El mercado bursátil estadounidense vivió una jornada marcada por la volatilidad y la esperanza durante la sesión del martes, en la que los principales índices lograron concluir en territorio positivo tras experimentar fluctuaciones entre ganancias y pérdidas a lo largo del día. La actividad de ese día estuvo influenciada principalmente por una intensa oleada de reportes de resultados corporativos y una noticia clave relacionada con las negociaciones y medidas sobre los aranceles en el sector automotriz. El índice Dow Jones Industrial Average destacó al ampliar su racha ganadora, alcanzando su período más prolongado de avances consecutivos en el año 2025. Subió un 0,8%, equivalente a más de 300 puntos, reflejando la confianza renovada del mercado ante las señales de progresos en temas comerciales y el buen desempeño de algunas empresas estratégicas. A su vez, el S&P 500 y el Nasdaq Composite mostraron alzas de cerca del 0,6% y 0,5%, respectivamente, apoyados por un ambiente más alentador en el panorama económico y empresarial, especialmente en el sector tecnológico y de consumo.
Un factor crucial que aportó optimismo fue la firma por parte del presidente Donald Trump de una orden ejecutiva destinada a respaldar a los fabricantes de automóviles estadounidenses. Esta medida impide la imposición adicional de tarifas sobre vehículos importados que ya están sujetos a los aranceles vigentes, evitando que se acumulen nuevos cargos impositivos encima de los existentes. La decisión fue bien recibida por inversores y operadores del mercado, ya que mitiga en parte la incertidumbre y los costos adicionales que enfrentan las automotrices, facilitando una perspectiva más favorable para la industria y el comercio exterior. Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que han sido una fuente constante de volatilidad en los mercados, mostraron señales de posible distensión. El tono positivo en las declaraciones oficiales del gobierno estadounidense, junto con las nuevas medidas sobre aranceles en la industria automotriz, contribuyeron a que las bolsas recuperaran terreno después de enfrentar pérdidas significativas en la sesión previa.
Sin embargo, el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtió que las disputas arancelarias bilateralmente implementadas representan una carga insostenible especialmente para China, y aunque no confirmó contactos recientes entre Trump y su contraparte china, enfatizó la necesidad de avanzar hacia acuerdos más estables y de largo plazo. Dentro del universo corporativo, la atención estuvo puesta en los resultados trimestrales que entregaron diversas compañías durante la mañana. General Motors (GM), una de las principales compañías automotrices del país, decidió posponer su llamada de resultados hasta el jueves, en un intento por evaluar las implicancias de la reciente orden ejecutiva sobre aranceles y sus posibles efectos en la hoja de ruta financiera de la empresa. GM anunció un desempeño favorable en el primer trimestre, superando las expectativas, aunque prefirió mantener cautela respecto a sus proyecciones de cara a 2025, dada la incertidumbre asociada a las políticas comerciales. Grandes nombres como Spotify y Coca-Cola también presentaron sus reportes antes de la apertura del mercado, con un enfoque especial en cómo sus operaciones están siendo afectadas o protegidas frente a la dinámica de los aranceles impuestos por la administración Trump.
En contraste, Starbucks experimentó una caída en su acción durante el comercio fuera de horario, tras informar números decepcionantes tanto en ingresos como en utilidades para el segundo trimestre, presionando a la baja el sentimiento en segmentos específicos del mercado. Más allá del ámbito corporativo, los datos económicos reflejaron desafíos persistentes para la economía estadounidense. El índice de confianza del consumidor, elaborado por el Conference Board, se redujo por quinto mes consecutivo, registrando en abril un nivel de 86 puntos, por debajo de las expectativas del mercado y significativamente inferior al dato de marzo, que fue de 92,9. Esta caída en la confianza indica que los consumidores siguen cautelosos y posiblemente impactados por la prolongada incertidumbre en políticas comerciales y factores económicos generales, lo que podría repercutir en el gasto y la actividad económica futura. En cuanto a movimientos específicos en la bolsa, algunas acciones destacaron por su rendimiento sobresaliente.
Compañías vinculadas a sectores de biotecnología, tecnología y nuevas energías renovables se ubicaron entre las de mayor ganancia, con aumentos superiores al 10%, mientras que otras empresas relacionadas con servicios digitales y comercio electrónico enfrentaron presión a la baja, influenciadas también por factores externos y noticias políticas. Por ejemplo, Amazon estuvo bajo escrutinio luego de reportarse que la empresa consideraba reflejar incrementos en precios por aranceles directamente en las etiquetas de sus productos, una medida calificada como "hostil y política" desde la Casa Blanca. Sin embargo, la compañía negó esas intenciones, logrando que sus acciones se recuperaran y cerraran cerca del punto de equilibrio. Además de la actividad bursátil, los contratos de futuros de los principales índices mostraban cierta debilidad en la apertura siguiente, con caídas en S&P 500, Dow Jones, Nasdaq y Russell 2000, reflejando la persistente incertidumbre y los factores técnicos que marcan el comportamiento del mercado en el corto plazo. Por otro lado, indicadores de volatilidad incrementaron notablemente, como el VIX, que subió más de un 12%, apuntando hacia una mayor cautela de los inversores ante posibles movimientos bruscos.
El mercado de materias primas tuvo un desempeño interesante con una apreciación significativa del oro, que subió cerca de un 2%, consolidando su atractivo como refugio seguro en momentos de dudas financieras y tensiones comerciales. Este comportamiento generalmente se interpreta como un síntoma de que los inversores buscan protegerse frente a riesgos sistémicos y fluctuaciones abruptas en mercados accionarios. En conclusión, la sesión bursátil estuvo marcada por una combinación de factores positivos y desafíos que continúan definiendo la dinámica del mercado estadounidense. La extensión de la racha ganadora del Dow refleja un optimismo controlado, mientras que el rebote de S&P y Nasdaq apunta hacia la resiliencia de sectores clave, especialmente tecnología y consumo. Las medidas tomadas por la Administración Trump para aliviar los aranceles en la industria automotriz y el alentador pero frágil progreso en las relaciones comerciales con China actúan como catalizadores temporales de confianza.