Invertir en la bolsa requiere un análisis cuidadoso, especialmente cuando se trata de empresas con modelos de negocio arraigados en industrias controvertidas, como la del tabaco. British American Tobacco (NYSE: BTI) es una de las compañías más importantes en el sector tabacalero a nivel global. Ante un mercado en constante transformación y retos regulatorios y sociales, surge la pregunta: ¿es la acción de British American Tobacco una buena apuesta a largo plazo? Para responder a esta interrogante, conviene examinar tanto el desempeño financiero y estratégico de la empresa como sus perspectivas futuras en un contexto cambiante. British American Tobacco ha enfrentado una década complicada marcada por desafíos significativos. En primer lugar, la disminución en el consumo de cigarrillos combustibles tradicionales ha sido una realidad ineludible, producto de las crecientes regulaciones y una mayor conciencia sobre los riesgos para la salud asociados al tabaco.
Además, la diversificación hacia productos alternativos y menos dañinos, como los dispositivos electrónicos para consumo de nicotina, ha planteado retos operativos y de inversión que no todos los actores del mercado han sabido manejar con éxito. Uno de los momentos más difíciles para BAT llegó con la adquisición de Reynolds American en 2017. Aunque esta operación pretendía fortalecer la posición de la empresa en el mercado estadounidense y aprovechar sinergias, terminó evidenciando problemas por un exceso de valoración. En 2023, British American Tobacco tuvo que realizar una depreciación no monetaria de 31.500 millones de dólares sobre sus marcas estadounidenses, lo que reflejó la presión que enfrentan sus negocios tradicionales.
Pese a estos reveses, British American Tobacco está repartiendo dividendos atractivos para los inversores, con una rentabilidad cercana al 7%. Este flujo constante y cuantioso de dividendos es uno de los principales argumentos para considerar a BAT como inversión a largo plazo, especialmente en tiempos de volatilidad en los mercados. Los pagos robustos ofrecen un retorno significativo, incluso cuando el crecimiento en ingresos no sea espectacular. El poder del interés compuesto mediante la reinversión de dividendos puede transformar modestos rendimientos en ganancias sólidas y estables con el paso del tiempo. El panorama cambia notablemente cuando se observa la apuesta de British American Tobacco por productos sin humo.
La empresa ha logrado un crecimiento orgánico constante en esta categoría, con un aumento de casi el 9% en ventas neutralizadas a efectos de moneda en 2024. Los nuevos productos sin combustión, como los cigarrillos electrónicos, tabaco calentado y bolsas de nicotina oral, representan ya un 17.5% de los ingresos totales. Aunque esta cifra está por debajo de la cuota que ostenta su competidor Philip Morris International, supera a la de Altria Group, que todavía depende en gran medida de las ventas del tradicional Marlboro. La transición hacia productos sin humo es clave para asegurar la viabilidad a largo plazo de BAT.
Si bien el consumo de cigarrillos combustibles disminuye, la compañía compensa esas pérdidas con aumentos estratégicos en los precios y una expansión en su portafolio de alternativas que tienen una menor repercusión social y regulatoria. La gestión de esta transición determinará en gran medida la capacidad de la empresa para mantener ingresos sostenibles y márgenes de beneficio saludables. Desde el punto de vista financiero, British American Tobacco proyecta un crecimiento anualizado en ingresos del 3% al 5% a partir de 2026, ajustado por impactos cambiarios. Aunque no se trate de un crecimiento explosivo ni deslumbrante, representa una senda prudente y sostenible considerando la madurez del sector y los retos que enfrenta. La estabilidad y previsibilidad en ingresos y generación de caja pueden ser apreciadas por inversores que buscan protección en sus carteras frente a la volatilidad propia de sectores más innovadores o cíclicos.
En términos competitivos, BAT debe continuar innovando para no quedarse atrás en la carrera por el dominio en el mercado de productos sin humo. La capacidad para desarrollar y comercializar productos que atraigan a consumidores que buscan reducir riesgos sin renunciar a la nicotina será un factor crítico. Además, el entorno regulatorio global seguirá siendo un desafío, con restricciones más estrictas en algunos mercados y oportunidades emergentes en otros, sobre todo en economías en desarrollo con demanda creciente. Otra consideración importante para quienes evalúan invertir en British American Tobacco es el aspecto ético y social de la inversión. Muchas personas y fondos evitan invertir en empresas que operan en industrias asociadas a productos que generan adicción y riesgos para la salud.
Este factor puede afectar la valoración futura de la compañía y su acceso a ciertos capitales. No obstante, para inversores que priorizan la rentabilidad y están dispuestos a aceptar estos dilemas, el sector tabacalero sigue ofreciendo atractivos flujos de caja y dividendos. En cuanto a la valoración de la acción, el precio actual de BTI refleja ya buena parte de los problemas pasados y una expectativa moderada de crecimiento futuro. Esto puede ofrecer una oportunidad para entrar en un punto favorable, especialmente si la compañía logra cumplir sus metas en el sector sin humo y mantener la rentabilidad de su negocio tradicional durante la transición. La clave estará en monitorear de cerca los informes financieros trimestrales, los movimientos regulatorios y las tendencias de consumo.
Finalmente, la inversión en British American Tobacco requiere una visión de paciencia y enfoque en el largo plazo. No es un activo que prometa crecimientos espectaculares en el corto plazo, pero su combinación de dividendos altos, transición ordenada hacia nuevos productos y presencia internacional sólida la convierten en una apuesta interesante para diversificar portafolios, buscar ingresos constantes y explotar el poder de la reinversión. En resumen, British American Tobacco enfrenta desafíos evidentes, pero también muestra señales de adaptación y resiliencia. Los ingresos son estables, el crecimiento en productos sin combustión es un motor de futuro y el dividendo alto es un atractivo poderoso para quienes buscan retornos constantes. Como toda inversión en el sector tabacalero, viene acompañado de consideraciones éticas y regulatorias que cada inversor debe evaluar según su perfil y objetivos.
Si se asume este equilibrio, BTI puede constituir una opción válida y rentable a largo plazo en el universo de valores estables con rentabilidad por dividendo.