Montana, conocido como el Estado de Big Sky, está experimentando una auténtica revolución en sus políticas de vivienda que ha capturado la atención nacional por su enfoque innovador y bipartidista. En los últimos años, este territorio montañoso y con una población dispersa ha desplegado una serie de reformas legislativas que buscan resolver décadas de escasez de vivienda y aumento incontrolado en los precios del sector inmobiliario. La llamada "Milagro Inmobiliario de Montana" no solo se refiere a una única reforma, sino que engloba dos paquetes legislativos ambiciosos implementados en 2023 y 2025 que tienen como objetivo simplificar las barreras legales, reducir costos y facilitar la construcción de viviendas en todo el estado. Estas reformas derivaron de la creación en 2022 de una mesa de trabajo bipartidista convocada por el gobernador republicano Greg Gianforte, con la misión de enfrentar la crisis de la vivienda. Gracias a la colaboración entre legisladores de diferentes partidos y a la participación activa de grupos tan diversos como organizaciones ambientales, cámaras de comercio locales y entidades estudiantiles, Montana consiguió forjar un consenso poco común en un tema tan complejo y, a menudo, polarizado.
Entre las principales transformaciones promulgadas están la eliminación casi total de los mandatos de estacionamiento para viviendas multifamiliares en las ciudades más grandes y medianas, la autorización para construir edificios de hasta seis pisos en zonas comerciales y industriales, así como una serie de medidas dirigidas a facilitar el acceso a la vivienda para sectores tradicionalmente excluidos o poco favorecidos, como los usuarios de casas prefabricadas o los que dependen de unidades accesorias de vivienda (ADU). Una de las reformas más destacadas, la Ley 492, marcada por la representante Katie Zolnikov, elimina la exigencia de puestos de estacionamiento fuera de las viviendas que midan menos de 1.200 pies cuadrados en las diez ciudades más grandes de Montana a partir de octubre de 2026. Esta medida antepone la reducción de costos y la eficiencia en el uso del suelo a la construcción excesiva de estacionamientos, que históricamente han encarecido el desarrollo inmobiliario. Esta eliminación de mandatos es vital, considerando que la mayoría de apartamentos y condominios en Estados Unidos son más pequeños que ese umbral de tamaño, por lo que la Ley tiene un gran impacto real en el mercado.
Además, exime a casas pequeñas independientes, viviendas asequibles con restricciones de propiedad, hogares asistidos y guarderías, mostrando una visión amplia y equitativa. Asimismo, la legislación aprobó la Ley del Senado 243, promovida por la senadora Ellie Boldman, que permite construir edificios de hasta seis pisos en zonas designadas como comerciales, industriales y de alto tráfico comercial. Esta ampliación en la altura autorizada desafía restricciones locales previas y señala una apuesta clara por aumentar la densidad urbana, aspecto crítico para hacer frente a la demanda creciente sin expandir el urbanismo horizontal que consume grandes extensiones de terreno y recursos. Otras medidas complementarias abordan las tarifas de impacto, que muchas veces ejercen presión financiera sobre desarrolladores y, en consecuencia, elevan los costos de construcción y venta. La Ley 133 impone límites estrictos a estas tarifas, eliminando cargos administrativos innecesarios y vinculando el cobro sólo a proyectos directamente relacionados con el desarrollo propuesto.
Esto puede traducirse en un alivio significativo para el sector de la construcción, permitiendo la entrega de viviendas a precios más accesibles para los habitantes de Montana. Montana también se distingue por avanzar en la profesionalización de la revisión histórica de edificios, tarea que ahora pasará de juntas voluntarias a personal calificado, agilizando procesos y asegurando criterios técnicos adecuados sin desatender el respeto al patrimonio arquitectónico. Además, el estado está garantizando un tratamiento igualitario de las viviendas prefabricadas frente a las construcciones tradicionales, eliminando prejuicios y obstáculos artificiales para su implementación. La flexibilización regulatoria también alcanza a las ADU y las construcciones de vivienda de escaleras únicas. Estas últimas, con restricciones anteriores por razones de seguridad, vuelven a estar permitidas hasta un máximo de seis pisos siempre que cumplan con las normas contra incendios vigentes.
Estas modificaciones no solo amplían la oferta de vivienda sino que promueven tipologías variadas y versátiles, adecuadas para diferentes estilos de vida y necesidades familiares. Montana ha entendido que para lograr una transformación efectiva en materia habitacional es fundamental crear un entorno político donde los diferentes actores se sientan escuchados y comprometidos con la solución. Por ello, el cronograma de entrada en vigencia de estas reformas consideró espacios para que los municipios puedan adaptarse, evadiendo conflictos relacionados con el control local y facilitando la implementación. De cara al futuro, mientras el gobernador Gianforte parece dispuesto a firmar todas estas leyes, la conversación en Montana ya se orienta hacia nuevas propuestas que incluyen la limitación adicional de mandatos de estacionamiento para usos comerciales, la creación de “relojes” para acelerar los procesos de permisos y la recopilación sistemática de datos sobre los tiempos y volumen de licencias municipales, herramientas que pueden servir para afinar las políticas públicas y adaptar las regulaciones a la realidad cambiante. Este doble "milagro" de reformas en Montana aporta lecciones valiosas para otras regiones que enfrentan similares retos de vivienda.
En primer lugar, la necesidad de formar coaliciones amplias que abarquen a diversos sectores políticos y sociales, para evitar la polarización y consolidar apoyo duradero. En segundo lugar, la importancia de comenzar el trabajo con anticipación antes de la temporada legislativa, de modo que las iniciativas puedan ser elaboradas y consensuadas con calma y profundidad. Y terciariamente, ser flexibles con los tiempos de aplicación para que las autoridades locales puedan digerir y adaptar los cambios en sus ordenanzas urbanas. La implementación de estas políticas no ofrece una solución mágica e inmediata frente al problema de décadas de falta de vivienda; sin embargo, representan un avance sustancial y un experimento prometedor sobre cómo la colaboración bipartidista y un enfoque integral pueden lograr cambios estructurales sostenibles en el sector inmobiliario. A medida que otros estados observan y analizan los resultados en Montana, este estado de las Montañas Rocosas puede convertirse en un modelo nacional para la reforma de viviendas, mostrando que es posible conjugar crecimiento urbano, diversidad de tipologías habitacionales, desarrollo económico y sostenibilidad ambiental.
El impulso de Montana también coincide con un momento de cambio cultural y tecnológico donde el urbanismo necesita encontrar formas de atender a una población creciente con menor dependencia del automóvil, más integración comunitaria y una mirada hacia el futuro donde la vivienda no sea privilegio, sino derecho accesible para todos. Así, el milagro inmobiliario de Montana podría ser mucho más que una reforma local, podría ser una inspiración para nuevas políticas habitacionales en todo el país.