, donde los ciudadanos están intentando disfrutar de su libertad de movimiento tras los confinamientos, pero al mismo tiempo sienten la presión de un entorno económico incierto. Las autoridades chinas están observando de cerca estas tendencias, y la Oficina Nacional de Estadísticas ya ha comenzado a recopilar datos para entender mejor cómo se están comportando los consumidores.
Es vital para el gobierno y para los sectores involucrados en el turismo y la cultura adaptar sus estrategias y ofertas a estas nuevas expectativas de los consumidores. Otros analistas han comenzado a argumentar que este podría ser un cambio temporal, y que a medida que la economía de China se estabilice y los consumidores recuperen la confianza, podríamos ver un aumento en el gasto relacionado con el turismo. Sin embargo, a corto plazo, es probable que los destinos turísticos tengan que adaptarse a un nuevo paradigma, donde las experiencias costo-efectivas serán la norma en lugar de la excepción. Por otro lado, los operadores turísticos y las empresas locales que dependen del turismo deben reconsiderar sus estrategias comerciales. La clave podría estar en ofrecer un equilibrio entre sostenibilidad y accesibilidad, creando paquetes que no solo sean atractivos desde el punto de vista económico, sino que también se alineen con el deseo del consumidor moderno de experiencias auténticas y significativas.
En conclusión, la Semana Dorada de 2023 ha revelado un panorama complejo para el turismo en China. Aunque el número de viajeros ha aumentado, la disminución del gasto promedio pone de manifiesto una serie de preocupaciones económicas subyacentes que siguen afectando la confianza de los consumidores. Mientras que los turistas están regresando a las carreteras y atracciones, su enfoque hacia el gasto ha cambiado, impulsado por un contexto económico desafiante. La industria turística debe adaptarse a estas nuevas realidades y diseñar experiencias que resuenen con estos nuevos hábitos de consumo, cultivando así un futuro más sostenible y próspero para el turismo en China.