La reciente decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de retirar una carta de supervisión emitida en 2022 que desalentaba a los bancos a participar en actividades relacionadas con criptomonedas y stablecoins ha generado un intenso debate en el ecosistema financiero y tecnológico. Pese a que algunos líderes y empresarios del sector cripto han acogido este movimiento con optimismo, argumentando que supone un paso hacia la integración institucional y apertura del mercado, la senadora Cynthia Lummis ha manifestado un profundo escepticismo, calificando esta acción como un simple "ruido" sin avances reales para la industria. Esta postura crítica pone en evidencia los retos regulatorios y políticos que aún enfrenta la criptoeconomía en uno de los mercados financieros más influyentes del mundo. Cynthia Lummis es reconocida en Washington D.C.
como una ferviente defensora de las criptomonedas, especialmente de Bitcoin. Conocida por ser introducida la Ley de Reserva Estratégica de Bitcoin en 2024, ha sido una voz constante en la promoción de políticas públicas que buscan un marco regulatorio claro y justo para los activos digitales. Su reciente crítica hacia la Fed revela una preocupación creciente entre los proponentes cripto respecto a la posible lentitud y resistencia institucional para adaptarse a esta nueva realidad financiera. El contexto de la medida de la Fed radica en su carta de supervisión de 2022, que solicitaba a los bancos limitar su exposición a criptomonedas y stablecoins, citando riesgos asociados a la volatilidad, la seguridad y la falta de regulación consolidada. Esta carta había sido vista como un freno significativo para la adopción institucional de criptoactivos.
Sin embargo, al anunciar el retiro de esta directiva el 24 de abril de 2025, la Fed parecía querer abrir la puerta a una mayor participación bancaria en este mercado emergente. No obstante, Lummis ha subrayado que el retiro de esta carta no representa una mejora sustancial, calificándolo de "solo un gesto sin contenido". Según su análisis, el verdadero obstáculo persiste en otros elementos regulatorios que la Fed mantiene vigentes, como la llamada Sección 9(13), que continúa catalogando a Bitcoin y otros activos digitales como instrumentos "inseguros e insostenibles". Este tipo de definiciones tienen un impacto directo en la percepción de riesgo que las instituciones financieras deben considerar, influyendo en sus decisiones a la hora de aceptar o no relacionarse con estos activos. Además, la senadora ha señalado que la Fed sigue ejerciendo una supervisión basada en “riesgos reputacionales” que ella considera ilegal, especialmente en lo que refiere al acceso a cuentas maestras, un privilegio que no está siendo otorgado en igualdad de condiciones en relación con la industria cripto.
Esta falta de acceso limita de forma considerable la capacidad de los bancos para interactuar con las plataformas de activos digitales de manera fluida y competitiva. La crítica también se extiende a lo que Lummis denomina la "presencia de personal relacionado con Operation Chokepoint 2.0" dentro del equipo de supervisión actual. Operation Chokepoint fue originalmente una iniciativa federal que buscaba restringir el acceso financiero a industrias consideradas de alto riesgo, y esta asociación indica para ella la persistencia de una visión conservadora y adversa hacia el cripto, dañando la innovación y la economía estadounidense. En contraste con la postura de Lummis, algunos referentes destacados del sector como Michael Saylor, fundador de Strategy y reconocido defensor de Bitcoin, han acogido la decisión con confianza.
Saylor aseguró que la medida de la Fed permitirá que los bancos puedan empezar a apoyar a Bitcoin más libremente, facilitando la entrada de inversiones institucionales y ampliando la adopción masiva de activos digitales. Desde esta óptica, el cambio regulatorio sería un hito importante en la legitimación y expansión del cripto en el sistema financiero tradicional. Otros ejecutivos como Anthony Pompliano han expresado también un apoyo contundente, destacando que esta iniciativa reduce barreras y simplifica el camino para la adopción institucional. Por su parte, Anastasija Plotnikova, cofundadora y CEO de Fideum, empresa enfocada en regulaciones blockchain, ha señalado que la retirada del aviso de supervisión facilitará la incorporación de inversores institucionales, lo cual podría acelerar la evolución del mercado cripto desde un ámbito más especulativo hacia uno más consolidado y regulado. Una voz importante que se alineó con la crítica de la senadora fue Caitlin Long, fundadora y CEO de Custodia Bank.
La ejecutiva enfatizó el reconocimiento de que el gesto del Fed es insuficiente y que aún persisten barreras estructurales que dificultan el desarrollo de la industria. Su apoyo a la senadora Lummis evidencia la división dentro de la misma comunidad cripto sobre la interpretación y relevancia de esta decisión normativa. El debate refleja un escenario más amplio: por un lado, el potencial económico y tecnológico de la tecnología blockchain y los activos digitales como herramientas para innovación financiera, inclusión y eficiencia de mercados; y por otro, la preocupación legítima de los reguladores respecto a riesgos de fraude, volatilidad, lavado de dinero y protección al consumidor. La gestión de este equilibrio determinará la velocidad y dirección con que se integren las criptomonedas en la economía global. Además, la discusión pone en evidencia el papel de las agencias regulatorias y la política en la configuración del futuro cripto en Estados Unidos.
Existe una tensión palpable entre la necesidad de proteger el sistema financiero y fomentar la innovación, así como una demanda creciente de claridad jurídica para evitar incertidumbres que afectan la inversión y el desarrollo tecnológico. El anuncio reciente también coincide con iniciativas paralelas como la elaboración de una norma por parte de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC), que apuntaría a prohibir a los examinadores bancarios utilizar criterios de riesgo reputacional en sus revisiones. Esta medida podría complementar y fortalecer los intentos de eliminar obstáculos subjetivos y mejorar la relación entre las instituciones de crédito y las plataformas digitales. Por otro lado, la falta de cambios en ciertas políticas y la denuncia de una supervisión persistente que limita el acceso a cuentas para operaciones digitales genera un llamado a la acción urgente. La senadora Lummis prometió continuar presionando para que el sector digital reciba “algo más que un chaleco salvavidas” por parte de la Fed.
Su compromiso subraya el reclamo para que las autoridades vayan más allá de medidas superficiales y adopten reformas estructurales que permitan un entorno competitivo y justo para las nuevas tecnologías. Este escenario resalta también la importancia de la participación ciudadana y empresarial en los procesos regulatorios, incentivando el diálogo entre gobiernos, reguladores, sectores privados y usuarios. Solo mediante una cooperación efectiva se podrá diseñar un marco que proteja a los consumidores y, a la vez, promueva la innovación disruptiva que representa la blockchain. En términos económicos, la evolución del marco regulatorio tendrá un impacto directo en la inversión, la creación de empleo, y la consolidación de Estados Unidos como un líder global en tecnología financiera. Al limitar o abrir puertas a la industria cripto, se están definiendo las posibilidades para que el país compita a nivel global en esta era tecnológica.
Finalmente, es importante destacar que la percepción y aplicación de reglas sobre criptomonedas sigue siendo un terreno dinámico que evolucionará rápidamente conforme surjan nuevos desarrollos técnicos, casos de uso y desafíos regulatorios. La postura de líderes como Cynthia Lummis contribuye a mantener el debate público activo y a generar presión para que las regulaciones sean más transparentes y favorables a la innovación. En resumen, aunque la Fed ha dado un paso al retirar su carta de supervisión sobre criptomonedas, esta acción ha sido considerada insuficiente por importantes actores del ecosistema cripto, encabezados por la senadora Lummis, que considera que no se han abordado los verdaderos obstáculos regulatorios ni se ha terminado con una supervisión restrictiva y en algunos casos ilegal. El futuro de la regulación cripto en Estados Unidos continúa siendo un tema en evolución, donde la pugna entre la innovación y la cautela regulatoria determinará el rumbo y la velocidad con la que las criptomonedas se integren en el sistema financiero mainstream.