En un giro inesperado en el mundo de las estafas en criptomonedas, un hombre de 69 años, Aleksey Madan, recibió una noticia que nunca pensó que sucedería: la devolución de sus $140,000, un dinero que había perdido tras caer en una estafa conocida como "pig butchering". Esta práctica fraudulenta se ha vuelto cada vez más común y ha dejado a muchos inversores desolados y sin ahorros. La historia de Madan es un recordatorio aleccionador sobre los peligros del mundo de las criptomonedas. Originario de la comunidad de habla rusa en Massachusetts, Madan se sintió atraído por los anuncios en redes sociales que prometían rendimientos lucrativos a través de inversiones en criptomonedas. Sin embargo, como muchos otros, Madan fue víctima de una estructura de engaño cuidadosamente diseñada que lo condujo a perder sus ahorros de toda la vida.
El término "pig butchering" se refiere a un método de estafa donde los delincuentes invierten tiempo en hacer amistad con la víctima, ganando su confianza antes de despojarlos de sus activos. El término en sí evoca la imagen de engordar un cerdo antes de sacrificarlo, lo que encaja perfectamente con la estrategia de estos estafadores. Utilizando anuncios en plataformas como Facebook e Instagram, estos criminales lograron atraer a personas vulnerables, creando perfiles falsos y utilizando imágenes de stock para parecer legítimos. La compañía detrás de esta estafa fue identificada como SpireBit. La investigación inicial comenzó tras un informe de NPR el año pasado que documentó las experiencias de varias víctimas que habían invertido grandes sumas de dinero en la supuesta firma de inversión, solo para descubrir que se trataba de un fraude.
SpireBit, que reclamaba ofrecer servicios de inversión en criptomonedas, en realidad operaba desde un lugar oculto, utilizando direcciones falsas y perfiles fraudulentos para atraer a sus víctimas. Después de la investigación de NPR, las autoridades de Massachusetts se movilizaron rápidamente. La Oficina del Fiscal General del estado, liderada por Andrea Joy Campbell, demandó a SpireBit, y a través de una orden judicial, congeló los activos de la compañía en la plataforma de intercambio Binance. Las autoridades lograron recuperar $269,000 de las billeteras criptográficas de SpireBit, fondos que ahora están siendo devueltos a las víctimas, incluida Madan. La reacción de Madan al recibir el cheque fue de alivio y sorpresa.
“¿Cómo te sentirías si te roban todo tu dinero y nunca esperas recuperarlo, y luego lo haces?”, expresó emocionado. Esta devolución de fondos es un rayo de esperanza no solo para él, sino para otros que han perdido grandes sumas de dinero a causa de estas estafas. Otra víctima notable del mismo esquema es Naum Lantsman, un hombre de 75 años de Los Ángeles, que también fue engañado por SpireBit y perdió $340,000, ahorros acumulados tras décadas de trabajo en su pequeño negocio. A diferencia de Madan, la familia de Lantsman no logró que las autoridades de California se involucraran en su caso, lo que refleja una brecha en la protección ofrecida a las víctimas de estafas criptográficas en diferentes estados. Las estafas de criptomonedas, particularmente aquellas que han sido catalogadas como "pig butchering", han aumentado en los últimos años.
Según el FBI, más de $5.6 mil millones fueron robados a estadounidenses en línea a través de estafas relacionadas con criptomonedas en el año pasado. Esto pone de relieve la vulnerabilidad de los inversores, especialmente de aquellos que no están familiarizados con las complejidades de las criptomonedas y su mercado asociado. Con un número creciente de hombres y mujeres mayores que son objetivos de estos esquemas, las autoridades advierten sobre la importancia de la educación financiera. En un mundo donde las promesas de riqueza rápida son atractivas, es crucial que los potenciales inversores sean cautelosos, realicen investigaciones adecuadas y pongan en marcha medidas de protección antes de comprometer su dinero.
La historia de Aleksey Madan y otros afectados por SpireBit es una ilustración vívida de la necesidad de un entorno regulatorio más riguroso en el ámbito de las criptomonedas. Mientras que algunos estados, como Massachusetts, están tomando medidas proactivas para proteger a las víctimas y recuperar fondos, otros no han logrado actuar con la misma eficacia. Esto ha dejado a muchas personas a la deriva, luchando por encontrar justicia y recuperar lo que han perdido. La recuperación de los fondos de Madan podría ser un punto de inflexión en la lucha contra estas estafas. Sin embargo, también plantea preguntas sobre cómo los sistemas de justicia y las autoridades pueden ser más eficaces en la prevención de fraudes.
La falta de una legislación más estricta y una mayor educación sobre la inversión en criptomonedas podría estar contribuyendo a que estas estafas prosperen. La historia de Madan tiene el potencial de servir de advertencia para otros. Él espera que al compartir su experiencia, pueda alertar a otros sobre los riesgos de las inversiones en criptomonedas y la astucia de quienes buscan aprovecharse de los vulnerables. “Siempre hay que estar alerta y no dejarse llevar por la emoción de una inversión fácil. Hay que investigar y preguntar”, aconseja Madan.