A partir de octubre, los prestatarios de préstamos estudiantiles que no realicen sus pagos enfrentan nuevamente serias consecuencias financieras, ya que concluye el período de gracia que se había mantenido desde el comienzo de la pandemia. Esta reactivación de los informes de morosidad marca un cambio drástico para millones de borregadores que se habían beneficiado de una pausa en los pagos y en la acumulación de intereses. Durante el último año, la administración Biden implementó estrategias para aliviar el impacto de la crisis económica provocada por la pandemia en los bolsillos de los prestatarios. Sin embargo, con la finalización de este período de gracia y del “Fresh Start Program”, se prevé un aumento en la tasa de incumplimiento, algo que no solo afectará a los prestatarios, sino que también podría tener repercusiones amplias en el sistema financiero. Betsy Mayotte, presidenta del Instituto de Asesores de Préstamos Estudiantiles, advirtió que muchas personas pueden enfrentar dificultades inesperadas.
“Es probable que veamos un aumento en los defaults en los próximos años mientras todo esto se ajusta”, expresó. Antes de la pandemia, cerca de un millón de prestatarios caían en morosidad cada año, y el número podría ser aún mayor al considerar que actualmente alrededor de 10 millones de personas están atrasadas en sus pagos, lo que representa casi el 30% del total de prestatarios. La finalización de estas protecciones significa que a partir del 1 de octubre, los prestamistas podrán reportar a los prestatarios morosos a las agencias de crédito, lo que a su vez puede llevar a una disminución en su puntuación crediticia y consecuencias adicionales, como la posibilidad de embargos de salarios, retención de reintegros fiscales e incluso gastos adicionales en costos de cobranza que pueden sumar hasta un 24% de su saldo total. Mayotte destacó la importancia de no ignorar estas obligaciones: “Si ignoras tus pagos, están en su derecho de tomar medidas agresivas”, advirtió, refiriéndose a las opciones que tienen los prestamistas para recuperar sus préstamos. Sin embargo, se menciona que aquellos que lograron salir de la morosidad antes de la llegada de la pandemia podrían beneficiarse del Fresh Start Program, que permite una salida más sencilla y sin costos adicionales.
Con el cierre del programa, los prestatarios que se encuentren en una situación de disminución de ingresos podrán explorar su elegibilidad para los planes de pago basados en ingresos. Aun así, el proceso para acceder a estas opciones es más complicado de lo habitual, debido a una suspensión judicial que afecta a algunos de estos planes, lo que implica que la tramitación puede tomar más tiempo del esperado. La Oficina de Educación asegura que los prestatarios pueden seguir solicitando estos planes, y durante el tiempo que dure el proceso de evaluación, no se les va a considerar en morosidad. De factible, sus pagos pueden ajustarse incluso a 0 dólares, dependiendo de su situación económica. “No se volverán morosos mientras trabajamos en procesar su solicitud”, comentó Rich Williams, un asistente del Departamento de Educación de EE.
UU. Además de los problemas de morosidad, la vuelta a la normalidad en el sistema de préstamos estudiantiles destaca la creciente preocupación sobre la carga de la deuda estudiantil en el país. Los préstamos estudiantiles han alcanzado cifras astronómicas, y muchos jóvenes se ven atrapados en un ciclo de deuda que parece no tener salida. Con más de 45 millones de prestatarios en Estados Unidos, la cantidad total de deuda estudiantil excede los 1.5 billones de dólares.
La situación financiera de los prestatarios se ve exacerbada por la incertidumbre económica que todavía persiste en varias áreas resultantes de la pandemia. Entre los prestatarios, hay una gran variedad de circunstancias personales que influyen en su capacidad para realizar los pagos, comenzando con cambios en el empleo, hasta la pérdida de ahorros o gastos inesperados en el hogar. La llegada de octubre se aproximaba con angustia para aquellos prestatarios ya preocupados por su futuro financiero. Mientras algunos han estado gestionando sus cuentas de manera responsable, otros pueden haber tenido la sensación de que sus obligaciones de pago estaban temporariamente suspendidas. El regreso a la realidad financiera duramente golpeará a quienes no se hayan preparado adecuadamente.
A medida que se acerca el fin del período de gracia, expertos en finanzas y asesores de préstamo sugieren que los prestatarios que enfrentan dificultades deben actuar rápidamente. La planificación financiera, el asesoramiento y el aprovechamiento de las opciones disponibles son cruciales en este momento. Ignorar las cartas de los prestamistas o evitar la comunicación con los mismos puede agravar la situación y llevar a un ciclo de problemas financieros mayores. La situación es crítica, y mientras el 30 de septiembre se acerca rápidamente, las organizaciones y expertos alientan a los prestatarios a buscar ayuda. Hay recursos disponibles, tanto en línea como a través de organizaciones sin fines de lucro, que pueden ofrecer asesoramiento y opciones que a menudo no son conocidas por la mayoría de los prestatarios.
La reactivación del informe de morosidad no solo es una noticia preocupante para los prestatarios, sino que también podría alterar la percepción del mercado sobre la deuda estudiantil. La administración de préstamos y los cambios en las leyes que rigen estos préstamos continúan evolucionando. Con la fecha fatídica en el horizonte, el futuro de millones de prestatarios depende de la información y el apoyo adecuado para navegar por un sistema que ha sido, sin duda, desafiante y muchas veces confuso. En conclusión, la reactivación de los informes de morosidad para prestatarios de préstamos estudiantiles es un asunto que requiere atención inmediata. Con la caducidad del período de gracia y con un total de diez millones de personas que ya se encuentran en dificultades, la urgencia está en el aire.
Los prestatarios deben ser proactivos, buscar ayuda y utilizar los recursos disponibles para evitar enfrentar las consecuencias devastadoras de la morosidad. Octubre se presenta no solo como un mes de incertidumbre, sino como una oportunidad para que los prestatarios tomen el control de su futuro financiero y eviten caer en la trampa de la deuda insostenible.