En el dinámico mundo de las inversiones tecnológicas, pocas compañías han captado la atención tanto como Roku, un líder indiscutible en el sector del streaming y las plataformas digitales. La pregunta que muchos inversores se hacen hoy en día es si merece la pena comprar acciones de Roku con una inversión inicial de 500 dólares y mantenerlas durante los próximos diez años. Para responder a esta cuestión de manera fundamentada, es imprescindible examinar no solo los resultados financieros recientes de la empresa, sino también las tendencias del mercado, los desafíos y las oportunidades que enfrenta. Roku ha demostrado en los últimos años un crecimiento sólido, impulsado principalmente por la creciente adopción del streaming como principal medio para consumir entretenimiento audiovisual. En el primer trimestre de 2025, la empresa reportó ingresos superiores a mil millones de dólares, superando las expectativas de Wall Street, lo que indica una capacidad para crecer incluso en un entorno competitivo y cambiante.
La parte más significativa de su negocio son las ventas en la plataforma, que representan aproximadamente el 86% del total. Este segmento creció un 17% comparado con el mismo periodo del año anterior, reflejando la fuerza del ecosistema Roku para atraer usuarios y monetizar su atención a través de publicidad y servicios digitales. Por otro lado, los ingresos provenientes de dispositivos aumentaron un 11%, lo que significa que más hogares están adoptando su sistema operativo para televisores inteligentes, consolidando la presencia de Roku en el mercado. Uno de los puntos más llamativos es la posición de liderazgo de Roku en Norteamérica, donde su sistema operativo para smart TVs representa casi el 40% de las unidades vendidas. Esta cuota supera la combinación de sus dos competidores más cercanos, lo que refuerza su dominio y capacidad para seguir capturando mercado a mediano y largo plazo.
La audiencia en la plataforma es otro factor clave, con un total de 35.8 mil millones de horas visualizadas en el primer trimestre, cifra que demuestra un fuerte compromiso de los usuarios. Esto se traduce directamente en oportunidades de ingresos publicitarios, un área que ha mostrado un desempeño superior al promedio del mercado estadounidense de contenido por streaming. La rentabilidad ha sido históricamente un desafío para Roku, pero el equipo directivo proyecta un cambio significativo, esperando alcanzar un resultado operativo positivo en 2026. Esta transición de pérdidas a ganancias es un indicador fundamental para los inversores que buscan estabilidad y crecimiento sostenido.
Además del desempeño financiero, existen dos tendencias macroeconómicas que funcionan como poderosos motores para el crecimiento de Roku. La primera es el fenómeno de la desconexión de la televisión por cable tradicional, donde cada vez más consumidores prefieren los servicios de streaming por su conveniencia y variedad de contenido. Roku facilita precisamente esa experiencia al consolidar múltiples plataformas en una única interfaz fácil de usar. La segunda tendencia es la expansión de la publicidad digital, especialmente en modelos de streaming con suscripciones subsidiadas por anuncios, como los lanzados por Netflix y Walt Disney. Este cambio hacia una monetización basada en publicidad abre un abanico de posibilidades para Roku, que puede capitalizar el acceso a una audiencia cautiva y segmentada, creando un flujo de ingresos cada vez más diversificado y robusto.
No obstante, la acción de Roku todavía cotiza un 87% por debajo de su máximo histórico alcanzado en julio de 2021, una señal tanto de desafíos pasados como de una oportunidad potencial para inversores que buscan comprar en caída y beneficiarse de una posible recuperación en los próximos años. Es importante considerar algunos riesgos antes de decidir invertir. La competencia en el espacio del streaming y la publicidad digital es feroz e incluye tanto gigantes tecnológicos establecidos como nuevos entrantes innovadores. La capacidad de Roku para mantener su cuota de mercado y seguir innovando será crucial para sostener su crecimiento. Adicionalmente, aspectos como cambios regulatorios relacionados con la privacidad de datos, fluctuaciones en la economía global que impactan el gasto publicitario, o la evolución de las preferencias de los consumidores son factores que pueden afectar el desempeño de la empresa.