Berkshire Hathaway es una de las compañías más emblemáticas en el mundo financiero, y su nombre está indisolublemente ligado a Warren Buffett, quien durante décadas ha sido el rostro y alma de la empresa. Con su reciente decisión de ceder el puesto de CEO a Greg Abel, surge una inquietud natural en los inversores y seguidores respecto a quiénes son los principales accionistas además del propio Buffett, y cómo este reparto accionarial puede influir en la compañía en el futuro. Warren Buffett continúa siendo el accionista mayoritario indiscutible de Berkshire Hathaway, manteniendo un impresionante porcentaje cercano al 38 % de las acciones Clase A, que son las de mayor valor y con más poder de voto. A pesar de que posee una cantidad ínfima de acciones Clase B, que tienen menor precio y poder de voto, el dominio que ejerce en la empresa es significativo porque sus acciones Clase A representan el 30,4 % de los derechos de voto combinados entre las distintas clases de acciones. Lo interesante surge cuando observamos quién sigue a Buffett en la lista de poseedores de acciones Clase A.
En segundo lugar, encontramos a FMR, LLC, la firma matriz de Fidelity Investments, que es dueña de más de 33 mil acciones Clase A, que representan aproximadamente el 6,17 % del total. Esta participación es destacable no solo por su tamaño, sino porque posiciona a Fidelity como uno de los actores institucionales con mayor influencia en Berkshire. En tercer lugar, la firma de inversión First Manhattan tiene una participación considerable con un 2,73 % de las acciones Clase A. El precio astronómico de cada acción Clase A de Berkshire Hathaway, que ronda los 779 mil dólares, limita la cantidad de accionistas individuales que pueden acceder a esta clase de activos. Por ello, las acciones Clase B, que tienen un precio más accesible y están diseñadas para ofrecer una entrada más amplia al capital de Berkshire, tienen una base más diversificada de propietarios.
En este segmento, el grupo Vanguard es el mayor accionista, con más de 148 millones de acciones Clase B, lo que representa un 11 % del total en circulación. Otros pesos pesados del mundo de la gestión de activos también poseen grandes cantidades de acciones Clase B. BlackRock, considerado el mayor gestor de fondos del mundo, posee cerca de 111,6 millones de acciones Clase B, lo que equivale aproximadamente al 8,3 % de las acciones de esta clase. State Street Corporation ocupa también un lugar relevante con casi 71,7 millones de acciones Clase B, sumando un 5,35 % total. Además de estas grandes entidades institucionales, Berkshire Hathaway tiene en sus propios directivos y familiares una fuerte representación accionarial que habla del compromiso interno con el futuro del conglomerado.
Destaca la presencia de Susan Buffett, hija de Warren Buffett, quien además de su rol en el consejo directivo desde el año 2021, posee alrededor de 80 acciones Clase A y más de 4,83 millones de acciones Clase B. Su posición dentro de la empresa y su inversión es un indicativo claro de la continuidad del legado Buffett en la entidad. La reticencia de Warren Buffett a vender acciones es otra pieza fundamental para entender la estabilidad en la propiedad de Berkshire. Buffett ha expresado de forma sincera que no tiene planes de desprenderse de ninguna acción cuando deje el cargo de CEO, lo cual reafirma su confianza en la continuación del modelo de negocio y en el equipo directivo que ha elegido para liderar la compañía. La diversidad de accionistas, desde grandes inversores institucionales hasta familiares directos y ejecutivos internos, es un factor que aporta resiliencia a Berkshire Hathaway.
La participación robusta de inversores como Vanguard, BlackRock y State Street también indica que el conglomerado sigue siendo una apuesta atractiva para fondos de inversión globales que buscan estabilidad y crecimiento a largo plazo. Una mirada más amplia a este entramado accionarial pone en evidencia la influencia considerable que estas entidades y personas físicas ejercen sobre las decisiones estratégicas de Berkshire Hathaway. Aunque Buffett sigue teniendo la última palabra gracias a su control mayoritario, la relevancia de estos otros accionistas es significativa, especialmente en un contexto en el que el CEO cambia y se abre un capítulo nuevo para la empresa. En definitiva, mientras Berkshire Hathaway sigue siendo sinónimo de Warren Buffett, la estructura accionarial detrás de esta emblemática empresa es diversa y compleja. Inversores institucionales como Fidelity, Vanguard, BlackRock y State Street conforman una base sólida que respalda la estabilidad financiera y la continuidad operativa de la firma.
Al mismo tiempo, la presencia activa de la familia Buffett en la composición accionarial asegura que los valores fundacionales y la visión de largo plazo permanezcan intactos. Este equilibrio entre una poderosa figura individual y una comunidad variada de accionistas es, sin duda, una de las claves para entender la resistencia y el éxito sostenido de Berkshire Hathaway en el mundo de las inversiones. La dinámica entre estos actores será un aspecto vital a observar en los próximos años, especialmente con Greg Abel al timón y Warren Buffett en calidad de presidente del consejo, garantizando una transición ordenada que inspire confianza a los mercados y mantenga el legado de uno de los inversores más legendarios de la historia.